Escrito por Hsinyi Yu
Traducido por Hernán Goicochea
Editado por Maribel Suárez
La Oficina Regional Tzu Chi del Medio Atlántico finalmente ha reabierto su despensa de alimentos en Nueva Jersey, después de un mes de cierre debido a la pandemia del COVID-19.
En Nueva Jersey, el número de personas desempleadas alcanzó a 930.000 en abril. Pero ahora, con la tasa de infección ligeramente baja, los voluntarios decidieron reanudar la distribución de alimentos con la esperanza de continuar ayudando a las poblaciones vulnerables. El primer evento de distribución después de la reapertura se llevó a cabo el primero de mayo.
Una semana antes, los voluntarios contactaron al Community Food Bank of New Jersey (el banco de alimentos del estado), para informarles que la despensa de Tzu Chi Nueva Jersey estaba a punto de reabrir. El banco inmediatamente comenzó a preparar 6 mil libras de la canasta básica, junto con las 4 mil libras que los voluntarios pre ordenaron. Alrededor de 10 mil libras (4,535 kg) de productos secos y alimentos enlatados estaban listos para su distribución. Chiahuang Chang, la Directora Ejecutiva adjunta de la Oficina Regional Tzu Chi del Medio Atlántico, dijo: “Con esta distribución, esperamos ayudar a los beneficiarios con 150 bolsas de comida”.
Nueva Jersey es uno de los estados que se vio afectado por la pandemia. Aun así, muchos se ofrecieron como voluntarios, y vinieron a la distribución a ayudar. Por razones de seguridad, se les recordó a todos los voluntarios que mantuvieran distancia entre ellos mientras preparaban los alimentos y las mesas. Además, usar mascarillas y guantes en todo momento. La distribución fue todo un éxito, ya que todos cooperaron mientras se encargaban de clasificar las frutas, empacar los alimentos en bolsas, llevarlos a las mesas y entregarlos a los beneficiarios.
Una semana antes de reabrir la despensa, los voluntarios también llamaron a cada beneficiario, confirmando la fecha y hora del evento. Aquellos que vinieron a recoger alimentos dijeron que esta ayuda hace una gran diferencia para ellos, ya que no tienen que preocuparse por poner comida sobre la mesa mientras se encuentran bajo la presión de sus dificultades financieras.
Además de la comida provista, cada bolsa contenía dos mascarillas médicas. Cada beneficiario estaba feliz de recibir esto, por la gran dificultad de encontrar mascarillas en este momento, y agradecieron a los voluntarios, expresando su gratitud a Tzu Chi.
Fred Kumahlor, quien es beneficiario regular y considerado como un viejo amigo, para los voluntarios, necesita alimentar a ocho personas en su familia. Antes del cierre, Kumahlor siempre pasaba por la despensa, para recoger comida durante su día de descanso. Ese día durante el evento, mientras recogía sus víveres, los voluntarios le cantaron feliz cumpleaños.
Cuando las cosas se vuelven impredecibles, aprendemos lo valioso que es mantener rutinas regulares tanto como sea posible. Al reabrir la despensa de alimentos, los voluntarios en Nueva Jersey podrían recuperar en cierto grado la normalidad familiar a las personas que sufren la interrupción sin precedentes de sus vidas por la pandemia. Para aquellos que daban amor y caridad y quienes lo recibían, era un medio para unirse, mientras enfrentaban las incertidumbres de la nueva normalidad que les espera.