Escrito por James Chen, Grace Wong, Keziah Jean
Traducido (Inglés) por Pen-Chi Liu
Traducido (Español) por Gerardo Bonilla
Editado por Maribel Suárez
En Haití, un país del Caribe, las vacaciones escolares de verano duran tres meses y el primer semestre comienza en octubre. Durante el año escolar, el padre Zucchi Ange Olibrice ofrece almuerzos gratuitos a estudiantes de varias comunidades desfavorecidas en Puerto Príncipe, capital del país, como lo son las comunidades de La Saline y Cité Soleil. Sin embargo, este apoyo se interrumpe durante los meses de verano.
Al reanudar su ayuda alimentaria al final del período de vacaciones, el primer día de clases en 2020, el padre Zucchi distribuyó el arroz de Tzu Chi de Taiwán a los padres en una escuela dentro de estas comunidades. La fragancia del arroz cocido pronto llenaría sus hogares, un aroma que tal vez falte durante el verano.
“Hoy es el primer día de octubre. También es el primer día del nuevo semestre de nuestra escuela. Después de este primer día, los estudiantes se irán a casa y regresarán después de siete días, para comenzar oficialmente la escuela. Entonces, aprovechamos esta oportunidad para distribuir arroz a los padres ”, explicó el padre Zucchi quien está profundamente agradecido cada vez que preside una distribución por lo que agrega: “Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a Tzu Chi. Agradezco a la Maestra Cheng Yen y al pueblo de Taiwán por su amor y apoyo en La Saline y Cité Soleil ”.
El padre Zucchi y Johnson Chang movilizaron a un equipo de voluntarios haitianos locales, y ayudaron con la distribución de arroz, para estudiantes y padres. Comenzaron cargando arroz de los muchos camiones que se usaban para transportarlo a la escuela. Una vez que todo estuvo listo, los voluntarios de Tzu Chi comenzaron el evento de distribución interpretando una canción en lenguaje de señas, dando aún más alegría a esta feliz ocasión.
Los beneficiarios procedían de las zonas más empobrecidas de La Saline y Cité Soleil, cercanas a la escuela. Todos esperaron pacientemente su turno, luego al salir del reparto. Con sonrisas alegres, algunos padres cargaron la bolsa de arroz, que recibieron sobre sus hombros mientras sostenían a su hijo de la mano. Las madres transportaban el arroz sobre sus cabezas mientras sus hijos corrían hacia la casa ansiosos por disfrutar de una deliciosa comida.
Durante el verano, la escuela no pudo proporcionar almuerzos gratis a los estudiantes. Por lo tanto, antes de las vacaciones de verano, los voluntarios de Tzu Chi, distribuyeron dos bolsas de arroz a cada familia, para asegurarse de que los niños no pasaran hambre. Y al final del verano, los voluntarios decidieron distribuir otra bolsa de arroz a cada familia. Si la familia tiene más de dos estudiantes, que asisten a la escuela, pueden recibir dos bolsas de arroz. Cada persona también recibió tres mascarillas.
Estoy muy feliz y agradecida de recibir el arroz. Gracias, pueblo de Taiwán, por ayudarnos. Gracias, Maestra Cheng Yen y todas las personas de buen corazón que se preocupan por Haití.
Un total de 1.532 hogares se beneficiaron de esta distribución de arroz. Al ver la gratitud y la alegría de los padres y los estudiantes, el padre Zucchi también se sintió muy complacido y exclamó: “Vi sus caras felices. Sin este arroz, sus vidas serían muy difíciles ”.
En una base de amor, los voluntarios de Tzu Chi han construido un puente de bondad con el pueblo haitiano. Ahora los voluntarios haitianos se han fortalecido gradualmente y llevan amor y cuidado a muchas más comunidades desatendidas.
Con alegría se pueden superar los desafíos; con gratitud se pueden acumular fuerzas.
