Cuando las Víctimas de Desastres Sufren, los Voluntarios de Tzu Chi Reparten Amor

Región del Medio Atlántico  |  1 Febrero, 2022
Los voluntarios del Grupo Comfort transmiten transmitir las condolencias de la Maestra Cheng Yen y las bendiciones de los voluntarios de Tzu Chi Foto: Shouyong Gao

Escrito por Yuying Xu
Adaptado al español por José Beltrán
Editado por Maribel Suárez

“Se suponía que sería una tormenta ordinaria”, mencionó una de las víctimas del Huracán Ida. En una breve frase, resumió el sufrimiento y la desesperanza de quien pierde, inesperadamente, sus posesiones materiales. “Cómo iba a saber que al despertarme, mi casa y mi automóvil habrían desaparecido”.

El 1 de septiembre, el huracán Ida arrasó parte de Nueva Jersey. Unos 39 kilómetros al norte de la Oficina de Tzu Chi en Nueva Jersey, en el área que alberga los apartamentos de Oakwood Plaza de la ciudad de Elizabeth, se registraron fuertes afectaciones. Unos 260 hogares que vivían en el edificio de apartamentos fueron evacuados, mientras que las autoridades sanitarias declararon la edificación como una zona inhabitable. Pero en medio de esta desesperanza, los voluntarios de la Oficina de Nueva Jersey escogieron a Elizabeth, para brindar auxilio y consuelo durante la tercera fase de la tormenta, tras la evaluación del desastre y después de mantener comunicación estrecha con el gobierno municipal y la Cruz Roja.

El Gobierno Local y las Organizaciones de Caridad Despliegan el Poder del Amor

Desde el brote de casos de covid-19 en el marco de la pandemia, el gobierno decidió cerrar el centro de rescate e instaló a los sobrevivientes del desastre en hoteles, dando prioridad a su salud y seguridad. A las 9 de la mañana, los voluntarios arribaron al hotel en Elizabeth, cerca del Aeropuerto de Newark. Dawn Morris, de la oficina de la Cruz Roja de Illinois, supervisó la distribución de los 13 voluntarios de su organización y asistió a Tzu Chi para controlar el flujo de personas afuera de la sede, revisó la lista de aplicantes y tradujo del español.

A las 10 de la mañana, el voluntario Weiguang Zhang, leyó respetuosamente la carta de condolencias de la Maestra Cheng Yen y encaminó al equipo a rezar por la protección de las familias, con la canción “Amor y Cuidado”. Al finalizar la ceremonia, la distribución dio inicio oficialmente. Los voluntarios de la Cruz Roja ayudaron a mantener el orden afuera de la sede y en todo momento permitieron solo el ingreso de hasta ocho personas para recibir la distribución de suministros. Después de que los voluntarios de la Cruz Roja revisaron la lista de aplicantes, las familias afectadas llenaron un formulario de distribución de manera ordenada, con la asistencia de los voluntarios de Tzu Chi se accedió a la información de los formularios en computadora y, en una tercera estación, un voluntario registró el número de serie de las tarjetas de débito prepagadas y enseñó a las personas a utilizar las tarjetas. Una de las víctimas del huracán Ida, Pamela Brown, lloró cuando descubrió que las tarjetas venían cargadas con USD$600 dólares. Ella tomó las manos de una voluntaria y les expresó su más sincera gratitud.

En situaciones de emergencia la compasión y la solidaridad siempre encuentran un lugar. Brown agradeció a la Maestra Cheng Yen por su ayuda amorosa. “Rezo por usted, ya que me dio esperanza con su asistencia cuando estaba en mi peor momento. Muchísimas gracias”, exclamó.

Las familias afectadas completaron de manera ordenada la aplicación con la asistencia de los voluntarios de Tzu Chi Foto: Shouyong Gao
Pamela Brown rompe en llanto cuando se dio cuenta que recibiría una tarjeta con USD$600 dólares. Foto: Shouyong Gao

Voluntarios del Grupo Comfort entregaron la tarjeta con dinero para transmitir, de manera respetuosa, las condolencias de la Maestra Cheng Yen y las bendiciones de los voluntarios de Tzu Chi. Con un tono firme, uno de ellos se dirigió a las víctimas de Ida: “No están solos. Por el tiempo que necesiten nuestra ayuda, ¡nosotros estaremos aquí para ustedes! También deseo que puedan sacudirse el trauma y reunir su coraje lo más pronto posible. En el futuro, cuando sean capaces, ustedes también podrán regresar la cadena de favores y ayudar a aquellos que lo necesiten”.

Los voluntarios también prepararon versiones en inglés y español del Libro Jingsi para las familias con niños. Cuando los pequeños vieron los lindos libros ilustrados inmediatamente comenzaron a sonreír y el sitio se iluminó con su inocencia. Además, los voluntarios prepararon cajas con mascarillas faciales y una manta ecológica para cada familia. Al recibir las mantas ecológicas enviadas desde Taiwan y hechas por Tzi Chi, las familias mostraron su sorpresa: “¡Increíble! ¡Qué suavidad!”. No obstante, la sorpresa no se detuvo en ese momento, pues el asombro fue aún mayor cuando se enteraron que estaban fabricadas con 70 botellas de plástico recicladas. Los voluntarios aprovecharon el momento para hablar del valor que tiene la protección ambiental, con la esperanza de aumentar la conciencia sobre la protección al medio ambiente a través de estas reconfortantes mantas.

