Traducido por: María Pacheco Valles
Editado por: M. Carolina Saheli y Gabriela Guandique
Según estadísticas publicadas por el Instituto de Políticas Públicas de California, la tasa de pobreza en California ha aumentado considerablemente. Actualmente, se estima que entre el 20% y el 25% de la población del sur de California vive en la pobreza, luchando todos los días para conseguir alimentos y cubrir sus necesidades básicas.
Ante esta preocupante situación, el pasado 18 de febrero, 85 voluntarios de Tzu Chi, entre ellos 27 voluntarios locales, 13 miembros de Tzu Ching de la Universidad de California, Riverside, 30 Tzu Shao y sus padres, y 27 voluntarios organizaron una distribución de frutas y verduras, dirigida a los habitantes de Inland Empire. Poniendo así en práctica el lema de la Maestra Cheng Yen, “Hacer buenas obras sin demora”.
Operativo de Tzu Chi atrae a cientos de personas
La distribución tuvo lugar en la cafetería de la Escuela Elementaria Juanita B. Jones, ubicada en San Bernardino. Los voluntarios de Tzu Chi y Tzu Shao, dirigidos por el comisionado Alping Li, empezaron a trabajar desde las 7 a. m., cuando descargaron las frutas y verduras del camión y las organizaron en sólo media hora, para así iniciar con la entrega de alimentos a las personas que ya estaban en cola esperando su turno.
Las distribuciones de alimentos de Tzu Chi se diferencian, en gran medida, de las organizadas por otras instituciones en que la fundación se esfuerza por entregar productos saludables y de calidad. Tzu Chi adquiere regularmente cajas que contienen: nueces, naranjas, peras, alimentos bajos en sodio, espinacas, rodajas de zanahoria, espárragos, guisantes picados, arroz de grano largo, almendras tostadas, melocotones congelados, y leche de almendras, lo que garantiza que los beneficiarios puedan tener una dieta equilibrada basada en plantas.
El propósito de las distribuciones de Tzu Chi es asegurar que los residentes de la comunidad disfruten de una dieta vegetariana diversa y saludable. Esto no solo refleja una profunda preocupación por la salud de los residentes de la comunidad, sino que también promueve activamente la cultura vegetariana. La variedad y el equilibrio nutricional de frutas y verduras proporcionados por Tzu Chi son ampliamente conocidos localmente, por lo que cada vez que el evento comienza al amanecer, muchos residentes llegan temprano para hacer fila en el lugar.
Las distribuciones de Tzu Chi suelen reunir a un gran número de personas y esta no fue la excepción. Desde tempranas horas de la mañana cientos de personas llegaron a la escuela y los voluntarios de Tzu Chi trabajaron para brindar la mejor atención y acelerar el proceso de entrega. Vale destacar que Yuyan Lin junto con otros voluntarios se encargaron de registrar a las personas, usando un código de barras.
Gere Wang, miembro de Tzu Shao y uno de los responsables del registro, explicó que “el objetivo principal del código de barras es acelerar todo el proceso. Ahora, después de que se registren por primera vez, usarán una máquina para imprimir etiquetas adhesivas con códigos de barras con sus nombres. La próxima vez que vengan solo necesitarán escanear sus pulseras y podrán ir directamente a recolectar frutas y verduras. No necesitamos revisarlas una por una con papel, lo que hace que todo el proceso sea más sencillo. Podemos ayudar a más personas”.
Voluntarios de Tzu Chi trabajan con amor y dedicación
La distribución empezó a las 9 de la mañana. Todos los voluntarios recibieron a las personas con energía y sonrisas en sus rostros, listos para ayudar. Alping Li, comentó, “Antes de distribuir alimentos, simplemente recordamos a los voluntarios y a Tzu Shao que sigan las reglas, tratar a todos por igual y dar la misma cantidad de comida a todos. No podemos discriminar por su color de piel, raza o condición física. Nuestros voluntarios lo están haciendo muy bien”.
La primera en la fila fue una señora que dijo haber llegado al lugar a las 6:30 de la mañana. Tan pronto como abrieron las puertas, le entregaron una pulsera con su código de barras y pudo recibir un carrito lleno de frutas y verduras frescas y agradeció la ayuda con una gran sonrisa en su rostro.
Algunos miembros de Tzu Ching y Tzu Shao ayudaron a personas mayores o con discapacidades físicas a transportar los alimentos que recibían a sus autos. Trang Bui, estudiante de segundo año de la Universidad de California, Riverside, y parte de Tzu Ching, dijo, “Hoy ayudé a empujar carritos a quienes necesitaban ayuda. Aunque fue un trabajo duro, agradezco poder ayudar a nuestra comunidad. Seguiré viniendo todos los meses. Gracias a la Fundación Budista Tzu Chi por organizar estos eventos de distribución”.
Durante el evento se utilizaron unas cajas para colocar los alimentos que no se donaron para evitar el desperdicio de comida trabajando así en alineación con los valores de Tzu Chi, como lo explica el lema, “Ama y aprecia las cosas y nunca desperdiciar recursos”.
Debido a la pandemia, la distribución de frutas y verduras se hizo de una manera diferente. Ahora nos hemos vuelto a encontrar con el público. Ver las sonrisas de todos y poder ayudarlos a tener comida todos los meses me hace muy feliz.
Jason Lin
Voluntario de Tzu Chi
Puesto de ropa de segunda mano para amar y apreciar las cosas.
Además de la entrega de alimentos en la distribución, también se proporcionó ropa de segunda mano. Los voluntarios de Tzu Shao, clasificaron y organizaron cada prenda antes de colocarlas en los estantes. Había varios tipos de ropa, desde suéteres cálidos hasta camisas ligeras. Muchas personas se alegraron de encontrar la talla adecuada y diseños únicos.
Xia, una voluntaria de Tzu Chi, que cree en una religión sin fronteras y en la busca del bien común, tomó tres bolsas grandes con ropa y fue a la Iglesia de la Restauración de San Bernardino, ubicada cerca del lugar de distribución, y entregó estas prendas a 80 refugiados que necesitaban ropa urgentemente.
Gabriela Gutiérrez, quien acudió a la distribución, se mostró conmovida por el amor de los voluntarios y expresó su deseo de unirse a Tzu Chi como voluntaria: “Quiero ser voluntaria de Tzu Chi y ayudar en mi comunidad. Conozco a algunas familias cercanas que necesitan ayuda, pero a veces es difícil conseguirla. Es por eso que quiero ser voluntaria en la comunidad”. Por esta razón, Gabriela se inscribió especialmente para participar en la clínica gratuita de Inland Empire el 3 de marzo, para ayudar con la traducción al español.
Los voluntarios son parte fundamental de Tzu Chi y se encargan de ayudar y llevar el amor de la fundación a todos aquellos que lo necesitan.