Créditos: Fundación Caritativa Tzu Chi
Traducido al español por: Gabriela Barzallo
Siempre pensando en los demás
Las Maestras del Dharma de la Morada Jing Si, donde reside la Maestra del Dharma Cheng Yen y la sede mundial de la Fundación Budista Tzu Chi, junto con los voluntarios de Tzu Chi, siguen visitando áreas en Hualien afectadas por el terremoto que sacudió Taiwán el 3 de abril de 2024. Están reuniéndose con familias sobrevivientes y permanecen en los sitios de ayuda en desastres de Tzu Chi, con la esperanza de calmar los temores y la angustia de la gente tras esta catástrofe.
Por la tarde del 7 de abril, las Maestras del Dharma De Ru y De Rou, discípulas laicas de la Maestra del Dharma Cheng Yen, Sihao Huang y Fengjia Cheng, y voluntarias de Tzu Chi, Shuqing Deng, Yueli Lin y Yuying Hsieh visitaron a Ruyun Chen, una voluntaria de Tzu Chi, para ofrecer apoyo moral y cuidado después del traumático terremoto.
Cuando llegaron a su hogar en la calle Nanjing en Hualien, Chen se sorprendió y se alegró al ver que las Maestras del Dharma habían venido a verla. Durante el terremoto, ella estaba sola en el Salón de Buda y la sala de estudio en el quinto piso, leyendo el Sutra del Loto. De repente, todo comenzó a temblar. La máquina de agua en la habitación se cayó, inundando el suelo, mientras que los libros caían de los estantes. Asustada, Chen se escondió rápidamente bajo una mesa de madera.
Chen admitió que estaba aterrorizada por el terremoto. Sin embargo, al reflexionar sobre la situación, se dio cuenta de que probablemente todos estaban igual de asustados por lo que había sucedido, así que corrió a llamar a varios beneficiarios de Tzu Chi a quienes había cuidado durante mucho tiempo. “Todos viven en la calle Beibin, que está junto al mar; afortunadamente, todos están a salvo”, les dijo a sus visitantes, compartiendo lo aliviada que se sintió después de llamar y escuchar esta noticia.
Las Maestras del Dharma consolaron a Chen por haber experimentado este terrible desastre y también fueron al segundo piso para verificar el estado de su esposo, Dingyi Jian, y ofrecerle su apoyo. “¿Me reconoces?” preguntó la Maestra De Ru mientras saludaba a Jian calurosamente. “Maestra, ¡no te he visto en años; no has cambiado! Cuídate”, respondió él. A sus 90 años, Jian lucía bien. Estaba muy conmovido por la visita de las monásticas y expresó su cariño por todos
Las Maestras del Dharma bendijeron a la pareja. Antes de partir, Ruyun Chen expresó su esperanza de unirse a los voluntarios para cuidar a los demás lo antes posible.
Luchando por superar el trauma
El grupo de Tzu Chi también visitó a Ahsiao Liu, de 87 años. Cuando era más joven, Liu y su esposo administraban Amis Mochi, su tienda de mochis en Hualien. Después del fallecimiento de su esposo y compañero de vida el año pasado, Liu, se sentía muy deprimida. El trauma del terremoto había empeorado las cosas, ya que se volvió más asustadiza y tenía dificultades para dormir. La Maestra De Ru preguntó con suavidad: “¿Sigues en estado de shock desde el terremoto?”
Liu confesó: “Tiembla todos los días y no duermo bien. Durante el terremoto, estaba tan asustada que mi rostro se puso blanco. Pero mi nieto mayor corrió hacia mí y me abrazó fuertemente, diciendo: “Abuela, no tengas miedo, no tengas miedo”. Me conmovió mucho”. La Maestra De Ru ofreció palabras de aliento para levantar el ánimo de Liu: “A medida que pasan los años, solo enfócate en lo bueno y cuídate; eso es lo más importante”.
Ayudando a través de su ejemplo
El año pasado, el voluntario de Tzu Chi Youxian Chen, cuya escasa visión le deja casi ciego, se dedicó a interpretar escrituras budistas con una perseverancia ejemplar. Después del terremoto, acompañó a otros voluntarios de Tzu Chi a la escuela secundaria Junior Huagang de Hualien para ofrecer apoyo moral a las familias afectadas por el desastre. De alguna manera, ver la resiliencia de Chen al enfrentar los desafíos de su vida también ayudó a aumentar su coraje.
Chen escuchó a los sobrevivientes y dijo que a través de conversaciones continuas con las Maestras del Dharma y los voluntarios de Tzu Chi, poco a poco abrieron sus corazones y se sintieron más tranquilos y menos angustiados. Animó a todos a estar agradecidos de que fuera de día cuando ocurrió un terremoto tan fuerte, lo que minimizó el número de víctimas, por lo que todos seguían siendo afortunados y bendecidos. Chen también esperaba que todos pudieran aprovechar esta oportunidad para reconocer el poder de la naturaleza y darse cuenta de que si los seres humanos no cuidan adecuadamente la Tierra, la fuerza de nuestras acciones destructivas se volverá en nuestra contra, algo en lo que todos deberían reflexionar.
Únase a Tzu Chi USA para apoyar la misión de ayuda por el desastre del terremoto en Taiwán. Tzu Chi está en Hualien, brindando ayuda a los afectados. Su amor y cuidado fortalecen todas nuestras misiones. Además, con las donaciones igualadas hasta $500,000, ¡su apoyo puede marcar el doble de diferencia!
