Donación de Alimentos Lleva Alegría a Haití Después del Terremoto

Oficina Nacional  |  29 Septiembre, 2021

Escrito por Ida Eva Zielinska
Traducido (Español) por Francisco Ayala Silva
Editado (Español) por Maribel Suárez

El 8 de septiembre, con sólo una semana de intensa preparación, el Equipo de Respuesta al Terremoto de Tzu Chi USA comenzó a distribuir ayuda a los sobrevivientes del sismo de magnitud 7.2 que golpeó a la nación isleña el 14 de agosto. El equipo de voluntarios había llegado el 1 de septiembre.

La primera distribución de ayuda por el terremoto de Haití ocurrió en Les Cayes el 8 de septiembre de 2021. Foto cortesía del Equipo de Tzu Chi en Haití

Les Cayes, una ciudad duramente golpeada por la catástrofe, fue escogida para recibir la primera distribución de ayuda humanitaria organizada por el equipo. La primera distribución, se realizó el miércoles 8 de septiembre en la Escuela de Nuestra Señora, un colegio de las Hermanas Salesianas. Las Salesianas de Don Bosco participan activamente con Tzu Chi en muchos aspectos de la misión.

La Hermana Monique Jolicoeur, una de las monjas salesianas presentes durante la distribución, expresó su gratitud hacia Tzu Chi a nombre de la congregación católica:

Estamos en solidaridad y compartiendo el sufrimiento de la gente. Queremos mostrarles que estamos conscientes de la difícil situación y sufrimiento que atraviesan. Es un momento difícil para ellos. La mayoría ha perdido casi todo. Realmente este apoyo puede ayudarlos y darles alivio de modo que puedan superar esta situación

Aproximadamente mil familias recibieron dos sacos grandes de arroz, cada uno con un peso de más de 27 libras (12.25 kg)

El arroz se distribuyó a mil familias en Les Cayes el 8 de septiembre de 2021 ayudando a aliviar la escasez de alimentos luego del terremoto. Foto cortesía del Equipo de Tzu Chi en Haití.

Los voluntarios de Tzu Chi Haiti que ayudaron en el evento mostraron su entusiasmo de llegar a ayudar a sus compatriotas, aun sabiendo que exponían su seguridad debido al aumento reciente de la actividad de pandillas en su país. Alberte Mereveille, quien participó en esta misión, compartió sin miedo sus opiniones:

He participado en este tipo de actividades durante ocho años. Vinimos a Les Cayes a ayudar a la gente vulnerable. Ellos son nuestros hermanos y hermanas, nos tomamos el riesgo de viajar por los caminos (tomados por las pandillas) para llegar y ayudar a las personas que lo necesitan.

La voluntaria de Tzu Chi Haiti, Alberte Merveille, está agradecida de poder ayudar a su gente. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

Algunos de los voluntarios tienen padres que también son voluntarios, como es el caso de Jennyva Ocean, la hija de James Ocean, el motor del equipo que manufactura productos de limpieza para sobrevivientes del terremoto.

Mi padre me trajo a este evento. Yo quise participar antes y él me dijo que yo estaba demasiado joven, pero cuando cumplí 16 años nuevamente le pedí que me dejara participar y él aceptó y me trajo

Jennyva Ocean sigue los pasos de su padre uniéndose como voluntaria local al equipo de Tzu Chi en Haití. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

Cada uno de los recipientes de esta ayuda tiene una historia de dolor y suplica por más ayuda. Rose Myrlie Jabrun dijo “mi casa quedó completamente destruida. Estoy durmiendo en la calle. Quiero agradecerles y pedirles que ayuden al pueblo de Haití y que lo saquen de la calle”. Alphonse Thermitus enfatizó lo dura que es la lucha de la gente simplemente para alimentarse. “La gente necesita de alimentos porque hay mucha hambre. Espero que Dios les de fuerza a ustedes para que puedan regresar a ayudarnos”. 

