Escrito por Nancy Ku/ Chuang Shin Chong
Adaptado al español por María Pacheco
Editado por M. Carolina Saheli
Durante los primeros días de enero de 2023, los residentes de El Dorado, ubicado al este de Sacramento y habitantes del condado Amador, en Sierra Nevada, ambos en California, vivieron momentos de desesperación cuando las fuertes lluvias generaron inundaciones y deslizamientos de tierra que destruyeron hogares y dejaron una gran destrucción. En vista de la grave situación, los voluntarios de la Oficina Noroeste de Tzu Chi organizaron una distribución de ayuda efectuada en el mes de marzo.
Distribución para familias afectadas
Después de las inundaciones, 13 familias contactaron al Centro de Servicio de Tzu Chi en Sacramento para pedir ayuda. Al recibir estas solicitudes, los voluntarios de Tzu Chi decidieron ir hasta los condados de El Dorado y Amador, ambas zonas afectadas, para allí hablar con los sobrevivientes y conocer mejor la situación en la que se encontraban. Después de estas visitas, los voluntarios decidieron organizar la distribución de ayuda el 3 de marzo y el lugar escogido fue el Ayuntamiento de Placerville por estar ubicado entre las zonas afectadas, de esta manera sería de fácil acceso para las personas interesadas en recibir ayuda.
Este año el invierno en California ha sido particularmente duro y frío, lo que se ha convertido en un problema para estas familias afectadas. Por esto, los voluntarios de Tzu Chi entregaron mantas ecológicas diseñadas con tecnología DA.AI. Además, compartieron las bendiciones de la Maestra Cheng Yen con los sobrevivientes, entregaron paquetes de ayuda, tarjetas de débito prepagadas y alcancías de bambú.
Sobrevivientes agradecen la ayuda
Los deslizamientos de tierra provocados por las lluvias cubrieron las carreteras de lodo y rocas destruyendo hogares enteros, como fue el caso de Linda Poipao, quien vive en una ladera de 2,000 pies (unos 600 metros) en el condado de El Dorado. “El deslizamiento de tierra se llevó nuestra casa y ya no podemos vivir en ella. Gracias a todos por ser tan amables con nosotros”, compartió Linda entre lágrimas durante la distribución.
También agregó, “este será un proceso largo, pero no estoy sola. Gracias a todos. Tengo mucha suerte de estar viva hoy. He aprendido de ustedes que, día tras día, tenemos un Dios que hace milagros que guarda nuestras almas y es bondadoso”. Linda Poipao también agradeció el trabajo hecho por Tzu Chi para con los sobrevivientes.
Esta es la prueba más dura que hemos tenido que aprender para sobrevivir. La forma en que Dios quiere que mostremos amor y compasión, la veo en todos ustedes. Muchas gracias por todo lo que hacen para restaurar la esperanza.
El apartamento de Samantha Swanson, sumergido en el agua. Foto/Centro de Servicio de Tzu Chi en Sacramento.
Han pasado dos meses desde que ocurrió el desastre y la vida diaria sigue siendo difícil para muchos residentes. Tal es el caso de Samantha Swanson, una madre soltera, paciente de cáncer y cuidadora de su hijo. Antes de las lluvias, los dos vivían en un apartamento destinado a personas de bajos ingresos o discapacidades en Jackson, en el condado de Amador; sin embargo, su apartamento se inundó. Después de este desastre, Swanson decidió alquilar un pequeño remolque con su hijo. Los voluntarios de Tzu Chi le hicieron entrega de paquetes de ayuda y de una tarjeta de débito prepagada.
Estoy segura de que puedo recuperarme y comenzaré a ahorrar dinero antes de fin de año.
Abrumada por la emoción, Samantha comentó: “Gracias por venir y ayudarnos. Realmente aprecio todo lo que han hecho por mi familia y por mí. Las tarjetas con dinero nos ayudarán a recuperarnos y posiblemente comprar muebles y zapatos nuevos para mi hijo. Perdimos todo en la inundación, la tarjeta de efectivo me ayudará más de lo que se pueden imaginar. La manta y la bufanda también son increíblemente suaves; me encantan”. Los voluntarios también le entregaron un amuleto de loto a Samantha, quien les dijo que lo colgaría en la ventana de la casa rodante una vez que regresara.
Por su parte, Fred Marks, quien vivía en una casa ubicada en la zona de Jackson, experimentó el desastre causado por la inundación. “Todo lo que puedo pensar es en agradecerles, porque nos han ayudado mucho”. Mientras que su esposa, Susy, compartió que vivió en Taiwán con su padre durante cinco años cuando era niña. Se mostró sorprendida y feliz de conocer a los voluntarios de Taiwán y expresó: “Todo el arduo trabajo que han realizado significa mucho para nosotros. ¡Estamos agradecidos, muy agradecidos!”.
Lynne Huff también es residente de Jackson. Comentó que después de la inundación, su cocina y sus muebles se llenaron de moho, por lo que tuvo que mudarse temporalmente a un hotel cercano. También lamentó que el administrador del apartamento no le proporcionó ninguna ayuda. “La tarjeta de efectivo me ayudará a reponer muchos artículos esenciales de cocina perdidos y me ayudará a comprar muebles para el dormitorio. He perdido muchas cosas”, dijo Lynne. Mostró su agradecimiento con Tzu Chi y con los voluntarios.
El amor ilumina el camino
Mary Hite, otras de las sobrevivientes, vivía en una casa de campo en Jackson la cual estaba ubicada cerca de un canal de agua diseñado por el Departamento de Transporte de California. Desafortunadamente, cuando ocurrió la inundación, el agua sin drenar inundó su casa y su garaje, dañando también el motor de su motocicleta recién comprada. A pesar de su situación, Mary se mostró optimista y dijo: “Me gustaría agradecer a estos maravillosos voluntarios de Tzu Chi por su ayuda”.
La inundación ha causado gran daño en las calles y muchas personas no tienen intención de regresar a sus hogares. Sin embargo, Mary se siente afortunada de que todavía puede quedarse en su casa. Aunque el garaje se inundó y dañó, con la ayuda de Tzu Chi, puede adecuar un espacio en su casa para su amigo John, que tiene cáncer de hígado terminal, y así poder cuidar de él.
Con la intención de ayudar a John, Mary arregló su casa después de la inundación. Aprovechó para agradecer a los voluntarios de Tzu Chi quienes verificaron el estado de la casa y le brindaron orientación y ayuda. “Si alguien viene y necesita más ayuda que yo, se la devolveré y le haré saber quién me la dio. Gracias a Tzu Chi por todo lo que ha hecho por nosotros, ¡muchas gracias!”, dijo Mary.
