Tzu Chi Haití Lanza Programa de Capacitación Para Mujeres de Escasos Recursos

Región Noreste  |  28 Julio, 2021
Los voluntarios de Tzu Chi en Haití, lanzan el Programa de Capacitación Vocacional de Sastrería el 14 de mayo 2021, una iniciativa de trabajo para mujeres de familias de escasos recursos . Adcline Domercant, una de las maestras del programa, dirige una clase. [Foto: Keziah Jean]

Escrito por Johnson Chang, James Chen, Grace Wong
Traducido por Hernán Goicochea
Editado por Maribel Suárez

“Decide un objetivo, invierte de buena gana y con alegría, y crecerás”, era el mensaje que Veronique Supplice, quería transmitir a sus alumnas de sastrería. “Si no te gusta coser, entonces es inútil. Es solo una pérdida de tiempo. Nunca se puede hacer bien la ropa. Pero si estás interesado, harás ropa hermosa en uno o dos meses ”, dijo, compartiendo sus consejos para aprender a ser sastre y tener éxito en el campo.

Veronique, se encontraba allí para enseñar a participantes del Programa de Capacitación Vocacional de Sastrería, una iniciativa que lanzaron los voluntarios de Tzu Chi en Haití para beneficiar a familias de bajos ingresos. El proyecto fue llevado a cabo por el Padre Zucchi Ange Olibrice, director de Las Pequeñas Escuelas del Padre Bohnen (OPEPB, por sus siglas en francés-criollo) en Saline, una institución educativa que trabaja por el bienestar social de los niños y jóvenes marginados, y tres voluntarios. Diecisiete madres solteras de familias de alta pobreza en la comunidad fueron las primeras en capacitarse.

Después de varios meses de preparación, todas en el aula tienen una máquina de coser para aprender en clase con el profesor. [Foto: Keziah Jean]

“Este programa tendrá una duración de diez meses. En estos diez meses, esperamos capacitar a estas 17 mujeres, que se ofrecen como voluntarias para que sean competentes en la costura y tengan la habilidad para ganarse la vida ”, explicó el voluntario Jerry Esperance, con un entusiasmo que va más allá de las palabras.

El primer proyecto del Programa de Capacitación Vocacional de Sastrería; fabricar mascarillas de tela, estaba inicialmente programado para comenzar a principios de abril, pero se pospuso para mediados de mayo, debido a los problemas de seguridad pública en el país y el ajuste del plan. Ahora que el equipo había lanzado oficialmente el Programa, podía cumplir su objetivo de aliviar el sufrimiento debido a la pobreza, llevando alegría a los hogares empobrecidos.

Estos voluntarios de familias de alta pobreza estaban esperando que comenzara este proyecto. Porque es una gran oportunidad para ellos no solo de aprender a coser, sino también de ganarse la vida

La maestra anima a las estudiantes pidiéndoles que hagan "productos terminados". Después de diez meses, todo el mundo puede confeccionar todo tipo de ropa y bolsos. [Foto: Keziah Jean]

En Haití, las mujeres a menudo residen en viviendas precarias y de baja calidad. Muchas madres y mujeres solteras subsisten con salarios bajos y con escasos medios de progreso social y económico. Algunas mujeres se ven obligadas a vivir con sus padres para cubrir los gastos necesarios.

Aunque los últimos datos del Banco Mundial, del 2020, muestran que las mujeres haitianas representan el 47,36% de la población activa, todavía tienen pocas posibilidades de obtener un empleo permanente. De hecho, la mayoría se dedica a trabajos mal pagados que no requieren habilidades profesionales o alta movilidad y tienen ingresos inestables. Esto es especialmente cierto para las madres solteras, muchas de las cuales quedaron embarazadas en la adolescencia. Algunas son sobrevivientes de abuso físico o sexual, debido a la violencia doméstica.

¡Me siento feliz por mis hermanas! La mayoría de ellas no tienen una vida estable. Con este programa, tendrán algo de qué depender.

Las estudiantes primero aprendieron la estructura de la máquina de coser. Muchas de ellas vieron una por primera vez. [Foto: Keziah Jean]

Este programa se ofrece de forma gratuita e incluye un subsidio de subsistencia. El primer día de clase, todos los instructores de costura y sastrería demostraron verdaderamente su dedicación y paciencia hacia las alumnas.

La profesora de costura, Molila Pierre, se paró al frente del salón, demostrando cómo usar la máquina de coser paso a paso, cosiendo una puntada a la vez, hasta que los estudiantes agarren el ritmo. “Estoy muy feliz de poder enseñar a estudiantes de todas las edades. Es un honor; no importa quién sea, tengo la confianza para enseñarles. Primero, les enseñaré a fabricar mascarillas ”, explicó.

Cada instructora se turnan, para enseñar a las estudiantes. Veronique Supplice también dedica su tiempo y paciencia a enseñar a cada estudiante cómo usar la máquina de coser. Ella es una maestra exigente con ojos de águila, “Trabajaremos duro para enseñar a los estudiantes algunas tareas simples y algunas tareas desafiantes para demostrar su técnica de costura”.

La instructora de costura y sastrería, Adcline Domercant, destacó la concentración adecuada y compartió que “Me encanta coser. Cuando coses, hablas menos y te concentras en tu trabajo”.

Adcline Domercant, quiere que las mujeres y niñas en Haití, dejen de esperar a que sucedan cosas buenas. Cuando las máquinas de coser y carretes de hilo comenzaron a girar, cada estudiante también se puso en acción. Dieron el primer paso, hilo a hilo, costura a costura, comenzando a coser y coser un futuro mejor para ellas y para sus hijos e hijas.

Una de las aprendices, Esperance Aliancent, está embarazada y espera dar a luz pronto. Está atenta y planea con anticipación para ella y su familia, aprovechando esta oportunidad con valentía.

Incluso estando embarazada, no puedo dejar de aprender. No puedo esperar hasta que nazca mi hijo. De lo contrario, alguien ocupará mi lugar. Si me siento incómoda, sigo estudiando feliz

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