Escrito por Ruiling Chen and Shuli Lo
Adaptado al español por María Pacheco
Editado por M. Carolina Saheli
El 21 de enero de 2023, víspera del Año Nuevo Chino, un hombre vietnamita-chino de 72 años llamado Huu Can Tran irrumpió en el Star Ballroom Dance Studio en Monterey Park, California, y disparó indiscriminadamente contra la multitud, matando a 11 personas e hiriendo a 16. Al día siguiente, Huu Can fue rodeado por la policía, y sin posibilidad de escaparse, se disparó a sí mismo.
Este lamentable incidente fue uno de los peores tiroteos masivos en la historia moderna de California, se considera que está, entre los peores desde la masacre de McDonald’s de San Ysidro en 1984. El impacto que tuvo el tiroteo de Monterey Park en la sociedad estadounidense se debió, en gran medida, a que sucedió en un vecindario relativamente con poca delincuencia y con una población predominantemente asiático-estadounidense.
Once vidas se perdieron en un abrir y cerrar de ojos en medio de todas las luces y festividades del Año Nuevo Lunar. Estas trágicas muertes dejaron un profundo agujero en los corazones de familiares, amigos y en toda la comunidad, este profundo dolor no ha quedado atrás.
A las 6 de la tarde, del pasado 21 de enero, a un año de ocurrida la tragedia, integrantes de la comunidad y líderes religiosos celebraron una vigilia con velas frente al Ayuntamiento de Monterey Park. Los dolientes se reunieron para, juntos, tratar de sanar las heridas provocadas por este derramamiento de sangre. Más temprano esa tarde, se llevó a cabo una reunión con funcionarios electos federales y locales, con la esperanza de que la comunidad pueda salir de este oscuro episodio y nunca más ser tocada por tal nivel de violencia.
La vigilia a la luz de las velas
A medida que se acercaba la noche, las luces de las velas empezaron a verse como un río de estrellas. Con este acto simbólico, hecho frente al Ayuntamiento de Monterey Park, los familiares de las víctimas, sobrevivientes, representantes de organizaciones religiosas y miembros de la comunidad se reunieron para recordar a los que perdieron su vida.
Los voluntarios de Tzu Chi, dirigidos por el Maestro Huiting perteneciente al templo de Guangming, cantaron sutras y oraron para que los difuntos descansen en paz y los vivos encuentren tranquilidad. El Maestro dijo, “espero que a través de esta actividad las personas aprendan que, si hay problemas entre seres humanos, los problemas se pueden resolver a través de la religión, en lugar de utilizar este tipo de método extremo. El deseo de Buda y Bodhisattva. . . es que todos puedan vivir en paz y estabilidad, y este es nuestro principal objetivo esta vez. También esperamos poder aliviar el sufrimiento de las víctimas. Por supuesto, lo más importante es esperar que los sobrevivientes sean fuertes. También espero que este evento kármico, que es sólo un fenómeno superficial, pueda mostrar a todos la impermanencia del mundo”.
Muchos se acercaron a la estatua de Buda durante el evento frente al stand de Tzu Chi para pedir deseos y orar por bendiciones. Al ofrecer incienso al Buda, estas sentidas oraciones y visiones se elevaban junto con el humo llenando la mente de paz y tranquilidad.
Durante la vigilia se podían ver muchas linternas que fueron puestas en el suelo del lugar conmemorativo. A medida que avanzaba la noche, la luz de las linternas en el suelo se hacía más brillante. Las bolsas de las linternas, fueron pintadas por miembros de la comunidad para expresar su dolor y su esperanza de seguir con una vida llena de paz.
Noemí Hernández Kim, quien comentó preocuparse por temas sociales en su comunidad, vio a un amigo sosteniendo linternas días antes del evento, y se ofreció a tomar cinco y pintarlas. Para expresar su tristeza buscó un símbolo chino que representara “resiliencia”. “Decidí usar flores de loto. He visto la resiliencia de la comunidad y el apoyo mutuo desde el tiroteo del año pasado. Utilicé las palabras amor, comunidad y resiliencia, porque representan a toda la comunidad”, dijo Noemí.
Reunidos para luchar contra la violencia
Según datos del Instituto Rockefeller de Gobierno, la frecuencia de tiroteos masivos en Estados Unidos ha aumentado constantemente desde 1966; entre 1966 y 1975 hubo 12 tiroteos, pero entre 2013 y 2022 hubo 170 tiroteos masivos. Vale recordar que un tiroteo masivo es un incidente de violencia selectiva llevado a cabo por uno o más tiradores en uno o más lugares públicos o poblados. Múltiples víctimas, tanto heridos como muertos, son el resultado del ataque, y tanto las víctimas como los lugares.
El tiroteo masivo en Monterey Park y la creciente frecuencia de estos trágicos actos a lo largo de los años no sólo ha causado tristeza, sino que también ha hecho que comunidades enteras exijan mayor control de armas y mayores medidas de apoyo a la salud mental para el público en general. Por esta razón, funcionarios y líderes comunitarios de Monterey Park convocaron una mesa redonda, en el marco del aniversario del tiroteo, y discutieron cómo evitar que tragedias como esta se repitan.
A la reunión asistieron funcionarios, entre ellos la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, la congresista estadounidense Judy Chu, la vicegobernadora de California, Eleni Kounalakis, y el alcalde de Monterey Park, José Sánchez.
Por su parte, Debra Boudreaux, directora ejecutiva de la sede de la Fundación Budista Tzu Chi, también asistió a la reunión. Boudreaux destacó la importancia de la religión para movilizar a las personas para el bien y construir una mejor comunidad. “Nuestra congresista, la Sra. Judy Chu, siempre ha querido ayudar a que los estadounidenses de origen asiático sean reconocidos en la comunidad y garantizar que se pueda ver el cuidado que la comunidad asiático-estadounidense tiene por la comunidad en general. El ‘pensamiento único’, dijo la Maestra Cheng Yen, la paz de la comunidad en su conjunto y el cuidado físico y mental del cuerpo y la mente, no se trata sólo de restringir el uso de armas, sino de brindar amor y cuidado y avanzar a través de la educación básica. Sí, las organizaciones religiosas deben llegar a las comunidades porque son las organizaciones más afirmadas y confiables, y depende de las organizaciones religiosas ayudar a todos, llevar este mensaje correcto”, comentó Debra Boudreaux.
Después del tiroteo, mucha gente estaba preocupada y reacia a salir. ¿Cómo podemos acompañar a estas personas? Tzu Chi promueve el canto de sutras, así como cursos de educación social, que incluyen ceremonias del té y arreglos florales todos los miércoles en el Monterey Park Mutual Aid Center. Más importante aún, estas familias pueden salir e interactuar con la comunidad por iniciativa propia.
Debra Boudreaux
Directora ejecutiva
Tzu Chi USA
El alcalde de Monterey Park, José Sánchez, también ofreció un discurso durante la vigilia, “su angustia es su motivo. Sabemos que la lucha para poner fin a la violencia armada no la puede lograr una sola persona. Se necesita un compromiso comunitario para abogar por el cambio. Y luchar por vidas al hacerlo. Trabajaremos juntos, no sólo para curar nuestras heridas, las heridas que ya tenemos, sino para sembrar las semillas de la paz”, aseguró el alcalde.
La ceremonia del aniversario del tiroteo en Monterey Park no fue sólo una conmemoración a las víctimas sino también un compromiso con el futuro, al exigir mayor control sobre el uso de armas de fuego en Estados Unidos.
Cuando se muestra compasión por todos, ¡el amor se hace ilimitado! Únase a Tzu Chi para decir no a la violencia.