Los voluntarios locales de Tzu Chi, algunos de los cuales recibieron entrenamiento adicional apenas unos días antes, ayudan a que todo salga bien y sin problemas. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

Para darle más alegría al evento, la Hermana Rose hizo una mención positiva a la presencia de Tzu Chi y su forma de ofrecer ayuda humanitaria:

Ellos lo hacen de manera respetuosa. Lo hacen respetando la dignidad de estas personas, el amor propio de estas personas. Y, para nosotros, eso es algo muy importante, porque aun cuando la gente tiene necesidad, cuando sienten que los ayudas respetando su dignidad, ellos se sienten más apreciados

La Hermana Rose Monique Jolicoeur se dirige a los recipientes de ayuda durante la distribución del 8 de septiembre de 2021. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

Para asegurar la seguridad y tranquilidad de la distribución, estuvieron presentes 45 agentes de la Policía Nacional de Haití, cumpliendo así la promesa del Primer Ministro de la nación, Dr. Ariel Henry, proveer seguridad durante la misión de ayuda de Tzu Chi.

La presencia de agentes de la Policía Nacional de Haití ayuda a garantizar la seguridad durante la distribución en Les Cayes el 8 de septiembre de 2021. Foto cortesía del Equipo de Tzu Chi Haití.

Luego de una exitosa primera distribución el 8 de septiembre, al siguiente día el equipo se dedicó a una misión que es cercana a sus corazones: enseñarles a los habitantes de Les Cayes a cocinar el arroz Jing Si para preparar platillos en las siguientes distribuciones. 

Para ofrecer ayuda en gran escala en caso de desastre, el arroz Jing Si es un platillo que puede ser preparado rápidamente y es nutritivo. Es muy útil y práctico [para los sobrevivientes de desastres]

La clase se realizó en el Centro Diocesano de Artes y Oficios de Les Cayes, una escuela vocacional local dirigida por la orden católica Salesianos de Don Bosco. Además, una distribución fue planificada aquí dos días después, el 11 de septiembre. 

Cooperamos con ellos porque tienen dos cocinas y ofrecen clases de artes culinarias a los estudiantes. Estamos aquí para enseñarles a cocinar arroz Jing Si. El día de hoy los alumnos harán la preparación y probarán el arroz. Después tendremos 230 cajas de arroz Jin Si literalmente llegando (al centro)

El equipo de voluntarios veteranos de Tzu Chi le enseña a los estudiantes cómo preparar grandes cantidades del arroz Jing Si para alimentar a muchas personas al mismo tiempo. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

Aprender a cocinar las nuevas recetas fue una experiencia grata para los estudiantes, como dijo una de ellas al equipo:

Hoy aprendimos a cocinar una nueva receta con nuevos amigos, una nueva receta que nunca había visto antes. Ahora yo puedo prepararla. Les aseguro que puedo ayudar a otras personas a preparar este platillo. Veo que es arroz con otros ingredientes que son muy nutritivos y buenos para el cuerpo. Puedo adaptar el proceso de cocinado del arroz y hacerlo al estilo haitiano

La receta incorpora productos agrícolas locales haciéndola mas apetitosa al paladar de los haitianos. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

Asimismo, el arroz cocinado en clase fue servido a unos 50 habitantes de una zona de tiendas de campaña creada por sobrevivientes del terremoto para tener techo provisional después de que sus casas colapsaran. Los deliciosos platos recién preparados realmente le dieron alegría a las familias que viven en circunstancias tan difíciles.

Todos lo encuentran muy delicioso y les gusta

Pero no es sólo en esta zona donde las familias sobrevivientes han estado luchando después del terremoto. Al terminar la clase de cocina y repartir la comida recién preparada en Les Cayes, el Equipo de Respuesta al Desastre de Tzu Chi viajó a Camp Perrin, a 13.5 millas al noroeste (21.7 km). Allí descubrieron que casi todas las casas habían colapsado dejando a los residentes en el desamparo. Esto sólo aumentó la determinación del equipo de incrementar el alcance de su misión.

