Voluntarios En Washington DC Fabrican Mascarillas De Tela Con Amor

Región del Washington DC  |  16 Julio, 2020
Los voluntarios trabajan juntos para entregar mascarillas de tela con amor durante la pandemia. Foto: Eric Tong.

Escrito por Chin-Lan Chen
Traducido por Hernán Goicochea
Editado por Maribel Suárez

Se dice que una gran fuerza surge de la unidad de las mentes y el impulso de ayudar a los demás. En medio de la pandemia global del COVID-19, una voluntaria de la oficina Tzu Chi en Washington DC llamada Shuchuan Weng, hizo exactamente eso al formar un equipo de voluntarios para fabricar mascarillas de telas con el fin de apoyar a los trabajadores de primera línea.

Lo primero que hizo fue crear un grupo en LINE, una aplicación de comunicación móvil que muchos voluntarios de Tzu Chi usan para mantenerse en contacto. Al hacerlo, invitó a los voluntarios Chengyueh Lee, Shallin Nesbit y Annie Wang a unirse, y juntos difundir su intención de fabricar mascarillas para la comunidad. Por el chat, Weng compartió que no tenía una máquina de coser y que no es experta en costura. Sin embargo, estaba dispuesta a coser las mascarillas a mano, una puntada a la vez. Al principio le llevó medio día completar dos mascarillas, ahora puede fabricar de tres a cinco mascarillas por dia.

Si uno puede ver el trabajo duro como una bendición, trabajará voluntariamente y no se agotará.

La voluntaria Shallin Nesbit es toda una experta antes los ojos de Weng. Ella solía estudiar diseño de ropa en Taiwán, y en el pasado, había cosido bolsas de dulces, para los niños para utilizar en la celebración de Halloween. Cuando fue invitada para hacer mascarillas de tela, no pensó dos veces y aceptó. Poco tiempo después, Nesbit comenzó a pasar tiempo investigando y estudiando cómo hacer mascarillas de tela planas y tridimensionales.

Nesbit dijo que cuando estaba cosiendo las mascarillas, pensó en la felicidad y el alivio que traería a otros después de recibirlas. Por eso mismo, se recordó de ser consciente e infundir belleza en cada mascarilla tanto a través de sus diseños como a través del amor sincero entrelazado con cada punto. Además, Nesbit explicó que el reto más grande para hacer las mascarillas de tela durante la pandemia fue la falta de materiales, Los pedidos de materiales que hicieron por internet tardaron mucho en llegar. Sin embargo, estaba agradecida por la oportunidad de contribuir y espera fabricar más en el futuro.

Shuchuan Weng (derecha) y Shallin Nesbit (izquierda) conversan sobre cómo fabricar una mascarilla de tela perfecta. Foto cortesía de Tzu Chi Washington DC.

La Bondad Colectiva de Fabricar Mascarillas

Otra voluntaria, Annie Wang, también participó en los esfuerzos por fabricar mascarillas de telas.

Linda Roberts, la difunta esposa de uno de los colegas de Wang, Brian Roberts, era muy aficionada a coser colchas y mantas. Incluso, tenía un estudio en su casa. Después de que Linda falleció hace dos años, su esposo Brian donó muchos de los suministros al programa Great Love Respite Care ( Gran Amor Cariño de Relevo, en español) que ofrece servicios para familias con niños autistas. Wang está a cargo del programa, y después de que la pandemia comenzó a escalar en los Estados Unidos, ella pensó en estos suministros y en cómo aprovecharlos al máximo.

Los voluntarios comenzaron a investigar sobre distintas formas más eficientes de fabricar mascarillas. Más tarde, Annie Wang le dijo a Brian que quería encontrar patrocinadores para elaborar las mascarillas de tela. El estaba feliz de poder contribuir con más suministros, incluidas algunas bandas elásticas del estudio de Linda que eran perfectas para las máscaras de bricolaje.

Brian Roberts estaba feliz de poder aportar suministros al equipo de voluntarios Tzu Chi. Foto cortesía de Tzu Chi Washington DC.

Annie Wang inculca su enfoque optimista y pragmático sobre la vida en todo lo que hace. Así, la repentina idea se transformó en un voto de hacer 1.000 mascarillas de tela. Ella continúa fabricando mascarillas todas las noches, incluso después de trabajar y de dar clases a sus hijos en casa. Desde obtener las telas hasta reclutar voluntarios, el entusiasmo de Wang había conmovido a muchos amigos y padres en la Academia Tzu Chi. Después de ver tanta dedicación, los impulsó a unirse al equipo.

Annie también compartió que debido a que estaba trabajando desde su casa durante la pandemia, tuvo más oportunidades de estudiar las enseñanzas de la Maestra.

Lo que importa no es cuántas enseñanzas se escuchan sino cómo se aplican en la vida diaria.

Annie Wang se compromete en hacer 1.000 mascarillas de tela para los necesitados.
Annie Wang completa varias mascarillas de tela todas las noches. Fotos: Annie Wang.

La Fabricación de Mascarillas Trae Felicidad

La voluntaria Jean Ho compartió que ella comenzó a fabricar mascarillas de tela porque no había unidades en su casa, y sintió la necesidad de hacerlas para su familia. Ella tenía algo de tela y comenzó a investigar los métodos adecuados para fabricar en Youtube. Luego trató de crear diferentes tipos de mascarillas y desarrolló un interés por hacer más, con la esperanza de donarlas al hospital que pasa en su ruta al trabajo. Al hacer las mascarillas, Jean expresó su felicidad al haber completado más de 100 mascarillas desde mediados de marzo. Cuando Jean le pidió diez mascarillas de tela, inmediatamente Yang le envió 40 asombrosas mascarillas. Así fue como ella llegó a formar parte del equipo.

Jean Ho hace mascarillas de tela para su familia, así como para los esfuerzos de Tzu Chi. Más tarde se convirtió en miembro del equipo que fabrican mascarillas. Foto: Jean Ho.

Jean trabaja como profesora de estudios, y todos los sábados dispone de su tiempo libre como voluntaria para la Academia Tzu Chi. Desde el 2008, ella ha dedicado su tiempo como voluntaria en el trabajo administrativo y ha enseñado clases. Mientras las escuelas permanecen cerradas debido a la pandemia, Jean no toma descanso y continúa yendo a la escuela de lunes a viernes para ayudar a preparar platos de comida para que los padres recojan.

Cuando la escuela anunció su cierre, los maestros tenían nuevas tareas propias mientras aprendían a enseñar desde casa. Jean Ho aprendió a usar Zoom y preparó materiales de enseñanza en línea para poder seguir enseñando a los estudiantes de la Academia Tzu Chi todos los sábados.

Gran Fuerza Viene de Corazones Unidos

La venerable Maestra Cheng Yen nos enseña que “la unidad de los corazones permite logros ilimitados”. Es por eso, la Oficina Regional Tzu Chi de Washington DC está infinitamente agradecida por todos los voluntarios que se unieron al equipo de fabricar mascarillas.

Estas mascarillas de tela representan un ciclo de amor que fluye de la familia Roberts y del equipo de voluntarios Tzu Chi que trabajaron juntos para fabricarlas. Los voluntarios también tienen como objetivo distribuir aquellas mascarillas a grupos vulnerables, como las personas mayores de edad, trabajadores médicos, personas en albergues entre otros beneficiarios. Además, esperan que estas mascarillas de tela pueden marcar una diferencia positiva durante la pandemia, y que el conocimiento de que se hicieron con tanto amor servirá como un recordatorio de que no están solos, porque la familia Tzu Chi siempre estará aquí para ellos.

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