Escrito por: Yi Fan Lam
Adaptado al español por: JuanMa Bonilla
Editado por: M. Carolina Saheli
Juana Almazan, una residente de Santa Ana, California, fue una de las tantas personas que se reunieron a hacer fila a las 3 de la mañana para recibir ayuda médica. Ella dijo: “Cada vez que vengo aquí al dentista, siempre me quedo con una buena impresión y recibo las mejores atenciones. Me siento muy agradecida y espero que Dios los bendiga a cada uno de ustedes”.
Necesidad urgente de ayuda médica gratuita
Juana es solo una de las muchas personas que necesitan desesperadamente asistencia médica. Toma 20 minutos conducir desde el próspero vecindario de Irvine hasta Santa Ana, California, pero los paisajes urbanos son profundamente diferentes. Santa Ana es una comunidad de inmigrantes económicamente desfavorecidos donde la mayoría de los residentes son hispanohablantes. Desde 2013, los voluntarios de Tzu Chi en el condado de Orange, en el sur de California, han realizado clínicas gratuitas en Santa Ana tres veces al año, atendiendo a residentes de bajos ingresos y personas sin seguro.
El 26 de marzo de 2023, cerca de 40 voluntarios traductores de español e inglés fueron movilizados para la clínica gratuita. Entre ellas, Roberta García y Mónica Sánchez han hecho la transición de pacientes a voluntarias, con la esperanza de servir a sus comunidades. Mientras los beneficiarios esperaban a un médico, los voluntarios distribuyeron copias de los Aforismos de Jing Si impresos en cuatro idiomas: chino, inglés, japonés y español, así como amuletos de paz.
De paciente a voluntario
Mónica Sánchez, una voluntaria, llegó con varios de sus amigos a ayudar: “Hoy todo es gratis y me gusta mucho. Cuando los vi ayudando a la multitud, decidí también ofrecer mi tiempo como voluntaria. Es bueno para mi comunidad y para mí. Vi a Lisa Solomon, la directora de la Escuela Primaria Madison, repartiendo comida mientras yo ayudaba con volantes. Fue realmente bueno.”
Agradecemos a Tzu Chi cada vez que viene. Son de gran ayuda para la comunidad, muchas gracias. Iré a más eventos, traeré a más personas y usaré mis manos para ayudar a todos.
La voluntaria Roberta García recibió ayuda de Tzu Chi hace unos años porque su familia necesitaba anteojos. Al ver a los voluntarios ayudando a la comunidad, se conmovió y quiso ayudar también. Ella dijo: “Charline (voluntaria de Tzu Chi) nos invitó a ir a centros comerciales y escuelas para distribuir folletos de actividades. Durante la pandemia, también fuimos a las escuelas a repartir frutas y verduras a familias necesitadas. También vinieron a nuestra comunidad y proporcionaron alrededor de 20 libras de frutas y verduras a cada hogar. Los vecinos están muy agradecidos. Queremos difundir el mensaje de que Tzu Chi distribuye comida, ropa y medicinas gratis, especialmente en tiempos de inflación”.
De estudiantes a doctores y enfermeras
Algunos niños que estudiaron en la Academia Tzu Chi ahora se han convertido en el personal médico profesional que pone sus habilidades profesionales al servicio de los demás y contribuye a las clínicas gratuitas.
La enfermera Cynthia Chou es una de esas estudiantes y se desempeñó como líder de un grupo de jóvenes Tzu Chi. “Ayudaba todo el tiempo cuando era niña. Hoy es la primera vez que participo en la clínica gratuita como enfermera. Es gratificante trabajar con el equipo de la estación de enfermería, realizar pruebas de azúcar en la sangre y colesterol y brindar atención médica gratuita a quienes realmente la necesitan. Estoy muy agradecida de poder servir a las comunidades desfavorecidas”.
El dentista Kevin también creció asistiendo a la Academia Tzu Chi. Después de graduarse de la escuela de odontología, participó en la clínica gratuita de Tzu Chi por primera vez por invitación de su tío. Hoy es la segunda vez que se ofrece como voluntario: “Cuando era niño en la escuela china, solo conocía a Tzu Chi como una organización budista que me enseñaba a leer chino y aprender el lenguaje de señas, pero no sabía todo lo demás. Después de escuchar a mi tío sobre el trabajo de Tzu Chi durante tantos años, finalmente vine aquí y aprendí sobre los servicios comunitarios, y es una gran experiencia participar en la clínica gratuita”.
Servicios de la vista oportunos
La Clínica Móvil para la Visión de Tzu Chi está totalmente equipada con equipos de optometría y una sala de pulido de lentes; es como una mini clínica de optometría. Antes del evento, los voluntarios fueron hasta el barrio para registrar a los pacientes para su tratamiento oftalmológico. Los voluntarios de oftalmología primero midieron la vista usando una lista de control de la vista y luego fueron al vehículo móvil de oftalmología para proporcionar monturas de anteojos a los visitantes. A continuación, el oftalmólogo realizó un examen más detallado para confirmar las prescripciones y, finalmente, se fabricaron los anteojos en la sala de pulido de lentes. Los visitantes podían obtener sus anteojos en 30 o 40 minutos. Ese día, el vehículo móvil de oftalmología repartió un total de 17 pares de anteojos a personas necesitadas.
He ido [a la clínica gratuita] dos veces, una el año pasado y otra hoy, y las dos veces he tenido una buena impresión. Vine al departamento de oftalmología para obtener anteojos y ver a un médico acupunturista.
Todos trabajan juntos para ayudar a los que lo necesitan
Durante la pandemia, muchas personas sufrieron ansiedad. Conscientes de las necesidades de salud mental de la comunidad, los voluntarios hicieron una invitación especial a la psiquiatra Margaret Lin de Kaiser Permanente para trabajar con pacientes en la clínica. Ella mencionó que muchos pacientes se quejan de dolor de cabeza y presión arterial alta. Sin embargo, al tener una sesión con ellos, se dió cuenta que muchos de estos síntomas vienen del estrés, falta de sueño y otros factores. Margaret Lin considera que varios pacientes requieren de un seguimiento y afirma que estar presente en estas clínicas gratuitas es importante ya que no solo se deben tratar dolencias físicas, sino también emocionales.
Puede ser que la pandemia haya hecho que muchas personas se sientan impotentes o estresadas por el futuro. He visto mucho en el campo de la psiquiatría a este respecto, ya sea insomnio, ataques de pánico o síntomas de depresión clínica. Todos estos son relativamente comunes, así que espero haber sido útil hoy.
Más allá de la atención para el dolor físico y psicológico, se proporcionó en el lugar ropa, zapatos y juguetes limpios de segunda mano para que los visitantes y los niños pudieran elegir de forma gratuita para reducir los gastos de manutención. La clínica pudo ayudar a muchos en la comunidad que lo necesitaban, y los voluntarios estuvieron felices de dar su tiempo y talento para ayudar a sus vecinos.
