Adaptado al español por María Pacheco
Editado por M. Carolina Saheli
Cada último jueves de noviembre se celebra el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos y es una tradición que antes de esta fecha, en Cedar Grove, ciudad ubicada en el condado de Essex, Nueva Jersey, se organice un evento de oración y agradecimiento interreligioso que une a cristianos, católicos, judíos, ortodoxos macedonios y budistas. La oficina de la Región del Medio Atlántico de Tzu Chi ha participado en este evento desde que fueron invitados por primera vez, después de los trágicos eventos del 11 de septiembre de 2001. Tzu Chi es la única organización budista que participa en este oficio interreligioso.
Debido a que en los últimos años los desastres de todo tipo han sido más frecuentes en todo el mundo, los organizadores del evento de fe interreligiosa no dudaron en reanudar esta ceremonia después de tres años de restricciones por la pandemia. El lugar escogido para llevar a cabo este hermoso acto de fe, fue la Sinagoga de West Essex (también conocido como Templo Sholom), en Cedar Grove. Allí se reunieron cientos de personas de diferentes religiones y distintos idiomas, pero todos unidos en la convicción de que la compasión no conoce fronteras. Los seres humanos necesitan amor, compañía y serenidad, especialmente en tiempos como estos donde los corazones siempre andan agitados ante tantos cambios.
Mostrar agradecimiento y unir esfuerzos
A las 7:30 de la noche se escucharon las primeras oraciones que dieron inicio al servicio interreligioso. Los judíos recitaron una canción basada en el Salmo 133, expresando la alegría y la unión que se vive en un templo. El encargado de llevar el servicio fue Josh Burch, presidente del Templo Sholom, quien animó a los presentes a trabajar juntos para hacer del mundo un mejor lugar. “Aunque somos de diferentes religiones, todos somos una familia que vive en la misma aldea global”, comentó Josh Burch.
Por su parte el padre Esteban, quien es representante de la religión católica, dijo que “las personas tienden a olvidar el 99 por ciento que ya tiene y se enfocan en el 10 por ciento que no tiene”, refiriéndose a cómo la felicidad puede ser percibida por los demás.
Este momento de agradecimiento nos recuerda que debemos estar agradecidos por lo que tenemos.
Padre Esteban
Sacerdote católico
Durante su discurso, Chikai King, voluntario de Tzu Chi, hizo una comparación entre el Tzedakah—uno de los principios judíos en el que se establece la caridad como regla a seguir—con las alcancías de bambú de Tzu Chi. Lo que prueba que la caridad no cambia con respecto a la religión ya que todos debemos dar y servir a quienes más lo necesitan. King también comentó que todos los que quieran pueden ser Bodhisattvas, solo se necesita tener un buen corazón y ayudar y respetar a los demás seres humanos.
Tzu Chi es reconocido por su trabajo
Después de tres años de espera, esta reunión revivió el sentimiento de entrega y oración entre los presentes. Una de ellas fue Stephanie Kupfer, quien es integrante del coro de la sinagoga y canta desde que tenía cinco años. Kupfer compartió que durante los momentos de incertidumbre durante la pandemia, sintió que “la música puede sanar y guiar a las personas. Es realmente hermoso estar aquí juntos, para sentir alegría y paz en medio del miedo”.
Los jóvenes voluntarios de Tzu Chi interpretaron una canción en lenguaje de señas, recibiendo aplausos y reconocimiento por parte de los presentes. El trabajo realizado por Tzu Chi en Nueva Jersey ha sido reconocido por Joe Zichelli, alcalde de Cedar Grove, quien agradeció a la fundación por la entrega de mantas ecológicas durante la pandemia.
Estamos muy agradecidos de poder reunirnos después de la pandemia y esperamos hacerlo todos los años.
Joe Zichelli
Alcalde de Cedar Grove
Por su parte Rita y su esposo, quienes viven en un departamento al lado del Salón Jing Si en Nueva Jersey, conocen sobre la labor de Tzu Chi desde hace años y han sido testigos de la compasión de los voluntarios de la fundación. Ellos contaron que Tzu Chi les permitió dejar su automóvil en el estacionamiento del salón Jing Si durante la reparación del exterior de su edificio y siempre han estado agradecidos por eso.
Chikai King, voluntario de Tzu Chi, dijo que a lo largo de los años los esfuerzos de Tzu Chi no han sido en vano, pues más personas, y la comunidad en general, se han familiarizado con la fundación. King comentó que esta fue una oportunidad grandiosa, pues los integrantes de Tzu Chi interactuaron con diferentes grupos, quienes esperan con ansias encontrarse nuevamente en la próxima oración interreligiosa.
La Maestra Cheng Yen siempre nos ha enseñado la importancia de ser agradecidos, y es por eso que podemos conectarnos con otros grupos religiosos. Es una oportunidad preciosa lograr establecer conexiones con diferentes religiones, y la aprovecharemos para seguir la filosofía de la Maestra Cheng Yen.
Rey Chikai
Tzu Chi Voluntario