Distribución de ayuda de Tzu Chi lleva esperanza a los sobrevivientes de inundaciones en San Diego

Oficina Nacional  |  24 Abril, 2024
Care recipient with Tzu Chi blanket in hands and volunteer looking at each other
En la sede de Tzu Chi USA, en el Centro de Servicio de El Monte, los voluntarios brindan amablemente, servicios de declaración de impuestos gratuitos a la comunidad. Foto/ Shu Li Lo

Traducido y editado al español por: Gabriela Barzallo
Editado por: M. Carolina Saheli

El 22 de enero de 2024, San Diego, en el sur de California, vivió la peor tormenta de lluvia en 174 años según los registros. La tormenta desencadenó inundaciones que dejaron sumergidos los hogares de muchas personas que lo perdieron todo de la noche a la mañana. La Oficina Nacional de Tzu Chi organizó la primera distribución el 11 de febrero y durante los días siguientes, los voluntarios de Tzu Chi invitaron a las familias afectadas que habían completado el proceso de solicitud de ayuda a acudir a la oficina para recibir paquetes y tarjetas de efectivo distribuidos por Tzu Chi.

Cada paquete contenía una manta ecológica, un kit de higiene personal, un termómetro auricular, un bolígrafo ecológico, el boletín mensual de Tzu Chi y los Aforismos de Jing Si en cuatro idiomas. En el Treasure Hut de la Oficina Nacional de Tzu Chi se colectó ropa, zapatos, juguetes y artículos para el hogar como ollas y sartenes, que estaban disponibles para que las familias afectadas los recogieran y se los llevaran. Hasta el 18 de febrero, Tzu Chi había desplegado a 82 voluntarios para distribuir los suministros a 184 familias afectadas, beneficiando a 703 sobrevivientes.

"Lo perdí todo"

Desde la inundación, la vida de los sobrevivientes en las áreas afectadas de San Diego ha sido difícil. Shaquila Johnson acudió a la Oficina Nacional de Tzu Chi el 18 de febrero en busca de ayuda, y tan pronto como entró en el centro de servicio, las lágrimas no dejaron de caer. Su casa estaba inundada y dijo: “Lo perdí todo, y mi hija perdió todo”. Los voluntarios de Tzu Chi la recibieron de inmediato con calidez, dándole un abrazo mientras le entregaban diversos suministros y tarjetas de efectivo, lo cual fue una bendición para ella.

Shaquila se calmó con el consuelo y el ánimo de los voluntarios de Tzu Chi, y dijo: “Inmediatamente, me sentí acogida, y estoy muy agradecida. Solo quiero, poco a poco, recuperarlo todo”.

Muchos sobrevivientes están en situaciones similares a la de Shaquila. Donna Ferguson, madre soltera y empleada civil de la Patrulla de Carreteras de California, recordó que fue a trabajar como de costumbre el día de la tormenta, pero no pudo regresar a casa al final del día. “Mi hija y mis dos nietos, con quienes vivo, fueron obligados a evacuar su hogar”, dijo, añadiendo que su casa también estaba inundada. No solo perdió sus pertenencias, sino que, al no tener un lugar donde quedarse, se vieron obligados a alojarse en un hotel, lo que hizo que sus facturas subieran costos. Dijo: “Ahora estamos viviendo en un hotel temporalmente, y tenemos que comprar comida para llevar todos los días, es muy estresante para mí. Gracias. Ustedes son el único grupo que brinda ayuda en efectivo. Estoy agradecida de sentir el apoyo de un grupo tan amable como ustedes”.

Elizabeth Ramírez y su esposo trabajaban arduamente para criar a sus hijos. Vivían modestamente para salir adelante, pero la inundación les costó todo: “Perdimos prácticamente todo en el hogar. El agua subió a más de tres o cuatro pies. Fue una experiencia bastante aterradora para mis hijos. Y hasta el día de hoy, los afecta mucho”. Además de los suministros de emergencia, la cama y las tarjetas de efectivo proporcionadas por Tzu Chi les fueron de gran ayuda. La cama les permitió tener donde dormir y descansar, aliviando sus necesidades inmediatas. Pudieron usar la tarjeta de efectivo para comprar comida y muebles. Elizabeth dijo agradecida: “Recibimos algo de financiamiento. Eso nos va a ayudar mucho a recuperar todos nuestros muebles, especialmente las camas y los colchones de los niños. Esa asistencia nos ayudará mucho una vez que podamos volver a casa”.

