Written by Charlie Sun
Traducido por Gerardo Bonilla, Hernán Goicocheai
Editado por Maribel Suárez
El año 2020 ha sido muy difícil, no solo para los Estados Unidos, sino para el mundo entero, que actualmente se encuentra atravesando por la pandemia del COVID-19. El brote del virus ha cambiado muchas normas y esto, ha provocado una sensación generalizada de alienación social entre individuos, comunidades, estados y naciones. Sin embargo, mientras el mundo continúa luchando contra el nuevo coronavirus, ocurrió otra tragedia.
El 25 de mayo, George Floyd, un hombre afroamericano, murió a manos de un policía blanco durante su arresto en la ciudad de Minneapolis, Minnesota. Esto incrementó todavía más el sentimiento de discriminación entre comunidades afroamericanas y anglosajonas. Las manifestaciones y disturbios que ocurrieron después de la tragedia, como las del movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan, en español), agudizaron aún más la brecha de distanciamiento entre algunos grupos.
En respuesta a esta enorme ola de protestas y disturbios sociales, las grandes ciudades como Nueva York y Los Ángeles establecieron normas más estrictas, para el comportamiento público, y en algunos casos, impusieron toques de queda. Otras personas evitaban salir de sus casas, incluso durante el día, para evitar el caos que se produjo en las calles, temían que las personas enfurecidas perdieran el control, poniendo en peligro a ciudadanos inocentes.
En Atlanta, Georgia, ciudad denominada históricamente como el hogar del movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos, la ansiedad de las personas subió a niveles excepcionales. Fue en este ambiente cuando el 12 de junio sucedió lo que muchos temían en la ciudad. La tensión racial entre negros y blancos estaba a punto de ebullición y los voluntarios de Tzu Chi se encontraban en medio de esta situación.
Atendiendo las necesidades de los hospitales en medio de los disturbios
A raíz de la trágica muerte de George Floyd se produjeron protestas por las calles de Atlanta. Sin embargo, para los voluntarios de Tzu Chi era sumamente importante continuar con su misión de entregar equipos de protección personal (EPP) a los hospitales, en medio de las comunidades al límite del tumulto. De hecho, la ayuda se había ofrecido desde hace tres semanas antes de los disturbios.
Para llevar a cabo la misión, cada entrega de EPP requirió una planificación cautelosa. De esta forma se establecieron rutas alrededor de los vecindarios, donde las manifestaciones eran probables o esperadas. Finalmente, los disturbios en las calles que comenzaron a finales de mayo no desalentó a los voluntarios en hacer sus entregas vitales, las cuales se habían mantenido por algunas semanas en el transcurso de la pandemia.
Desde abril, hemos donado varios EPP a más de 30 hospitales y 50 clínicas, con la esperanza de aliviar parte del problema que conlleva la escasez de suministros”, explicó el voluntario de Tzu Chi, Charlie Sun, quien también compartió la importancia de persistir con las donaciones en Georgia, sin interrupciones.
Los casos recientes de infección por coronavirus han disminuido en Georgia; sin embargo, Arizona, Florida, Carolina del Norte, Texas, Vermont y Arkansas han establecido los récords más altos de casos recientemente confirmados en junio. La situación en los EE. UU. sigue siendo grave. Debido a que cada estado se afecta mutuamente. Georgia no debe bajar la guardia.
Ciertamente, la pandemia ha tenido un amplio impacto, tanto en la sociedad como en la economía. El estado de Atlanta, además de ser el centro del movimiento de derechos civiles, también cuenta con el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson, uno de los más ocupado del mundo en el tráfico de pasajeros. Después del brote de COVID-19, la cantidad de viajeros del mundo disminuyó. Lo cual afectó a una gran cantidad de trabajadores, y por ende el sustento de muchos hogares se vio afectado.
El impacto de la pandemia ha sido de gran alcance y sus consecuencias se han ido reflejando como un efecto dominó. De esta forma el sistema médico ha sido uno de los más afectados, por lo que varios hospitales se han visto obligados a implementar despidos, reducciones salariales y suspender el pago de permisos. Incluso han reducido su presupuesto general para el segundo semestre de 2020, lo que empeora aún más el problema existente de suministros insuficientes de EPP.
Así lo confirmó un miembro del personal del Centro Médico Northeast Georgia, en Gainesville, después de recibir una donación de EPP de parte de los voluntarios Tzu Chi USA.
