Adaptado al español por: María Pacheco
Editado por: M. Carolina Saheli
La mayoría de los nuevos inmigrantes que llegan a Estados Unidos enfrentan muchas dificultades. Según datos del Migration Policy Institute en 2021, los inmigrantes representaron el 14% de la población total de EE. UU., y la proporción de inmigrantes que experimentaron pobreza ese año fue del 24%. Estas cifras destacan los desafíos económicos que enfrentan las comunidades de inmigrantes. Además, las nuevas familias inmigrantes enfrentan barreras culturales y lingüísticas, exacerbando las dificultades de comenzar una vida en un nuevo país. Establecerse en Estados Unidos no es fácil. Casi 9,256,000 inmigrantes enfrentaron la pobreza antes de la pandemia de COVID-19, y muchos más han caído en dificultades económicas desde entonces. La mayoría de los inmigrantes de bajos ingresos en Estados Unidos provienen de América Latina y el Caribe, lo que a menudo significa que llegan a Estados Unidos sin saber hablar inglés y sin estar preparados para el clima frío en las regiones del norte del país.
Elias Cabarcas, un colombiano de 59 años, es el pastor de la Iglesia Presbiteriana Cristiana. Él y su esposa mantienen esta iglesia, que cuenta con una gran congregación. “Nuestra comunidad está formada por personas de países latinoamericanos, como Venezuela, Colombia, México y otros países”, explicó el pastor.
El Pastor Elías conoció sobre el trabajo benéfico de Tzu Chi del Medio Oeste a través de la organización sin fines de lucro Illinois Community for Displaced Immigrants y desde entonces, durante varios años, Tzu Chi del Medio Oeste ha donado numerosos suministros a esta iglesia, ofreciendo asistencia espiritual y material a las nuevas familias inmigrantes empobrecidas en la congregación.
En la víspera de Navidad, los voluntarios de Tzu Chi del Medio Oeste visitaron una vez más esta iglesia, llevando varios suministros de invierno a todas las familias necesitadas.
Distribución llena de alegría
El 24 de diciembre de 2023, un grupo de voluntarios de Tzu Chi llegó a la iglesia cargando bolsas llenas de suministros de invierno e inmediatamente pusieron manos a la obra para organizar todo lo relacionado con la distribución, entre los suministros donados habían: gorros, guantes, zapatos, mantas ecológicas y bufandas.
Antes de iniciar con la distribución, el pastor Elías caminó hacia un atril de velas en el santuario, encendiendo las velas una a una, añadiendo lentamente un resplandor tenue y cálido al espacio. En la tradición cristiana, las velas simbolizan la dedicación desinteresada de Jesucristo. Su luminosidad no solo representa la salvación de Jesús a los creyentes, sino también el poder de la luz para alejar la oscuridad. Así como Jesús se sacrificó por el mundo, las velas se consumen a sí mismas pero iluminan el entorno, llevando calidez y luz a cada rincón, disipando por completo la oscuridad.
Mientras la música animaba el ambiente, los niños con campanas en mano se apresuraron alegremente al escenario, cantando canciones festivas de Navidad. Las voces de los niños, puras y melodiosas parecían ángeles cantando. Los voluntarios de Tzu Chi se sintieron extremadamente alegres y aplaudieron la maravillosa actuación de los niños.
Después de la presentación de los niños,Yamei, voluntaria de Tzu Chi, subió al escenario para explicar la logística de la distribución a los miembros de la iglesia. Al presentar las bufandas, hizo énfasis en que estaban hechas con docenas de botellas reciclables. La audiencia aplaudió calurosamente este diseño por ser respetuoso con el medio ambiente.
En medio de la alegría navideña los voluntarios de Tzu Chi distribuyeron personalmente los suministros a los miembros de la iglesia. Las familias que recibieron los suministros estaban excepcionalmente felices, sintiendo la alegría de las festividades.
Conexión entre religiones
Por su parte, el pastor Elías expresó gran alegría al poder establecer una conexión con los voluntarios de Tzu Chi en Chicago. “Somos muy afortunados de conocer la Fundación Tzu Chi. Han ayudado a muchas familias inmigrantes nuevas que viven a 1 o 3 millas alrededor de la iglesia. Hoy recibimos pijamas navideñas porque estas familias están tratando de adaptarse a la cultura aquí. Gracias por la ayuda que Tzu Chi proporciona”, comentó el pastor.
Nos sentimos felices al poder trabajar con Tzu Chi, nosotros somos cristianos, ellos son budistas, pero podemos sentir la misma divinidad. Tenemos el mismo espíritu, las mismas ideas, para ayudar a los necesitados.
Pastor Elías
Cabarcas Iglesia Presbiteriana de Cristo
Guanglu He, un filósofo religioso, propuso la metáfora de que “todos los ríos fluyen hacia el mar”. Diciendo que “la conexión de todos los ríos radica solo en llegar al mar, originándose en el mar, regresando al mar; la conexión de todas las religiones radica solo en creer en Dios, surgiendo de Dios, volviendo a Dios”. Mientras que la Maestra Cheng Yen también ha hablado sobre la metáfora del “océano” hace muchos años, al decir que “no debería haber sentimientos divisorios entre las religiones. Deberíamos respetarnos y elogiarnos mutuamente: como el océano, donde las aguas de ríos, arroyos, riachuelos y estanques pueden fluir hacia el océano y ser acomodadas. Esta es la verdadera fe en la religión”.
Los voluntarios de Tzu Chi seguirán trabajando por crear conexiones interreligiosas, convergiendo como ríos hacia el mar. Continuarán colaborando con diversos grupos religiosos para unidos ayudar a las nuevas familias inmigrantes necesitadas. ¡Que el amor persista y los pensamientos benevolentes perduren!.