En Camp Perrin, Haití, las condiciones de vida son ahora deplorables para las numerosas familias cuyas viviendas colapsaron o quedaron en condición peligrosa luego del terremoto. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

Ese mismo día y sin llamar la atención la compañía distribuidora de alimentos basada en Puerto Príncipe con quien Tzu Chi se asoció en esta misión, Gigi Depot, entregó en Les Cayes los restantes 3,250 sacos de arroz y 3,750 sacos de otros alimentos. Mucha de esa ayuda llegaría a manos de los sobrevivientes al siguiente día, esta vez en una distribución organizada junto con Caritas de Haití.

El viernes 10 de septiembre fue un día brillante y soleado como son frecuentes los días en Haití a pesar de la larga historia de sufrimientos de su pueblo que la delicia del clima no puede aliviar. Ese día la distribución de ayuda por el terremoto le llevaría ayuda a otras 1,250 familias de Les Cayes, dándoles suficientes provisiones para alimentar a una familia de seis a ocho personas por un mes.

El lugar de distribución estaba cerca de la iglesia católica San Gerardo de La Gaudray que es propiedad de Caritas de Haití y está en una zona severamente dañada por el terremoto. El salón sin muros está al lado de edificios destruidos. Aun así, era un refugio contra el calor del sol.

La gente llegaba caminando entre montículos de escombros, un recordatorio constante de la enorme destrucción que sufrió Les Cayes combinado con la pérdida y trauma sufrida por la población. Esa sensación estaba en la mente de los damnificados mientras esperaban que comenzara el evento.

Durante el terremoto mis piernas casi se quiebran. Corrí, gracias a Dios no estoy muerto. Ahora hago mi mayor esfuerzo, puedo hablar un poco. Casi muero. Gracias Dios por salvarme la vida

La destrucción severa en Les Cayes es evidente incluso al lado del lugar de distribución. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

Las sonrisas en las personas aparecieron cuando comenzó el evento, lo que trajo una atmósfera de gozo que es normal en las distribuciones.

Voluntarios de Tzu Chi y representantes de Caritas de Haití se dirigen con entusiasmo a la gente mientras comienza la distribución, ayudando a elevar el espíritu de los recipientes en medio de las tribulaciones. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

Finalmente, la distribución comenzó cuando el camión con los alimentos llegó al lugar. Cada persona recibía arroz y dos sacos de otros alimentos. Cuando las personas se acercaban a la parte trasera del vehículo los voluntarios extranjeros y locales de Tzu Chi, estaban listos para ayudar a poner los paquetes sobre sus cabezas o en sus brazos. En el proceso de repartición de víveres se prestó atención especial a personas con discapacidad médica o físicas.

Una fila constante de recipientes de ayuda se acerca a la parte trasera del camión para recibir alimentos. Una vez que reciben su ración se marchan felices a pesar de que el peso de su carga es considerable. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

Las voces de los beneficiarios de víveres suenan con alegría al salir del centro de distribución, sabiendo que ya no tienen que preocuparse por encontrar alimentos.

Tengo alimentos para comer, si. Estoy muy feliz. Ustedes han hecho algo verdaderamente grande por nosotros así que, gracias, gracias

Los voluntarios locales de Tzu Chi también estaban felices de poder ayudar a su gente.

Al principio no sabía lo que Tzu Chi estaba haciendo en el país. Entre más trabajaba con (voluntarios de Tzu Chi) más me daba cuenta de que Tzu Chi es una organización enorme y me sentía muy bien de colaborar con esta gente que llegaba de todas partes a ayudarnos. Al estar hoy aquí con ellos me siento bien conmigo misma. Me siento encantada de ayudar a mi comunidad porque soy de les Cayes y estar con ellos le da alegría a mi corazón

La satisfacción de poder ayudar a los necesitados de su propio país alegra los corazones de los voluntarios locales de Tzu Chi que colaboran en la distribución. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

Al día siguiente, 11 de septiembre, llegaría ayuda para otras mil familias en Les Cayes. Esta tercera distribución sería en el Centro Diocesano de Artes y Oficios de Les Cayes que es dirigido por los Salesianos de Don Bosco, el mismo lugar donde dos días antes tuvieron lugar las clases de cocina y distribución de alimentos recién preparados.