La pandemia ha tenido un impacto considerable en el hospital, se han suspendido algunos turnos nocturnos y los empleados también acordaron retirarse durante este tiempo, para reducir la carga financiera del hospital.
A pesar de los desafíos suscitados por las protestas, los voluntarios de Tzu Chi USA continuaron con sus entregas de EPP según ya lo habían planificado. Fue así, que el 8 de junio, los voluntarios donaron EPP a varias instalaciones de atención médica donde habían traído suministros a principios de mayo. En esta entrega incluyeron al Hospital Perry, el departamento de salud infantil del Hospital Scottish Rite Atlanta y el departamento de cirugía del Hospital Emory Johns Creek.
Una vez entregados los suministros de EPP, los voluntarios Tzu Chi USA dedica unos minutos en conversar con el personal médico, para determinar las necesidades, y los ajustes, que se debería hacer a la lista de EPP cuando se realice la próxima entrega. El objetivo principal es poder equiparar mejor los requisitos y necesidades del personal de atención médica de primera línea, y así maximizar la efectividad de la donación de Tzu Chi.
Un ejemplo del cambio en las necesidades fue cuando a finales de mayo, la tendencia del número de pacientes recién diagnosticados en Georgia mostraba una tendencia baja. El número de pacientes que requirieron intubación o estaban gravemente enfermos también disminuyó. Esto provocó que las batas de aislamiento de protección general en ese momento tuvieran mayor significancia que los overoles antivirales de protección de cuerpo completo. Fue de esta forma que, más allá de donar diversas mascarillas médicas que usualmente son escasas en los hospitales, en las donaciones posteriores de Tzu Chi se tuvieron en cuenta estas demandas cambiantes.
Durante los días 10 al 12 de junio, los voluntarios de Tzu Chi Atlanta visitaron tres hospitales y tres clínicas distintas en las que donaron 11.500 mascarillas quirúrgicas, 980 mascarillas KN95, 750 batas de aislamiento, 100 gafas protectoras y 30 overoles.
En dos clínicas dentales no habían podido comprar suministros debido a la creciente escasez hasta el 12 de junio, que recibieron donaciones de EPP por parte de Tzu Chi USA. En una de estas clínicas, el Dr. Li Chou, encargado, respondió de inmediato con un cheque de donación con la esperanza de extender su gratitud a otras personas y organizaciones necesitadas a través de Tzu Chi.
Después de salir de la clínica, los voluntarios regresaron a sus casas, para descansar y muy agradecidos de haber tenido la oportunidad de servir y beneficiar a su comunidad ese día. Sin embargo, esa sensación de paz se vio interrumpida esa misma noche, cuando las noticias inquietantes y perturbadoras informaron sobre otra muerte a manos de la policía, esta vez cerca de casa, justo en Atlanta.
Según los informes, un hombre afroamericano, identificado como Rayshard Brooks, recibió un disparo mortal por parte de un policía blanco en el estacionamiento de un restaurante Wendy ‘s localizado en la Avenida Universitaria (University Avenue) en el sur de Atlanta. Esto alegadamente, mientras se resistía al arresto en hechos ocurridos poco antes de la medianoche del 12 de junio. Esta última tragedia agregó más combustible al fuego, al movimiento Black Lives Matter, lo que provocó avivar las emociones de la multitud que salió a reunirse rápidamente en el lugar para manifestarse en la jornada de protesta.
El ambiente era de caos, y los residentes en la ciudad se prepararon para el desastre. En efecto, un equipo local de noticias transmitió en vivo desde un helicóptero sobre el restaurante Wendy ‘s devorado por las llamas debido a un incendio provocado la noche del 13 de junio. El incendio que todos vieron por televisión esa noche, era como un infierno ardiendo en la que bien se apreciaba el rojo de las llamas brillando en la oscuridad. Luego un muro de personas atrincheradas impidió que la policía se acercara, lo que intensificó aún más el peligro en la escena.
Luego de observar el gran drama que se desarrollaba en el corazón de su ciudad, los voluntarios de Tzu Chi hicieron una pausa: ¿Cómo podrían ayudar en este momento de miedo y desconfianza entre las comunidades afroamericanas y las fuerzas del orden?
Los daños son fáciles mientras que las reparaciones son difíciles; el distanciamiento y las divisiones entre las personas requerirán un gran amor para unirlas y hacer las paces
Uno de los objetivos de la filosofía de Tzu Chi es inspirar amor incondicional uniendo a las personas, con respeto y cariño, y eso fue lo que sintieron de parte de los voluntarios de Tzu Chi, Atlanta durante esos momentos de gran tensión e inestabilidad al llevar EPP (equipo de protección personal) a los trabajadores en primera línea, personal de emergencia entre otros funcionarios públicos. Estos esfuerzos deben continuar e incluir a los agentes de policía.