Como madre soltera que está lidiando con los daños no solo fuera sino también dentro de la casa, el dinero que se nos donó hoy, así como la ropa y los recursos, nos va a ayudar mucho.

Restaurar la confianza para levantarse con orgullo

“No hay nadie en el mundo a quien no ame. No hay nadie en el mundo en quien no confíe. No hay nadie en el mundo a quien no pueda perdonar. Toda tristeza y preocupación, simplemente déjalas ir”. Desde la inundación en San Diego el 22 de enero, esta melodía hermosa se ha interpretado repetidamente en la Oficina Nacional de Tzu Chi.

Los cantantes no eran otros que los voluntarios de la Oficina Nacional de Tzu Chi. Cantaron suavemente con voces cálidas, y las letras sinceras de las canciones calmaron los corazones rotos de los sobrevivientes. Algunos secaron sus lágrimas, mientras que otros siguieron el lenguaje de signos de los voluntarios e hicieron los mismos gestos. Con la calidez de las canciones, todo el dolor se desvaneció con el viento, y tuvieron la fuerza para levantarse nuevamente.

Los voluntarios de Tzu Chi comprenden las dificultades que enfrentan los sobrevivientes y el trauma causado por la inundación. Saben que en esta tierra fatigada, la mano amiga va más allá de los suministros de ayuda y es crucial para recuperar la creencia en la vida. Los voluntarios de Tzu Chi transmitieron el calor de la sustancia e encendieron el fuego de la esperanza en los sobrevivientes, ayudándoles a recuperar el coraje y la esperanza para salir adelante.

Para inspirar a los sobrevivientes a reconstruir sus hogares, los voluntarios de Tzu Chi presentaron a los sobrevivientes la razón por la cual la Maestra Cheng Yen fundó Tzu Chi, la filosofía espiritual de Tzu Chi y la acción de ahorrar una pequeña cantidad de dinero y hacer una cantidad considerable de bien con las alcancias de bambú. También realizaron programas de lenguaje de señas para los sobrevivientes para hacerles sentir amor y esperanza.

Rodney Visley fue a la Oficina Nacional de Tzu Chi el 18 de febrero en busca de ayuda. En los días posteriores al desastre, se sentía miserable y sin esperanza, pero después de ir a Tzu Chi y escuchar la historia de la Maestra Cheng Yen, el espíritu de Tzu Chi y las cálidas palabras de los voluntarios, sintió que la tristeza en su corazón se levantaba gradualmente. Sonrió y dijo: “La devastación fue mucha. Y ahora, supongo, escuchando lo que dice Tzu Chi, hoy puedo obtener un poco de alivio. Y están contentos. La vida es buena porque estamos vivos.  No podemos que una cosa nos deprima. Somos personas felices y debemos mantener una sonrisa porque vienen días mejores”.

Shaquila Johnson está feliz de haber ido a la Oficina Nacional de Tzu Chi, donde siente el calor del hogar y un amor sin límites. Dijo: “Estoy feliz de estar aquí. Sientes el amor y el ambiente familiar aquí, y estoy agradecida”.

Creo que sienten el amor aquí y eso es muy importante.

En las áreas afectadas de San Diego, muchos residentes son familias de bajos a medianos recursos que luchan por llegar a fin de mes. Mientras han estado luchando por sobrevivir cada día, sus hogares fueron destrozados, y sus pertenencias se perdieron frente al repentino desastre natural. Volver al ritmo de sus vidas parece estar fuera de su alcance. En momentos como estos, los esfuerzos de ayuda de Tzu Chi son como un rayo de calor en un invierno duro; cada dólar de asistencia financiera es una ayuda vital para estas familias. Cada tarjeta de efectivo es un alivio que les permite comprar ropa, comida, medicinas o pagar gastos básicos como alquiler y transporte.

La mano amiga de Tzu Chi no solo es un acto de alivio sino también un apoyo espiritual, permitiendo que las personas que sufren sientan el calor y la sabiduría del budismo. La compasión se usa para salvar el sufrimiento, y la compasión se usa para erradicarlo. Al llegar a más personas, la gracia del Dharma puede ser compartida. En estos tiempos difíciles, los voluntarios de Tzu Chi son los mensajeros de la compasión de Buda, sembrando las semillas de la esperanza en la tierra. Los desastres son implacables, pero el amor está entre todos los seres humanos; la compasión por el amor del mundo calienta el planeta.

Más Noticias

X
微信裡點"發現"
掃QRCode便可分享此頁
複製網址
前往微信
按"複製網址"後複製連結後,再按"前往微信"即可前往微信App分享此頁