Escrito por Christina Chang
Traducido (Inglés) por Melody Cao
Editado (Inglés) por Diana Chang & Dilber Shatursun
Traducido (Español) por Gerardo Bonilla
Editado (Español) por Maribel Suárez
En un cálido día de otoño, cinco voluntarios de Tzu Chi Noroeste estacionaron sus autos en el Day Worker Center de Mountain View, California. Sacaron bolsas llenas de mascarillas de tela, arroz y fideos instantáneos Jing Si, y algunos amuletos de madera rojos característicos de Tzu Chi. Su propósito era visitar a las familias residentes de las casas rodantes, junto a la vía del ferrocarril y verificar sus necesidades durante la pandemia. En ese momento no sabían quienes eran los desconocidos que llegaron a su vecindario. Sin embargo, ahora están muy unidos llegaron en el momento oportuno.
Descubriendo Una Comunidad Invisible
Chi-Jen Huang, voluntaria de Tzu Chi y coordinadora del equipo médico de la Región Noroeste, dijo que durante los últimos diez años, Tzu Chi ha realizado eventos de divulgación médica en el Centro de Trabajadores de Día (Day Workers Center). Estos alcances brindan servicios médicos gratuitos que cubren las brechas entre los que no tienen seguro y los que tienen seguro insuficiente. Sin embargo, el servicio se había suspendido desde el inicio de la pandemia.
Durante otra distribución, Chi-Jen descubrió que había muchas casas rodantes cerca del ferrocarril. Antes de la pandemia, se habían extendido, pero desde que comenzó la ciudad de Mountain View designó nuevas áreas que trajeron a estos residentes aquí. A medida que se acercaba el Día de Acción de Gracias de 2020, los voluntarios de Tzu Chi Noroeste planearon un viaje para traer algunos regalos y comunicarse con los residentes para asegurarse de que estaban bien. Muchos compartieron sus problemas.
Conociendo A Los Vecinos
Ida, una mujer de mediana edad, vive sola. Se mudó a los Estados Unidos desde Perú hace solo unos años, y cuando llegaron los voluntarios de Tzu Chi, le dio la bienvenida amablemente. Aunque se mantuvo empleada durante la pandemia, explicó lo costoso que era sobrevivir en Mountain View, donde los costos de vida son altos en Silicon Valley. Explicó además que muchos de sus vecinos, también hispanohablantes, se las arreglaban con trabajos basados en mano de obra, como limpieza y cuidado de niños. También describió el frío que hacía por la noche en su remolque, y los voluntarios prometieron regresar la próxima vez con una manta que los abrazaría. Esto conmovió el corazón de Ida durante el proceso.
Los voluntarios de Tzu Chi, conocieron a un joven llamado Erick, que solo tenía dieciocho años. Llegó de Guatemala hace seis meses y ahora está trabajando en la construcción. Al igual que Ida, también vivía solo. El día de la visita de los voluntarios resultó ser su día libre. Con la ayuda de un amigo como intérprete, le dio la bienvenida a los voluntarios y se alegró de que alguien los visite . Erick además expresó cuánto extrañaba ese sentimiento ahora que estaba a miles de kilómetros de su casa.
Otro soltero incluía a Víctor, de 88 años quien lleno de energía, saludó a los voluntarios con una sonrisa en su rostro. Como Erick, emigró de Centroamérica y necesitaba un vecino que le ayudara como intérprete. De esta manera, pudo comunicar a los voluntarios, cómo se las arreglaba con su trabajo como masajista Cuando recibió el paquete de atención de los voluntarios, Erick expresó su felicidad con una alegre sonrisa.
Luego, algunos otros vecinos reconocieron los uniformes azules y blancos, que habían visto en las reuniones médicas. Explicaron a los voluntarios cuán dramáticamente habían sido afectadas sus vidas por la pandemia. A pesar de que las organizaciones locales proporcionarán alimentos gratis, muchos perderían la oportunidad debido a que estaban en el trabajo.
Blanca, una mujer de mediana edad de El Salvador, no hablaba nada de inglés. Trabaja solo cuatro horas a la semana y vive sola. Ella le dijo a los voluntarios de Tzu Chi, que necesitaba artículos de papel como papel higiénico, un artículo en constante demanda nacional.
No muy lejos estaban Vincent, su esposa y su hija de seis años quien trabaja como trabajador de mantenimiento, al igual que sus otros vecinos, tuvo dificultades para cumplir con sus gastos a fin de mes. Pero su hija es su mayor motivación. Cuando el voluntario le preguntó si necesitaba ropa abrigada, inmediatamente dijo que la pareja tenía suficiente, pero esperaba poder conseguir una chaqueta para su hija. Aunque su tráiler era pequeño, en el mismo se sentía mucho amor.
Un Rayo De Esperanza Durante Las Fiestas
Cuando los voluntarios de Tzu Chi subían y bajaban por la calle, volvieron a encontrarse con Ida quien tenía una bolsa de basura en sus manos y había estado recogiendo basura de la calle. Les dijo a los voluntarios que cuando tiene tiempo y puede, se enorgullece de mantener limpia su comunidad.
Ricardo es un joven de veintitantos años quien escoltó a los voluntarios de Tzu Chi por la calle y ayudó con la interpretación. También explicó que los residentes debían conducir sus casas rodantes cada dos semanas para la limpieza de las calles. Esto causó un poco de caos regular y fue un desafío para muchos residentes, según indicó.
Sin embargo, aunque cada uno de ellos afronta aflicciones personales, estaba claro que había un fuerte sentido de comunidad en esta calle. Los vecinos hicieron todo lo posible por apoyarse unos a otros durante esta crisis y mantener la paz y la limpieza en sus calles.
Con la temporada navideña acercándose rápidamente, los voluntarios de Tzu Chi se fueron con la esperanza de poder regresar antes de Navidad, para difundir la alegría navideña, pero para también traer la compasión y el alivio que tanto necesitaban a esta comunidad especial y resistente.
Aquellos que aprecian la afinidad entre las personas tendrán muchos amigos. Aquellos que aprecian sus bendiciones crearán activamente más bendiciones.