Comprometidos en Proteger A Los Servidores Públicos
A pesar de la repentina protesta pública, los agentes de la ley tenían que hacer su trabajo al servicio de la comunidad. Por consiguiente, los oficiales enfrentaron cara a cara los conflictos mientras continuaban las protesta con sus gritos repetitivos. Fue angustiante notar que en numerosas ocasiones muchos oficiales no usaban mascarillas mientras realizaban sus tareas de mantener el orden. Esto hacía que corrieran un mayor riesgo de infección por COVID-19 durante su patrullaje por las comunidades o mientras realizaban controles de carreteras debido a las manifestaciones.
Fue por esto que el 19 de junio, los voluntarios de Tzu Chi Atlanta donaron 6.000 mascarillas quirúrgicas y 1.000 mascarillas KN 95 al departamento de policía del condado de Gwinnett. Durante esta entrega de suministros, y con la esperanza de animar a los oficiales, los voluntarios también expresaron su sincero agradecimiento por su servicio público: “Aunque este año, ha habido algunos incidentes en los Estados Unidos y Georgia que han tenido un impacto negativo en la policía, la gente todavía respeta a la policía y está agradecida con la policía por su arduo trabajo en mantener la ley y el orden”.
Estas palabras conmovieron genuinamente al oficial Jordan Griffin, quien estuvo entre los que aceptaron la donación.
“Gracias Tzu Chi, nuestros colegas están muy conmovidos; los suministros de EPP son realmente escasos, por lo que usaremos los recibidos”, expresó Griffin.
Para el 19 de junio, los voluntarios de Tzu Chi Atlanta también trajeron 4.000 mascarillas quirúrgicas y 1.000 máscaras KN95 a la sede de los Servicios de Bomberos y Emergencias del Condado de Gwinnett.
Ese mismo día, los voluntarios también entregaron EPP a una clínica dental, en donde donaron 500 mascarillas quirúrgicas, 60 mascarillas KN95 y diez pares de gafas en solo tres días después de recibir la solicitud. La dentista Jocelyn Spaulding, quien estuvo presente para recibir los suministros, admiró la eficiencia de los voluntarios, para satisfacer las necesidades urgentes de la clínica.
Todos sabemos que los socorristas, sean policías, bomberos o trabajadores de la salud, arriesgan sus vidas, para servir y estabilizar a la comunidad. Como parte de la comunidad, los voluntarios en Atlanta estaban agradecidos de poder expresar su gratitud mediante la donación de PPE para así ayudar a salvaguardar la salud y vida de estos trabajadores mientras realizan sus tareas.
Sin embargo, luego de esta misión, algunos voluntarios sintieron que todos podríamos necesitar un elemento adicional a los EPP, en estos tiempos turbulentos. El mismo consiste en proteger nuestras mentes de la negatividad y la hostilidad para permitir que nuestra bondad innata y buena voluntad hacia todos brille en la oscuridad.
Las batas de aislamiento pueden proteger al personal médico de los virus, ofreciéndoles tranquilidad, mientras tratan a los pacientes. Cuando los virus invaden el cuerpo, hay un tratamiento médico para ello. Pero cuando los virus invaden la mente, ¿cuál es el tratamiento para eso? En una era de sobrecarga de información, la información real, falsa, útil y dañina viaja rápidamente. Cada día recibimos contenido de todas las direcciones y en varias formas; dentro de él, hay contenido que podría infectar la mente. Así como usamos máscaras y nos lavamos las manos para prevenir la infección del virus, también debemos proteger nuestro corazón con una máscara o una bata de aislamiento para filtrar la información que puede invadir nuestra mente.
Salvaguardemos nuestros corazones, para que siempre prevalezcan la positividad y la amabilidad, junto con los esfuerzos para ayudar a los necesitados.
Recuerde que una contribución de USD $10.00 dólares a nuestra campaña Juntos en la Distancia, puede ayudarnos a que las personas y familias obtengan la asistencia que necesitan para sobrellevar la pandemia, sea apoyo financiero, alimentos, equipo de protección personal (EPP) o cualquier otra ayuda. Por favor bríndanos tu ayuda. Si podemos lograr que 500.000 personas participen, podemos alcanzar USD $5.000.000 para ayudar!
