Escrito por: Ping Liao
Adaptado al español por: María Pacheco Valles
Editado por: M. Carolina Saheli
La fuerte lluvia y las bajas temperaturas que azotaron Bay Area, no detuvieron a los voluntarios de Tzu Chi en Silicon Valley, al norte de California, quienes organizaron un evento de distribución de alimentos y regalos de Navidad el pasado 10 de diciembre de 2022 en la Escuela Primaria Costano. En total 50 familias recibieron ayuda y celebraron las festividades junto a Tzu Chi.
Las familias a las que Tzu Chi ha ayudado desde hace más de dos años y nuevos beneficiarios que llegaron ese día, recibieron alimentos, artículos de primera necesidad y regalos. La mayoría, está pasando por momentos difíciles debido a las consecuencias de la pandemia, así como a la creciente inflación que se reporta en Estados Unidos.
Propagando amor y buena voluntad en la temporada festiva
Diecisiete voluntarios se encargaron de comprar ropa de invierno y otros suministros un mes y medio antes de la distribución. El día del evento, antes de las 8:00 a.m., todos los voluntarios empacaron la ropa y bolsas de regalo con chocolates y mantas para los niños y sus familias.
Los voluntarios de Tzu Chi dispusieron de un espacio de esquina en el lugar donde se realizó la distribución, para armar una cabina de fotos con fondos navideños que fueron hechos por Baozhu Fang, un voluntario de Tzu Chi que dedicó un mes entero en hacer de este un espacio especial para que las familias pudieran llevarse un lindo recuerdo. Las fotos se imprimieron inmediatamente y se entregaron enmarcadas a las personas que las recibieron con alegría y amor.
Daya, Catherine y Mónica, fueron criadas por sus abuelos. Las tres hermanas empezaron a participar en el proyecto Happy Campus de Tzu Chi en 2020 después de que fueron referidas por su escuela. Fue allí donde aprendieron sobre la filosofía de Tzu Chi, especialmente sobre la historia de las alcancías de bambú. Durante este evento Daya, Catherine y Mónica, entregaron su segunda alcancía de bambú llena. Este acto de entrega estremeció el corazón de los voluntarios de Tzu Chi.
Un refugiado ucraniano se disfrazó de Santa Claus para ayudar a Tzu Chi
Durante el evento, Santa Claus estuvo bastante ocupado tomándose fotos con las familias que asistieron. Lo que pocos sabían es que Santa Claus era realmente Slava, un refugiado ucraniano. Slava y su familia recibieron ayuda económica de Tzu Chi y brindaron asistencia dental de emergencia a Slava.
Nosotros, en un país extranjero, nos encontramos milagrosamente con Tzu Chi. Estoy realmente agradecido con Tzu Chi por ayudarme a mí y a mi familia en nuestro momento más difícil. Quiero retribuir a la comunidad y alimentar este espíritu de amor a los necesitados. Me alegro de poder estar aquí hoy para ayudar, especialmente a los niños. Esto es lo que quiero hacer y estoy muy feliz.
Slava
Refugiado ucraniano
Familias donan sus alcancías de bambú para ayudar a otras personas en necesidad
Mientras los voluntarios compartían con todas las personas, una mujer se acercó a la cabina de fotos. Era Gloria, una madre cuya familia recibe ayuda por parte del Proyecto Happy Campus en la Escuela Belle Haven. Gloria conoce sobre el trabajo de Tzu Chi desde hace más de 7 años y se ha sentido inspirada para ayudar a los demás. Gloria entregó una alcancía de bambú llena de dinero que ella ahorró todos los días. “Mi hija de 8 años asiste a la Escuela Belle Haven, en East Palo Alto y conocimos a Tzu Chi en el 2015”, comentó Gloria, también agregó que “Tzu Chi siempre nos ha ayudado al donarnos alimentos semanal o quincenalmente, dándonos una mano amiga en momentos de necesidad, y por eso, estoy muy agradecida por la ayuda oportuna de Tzu Chi, que ha hecho de la comunidad un lugar mejor. Además, me gustaría decir que si damos poco a poco sin importar cuánto, y lo hacemos de manera constante, podemos ayudar a mucha gente”.
Ayudarse los unos con los otros beneficia a todos
Durante este evento, los voluntarios de Tzu Chi también conocieron a Blanca, madre soltera de cinco hijos, tres de los cuales tienen necesidades especiales: su hijo de 5 años tiene autismo, su hijo de 14 años tiene TDAH, mientras que su hijo de 20 años tiene una pérdida de visión del 80% en un ojo. Además, todos los miembros de su familia son inmigrantes indocumentados, excepto su hijo menor. A Blanca le resulta excepcionalmente difícil mantener a su familia debido a sus escasos ingresos como empleada doméstica. En enero de 2021, Blanca y su hijo mayor se contagiaron de COVID, fue entonces cuando autoridades del distrito escolar contactaron a Tzu Chi en busca de ayuda en su nombre. Los voluntarios de la fundación acudieron de forma inmediata y los ayudaron al donarles artículos durante este difícil momento.
Estamos muy agradecidos con Tzu Chi por brindarnos asistencia financiera y alimentos en un momento tan difícil, por brindarnos obsequios y abrigos en este día tan especial, y por toda la ayuda que Tzu Chi nos brindó.
Blanca
Beneficiaria de ayuda
Jóvenes ayudan a llenar de luz a grupos desfavorecidos
Además de brindar la oportunidad a las familias de crear memorias navideñas y pasar un lindo rato, al mismo tiempo, se hizo una distribución de alimentos. Por esto varios jóvenes estuvieron ocupados moviendo suministros entre el camión y el pasillo del salón de clases, organizando los detalles y llevaron los productos que llegaban al banco de alimentos y ayudaron a distribuirlos a las personas que los necesitaban.
Desde finales de agosto, junto a los voluntarios de Tzu Chi en Silicon Valley, un grupo de jóvenes trabajadores ha empezado a trabajar para ayudar a los más necesitados en la despensa de alimentos de Tzu Chi. Uno de ellos es Kai un estudiante de doctorado en ingeniería eléctrica en la Universidad de Stanford, quien es originario de Filadelfia. Este joven ha participado en varias actividades de Tzu Chi junto a su familia. Después de mudarse a California para continuar sus estudios, siguió participando en obras de caridad e invitó a Praful, su compañero de estudios. “Después de convertirme en voluntario en el banco de alimentos, era natural para mí querer participar en la comunidad y esperar que más personas se unieran para hacer el bien”.
Praful también invitó a Nicolás, un amigo de la universidad, a unirse al evento. Al ser voluntario en la despensa de alimentos, Nicolás comentó que encontró una manera de ayudar a la comunidad y le resultó muy gratificante.
“Realmente disfruto ser voluntario y creo que es divertido ayudar a la gente”, dijo Noah, estudiante de doctorado de cuarto año en el departamento de física de la Universidad de Stanford. Agregó que “todas las semanas o cada dos semanas, hacer algo que me haga sentir valioso y productivo me da me da un sentido de propósito, y es una excelente manera de pasar el fin de semana”.
Las actividades de Tzu Chi unen a distintas personas, porque realmente no importa si eres joven o estás en una etapa más avanzada de la vida, tampoco importa cuán poderoso seas. Mientras todos den un poco y trabajen para ayudar a las personas más vulnerables como las familias que se encuentran temporalmente en necesidades el mundo podría ser un mejor lugar.