Cada Familia Tiene una Historia Única

Cada hogar afectado por el Huracán Ida tiene una historia única. Algunas guardan silencio sobre lo que sucedió, mientras que otras están dispuestas a compartir sus historias. Zimpa es una madre soltera que vive con sus tres hijos. Ella contó que la inundación en su apartamento era tan alarmante que les pidió a sus hijos que se pararan sobre la perilla de la puerta para mantenerse sobre el nivel del agua, mientras esperaban a ser rescatados. La hermana de Zimpa estaba cerca, pero tampoco podía ir en auxilio de la familia porque el agua le llegaba al pecho. Su hija dijo a los voluntarios que no sabían cuánto tiempo debían quedarse en un hotel antes de volver a sus hogares. La familia enfrentó un futuro incierto como parte de las secuelas que dejó este desastre natural.

El cuñado de Zimpa, Ahmed, es también una víctima del desastre. Al recordar la inundación que le llegaba al pecho, Ahmed expresó sus temores. Lo que aún le dolía más era ver desde su ventana cómo una madre que resistía la corriente mientras presenciaba cómo el agua se llevaba a su bebé.

Danielle Glynn, una madre soltera, recordó: “Yo pensé que solo estaba lloviendo esa noche, pero mi vecino llamó y dijo que mi automóvil estaba inundado y flotaba sobre la corriente. Y el agua inundó la puerta frontal de mi casa. Nos quedamos en el segundo piso hasta que el nivel del agua disminuyó al día siguiente, cerca de las 5 de la mañana. Todo fue un desastre terrible. Perdí mi casa y mi automóvil. Fuimos evacuados del centro de rescate y después fuimos transferidos aquí. Ya no puedo volver a casa y debo comenzar mi vida de cero. Tendré que encontrar un lugar para quedarme. Solo puedo pensar un día a la vez”. Glynn estaba muy agradecida cuando le dijeron que Tzu Chi, una organización de caridad basada en Taiwán, le había donado suministros.

Danielle es una madre soltera. Ella estaba agradecida cuando recibió la ayuda de Tzu Chi. Foto: Shouyong Gao

Otra de las personas afectadas por Ida, Begum Any, se mostró agradecida cuando recibió la ayuda: Ahora podré comprar artículos de necesidad para mi hija, tales como comida, y utilizar el dinero en efectivo para los insumos escolares. Estas son cosas valiosas. Te agradezco desde lo más hondo de mi corazón”.

Bargem estaba agradecida porque le podrá comprar comida a su hija. Foto: Shouyong Gao

Los voluntarios no dejaron pasar sin festejar el cumpleaños de Yanelis, de la República Dominicana. Con total sorpresa, le cantaron “Feliz cumpleaños” para desearle lo mejor. En medio de esta atmósfera alegre, Yanelis dijo: “La tarjeta con dinero y la manta ecológica de Tzu Chi son los mejores regalos  de cumpleaños para mí”.

Cada Familia Tiene una Historia Única

Desafortunadamente, la pandemia del COVID-19 puso un alto a muchos eventos de Tzu Chi. Todos los integrantes fueron confinados en casa y solo pudieron participar en algunos eventos mediante video conferencia. Pero incluso con esta restricción, cuando el Huracán Ida golpeó, muchos voluntarios de inmediato salieron de sus hogares para participar en las labores de distribución. Viendo el sufrimiento de otros, se volvieron más agradecidos por su propia fortuna. Una de las voluntarias, Liling Gao, asistió a otras madres afectadas por el desastre, ayudando a llenar los formularios y también fungió de niñera, cuidando a los niños. Aprendió la fuerza temible de la impermanencia e hizo que su día a día brillará con agradecimiento. Muchas cosas solo se pueden comprender en el presente porque nadie sabe lo que sucederá en el futuro. Con el “Dharma” en el corazón de uno, cada situación difícil puede tomarse con calma.

Otros voluntarios compartieron sus preciosas experiencias de generosidad, como Taibo Zhu, quien después de confinar en casa por la pandemia, recordó lo feliz que es al participar en la distribución de ayuda. Otro voluntario, Rongping Shi, fue una víctima más del desastre, con su automóvil inundado. Aún así, puso a un lado su tragedia personal y participó en la distribución de insumos, con el corazón y la bondad de su ser.

El voluntario Taibo Zhu recuperó la compasión de años anteriores cuando participó en esta distribución. Foto: Shouyong Gao
El voluntario Shi Rongping también se vio afectado por el desastre, pero dejó de lado los asuntos personales para participar en la distribución y difundir el amor. Foto: Wang Wankang

El amor del Bodhisattva llega desde todo el mundo. El voluntario Weiguang Zhang mostró un cheque por USD$10.000 dólares, donado por la “Fundación para la Educación Bodhi”, que también es una organización budista, para ayudar a los damnificados por el Huracán Ida. El cheque fue aceptado por Tina Lee, directora ejecutiva de la oficina de Nueva Jersey, en nombre de Tzu Chi. “El Huracán Ida azotó el este de los Estados Unidos, especialmente Nueva Jersey, por lo que la fundación donó dinero a Tzu Chi para ayudar a las personas afectadas por el desastre”, dijo Zhang.

Tina Lee, directora ejecutiva de la oficina de Tzu Chi en Nueva Jersey, aceptó un cheque por valor de 10.000 dólares estadounidenses donado por la "Fundación de Educación Bodhi", una organización budista para el alivio del desastre del Huracán Ida. Foto: Shouyong Gao

Los voluntarios de Tzu Chi no solo han brindado apoyo material, sino también consuelo espiritual a unos 52 hogares afectados por el desastre que necesitaban asistencia urgente en esta distribución. Siempre hay sufrimiento en el mundo, pero es de esperar que el amor que Tzu Chi difunde inspire a las almas de los damnificados a recuperar el coraje para seguir adelante.

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