El Padre Zucchi Abge Olibrice estaba allí para ayudar. Desde hace tiempo él es voluntario de Tzu Chi y colaborador de primera fila en los actuales esfuerzos por repartir alimentos. De hecho, el Padre y su equipo trabajaron toda la noche preparando el evento.

Hay un total de 9 mil sacos de víveres, incluyendo arroz y alimentos. Son muy pesados. Estamos agradecidos con el apoyo del Padre Zucchi. Su equipo pasó toda la noche descargando todo el material en la bodega desde donde la distribuimos hoy. Fue una “misión imposible” que su equipo hizo posible

La preparación ha sido larga y pusimos nuestros corazones en ella. Lo hicimos con mucho respeto y gratitud hacia la Maestra Cheng Yen. Es correcto, trabajamos duro para hacer realidad esta distribución. Nuestra alegría es ayudar a esta gente

Los esfuerzos del Padre Zucchi Ange Olibrice y su equipo son esenciales para tener los alimentos listos para su distribución y él está siempre feliz de dirigirse a los recipientes de ayuda para entusiasmarlos, aun después de una noche de duro trabajo. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

Dashka Bennett, vicepresidenta de Gigi Depot, también llegó como voluntaria al evento. La compañía tuvo que superar varias dificultades para llevar los víveres a Les Cayes sin riesgo y a tiempo y ella quería mostrar solidaridad personalmente:

Los víveres llegaron por fin y pudimos evitar a las pandillas, superamos la escasez de gasolina. Yo definitivamente quería sentir las sonrisas en los rostros de las personas cuando recibían los víveres. Diría que esto es un milagro de primer trabajo en equipo y exitoso. Con trabajo duro, trabajo en grupo y creatividad, nos las arreglamos. Estoy aquí para acompañarlos en esta increíble misión y es un honor ser parte de ella. Somos familia y la familia no se separa

Dashka Bennett, vicepresidenta de Gigi Depot, conversa durante la distribución con James Chen, voluntario de Tzu Chi. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

A medida que avanzaba la distribución todo se volvía más fluido. Las personas esperaban su turno pacientemente, a pesar de que había una muchedumbre grande. Otro ejemplo de la resiliencia del pueblo haitiano, que ha vencido dificultades por generaciones.

Gracias a la paciencia de cada recipiente de ayuda y la dedicación de los voluntarios la distribución fue fluida y exitosa. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

Las sonrisas en los ojos de los recipientes cuentan toda la historia… alivio ante una gran adversidad.

El rostro sonriente de cada recipiente de ayuda narra la historia. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haiti.

Hoy he recibido dos sacos uno con arroz, pero no sé lo que hay en el otro saco. Cuando esté en casa lo veré. Estoy muy feliz. Muchas gracias por lo que han hecho por mí. Después de Dios, yo sé que ustedes son los que están aquí para ayudarnos. Yo sé que Dios los traerá de regreso. Le pido a Dios que puedan ayudar a Haití también

Sí, estoy muy feliz. No tenía nada pero he recibido este regalo, gracias. Les digo muchas gracias. Le pido a Dios que les dé fuerza para ayudarnos siempre

Esta reciente colaboración entre Tzu Chi, una organización budista, congregaciones católicas y empresas haitianas demuestra todo lo que se puede hacer trabajando unidos por una causa. Una foto de la misión, que muestra a la Venerable Maestra del Dharma Budista Cheng Yen en la misma pared junto con una imagen de la Virgen María venerada por los cristianos habla mucho y sin palabras del amor incondicional más allá de nuestras divisiones.

La frase en letras gruesas pintada la pared entre ambas figuras tan veneradas dice en francés “c’est elle qui a tout fait”, que significa “ella lo hizo todo”. Este es un mensaje espléndido, unificador y apropiado.

Una representación del poder de las fes unidas en una causa. Foto cortesía del equipo de Tzu Chi Haití.

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