En Florida La Pandemia No Interferirá Con Una Tradición Navideña De 23 Años

Región Sur  |  13 Mayo, 2021
Durante 23 años, los voluntarios de Tzu Chi USA en Florida han entregado obsequios de Navidad, para pacientes del Centro de Discapacida - unidad ubicada dentro del Hospital Tacachake Dahlia - en Gainesville, Florida. La pandemia no logró interferir con esta tradición en 2020. Foto: Fuchi Prucha

Escrito por Fuchi Prucha
Traducido por Diana Chang
Traducido (Español) por Hernán Goicochea
Editado (Español) por Maribel Suárez

En todo Estados Unidos y en el mundo, la Navidad es una celebración importante que reúne a las familias todos los años bajo un mismo techo. Sin embargo, debido a la pandemia de COVID-19 que desató a principios de 2020, la mayoría de estadounidenses se conformaron con decorar sus hogares y patios con luces para conmemorar el espíritu navideño. Y para evitar la propagación del coronavirus, pospusieron, sus planes de viaje preparándose, para pasar la Navidad en casa, junto a miembros inmediatos, sin ninguna visita de otros familiares, amistades, vecinos u otros invitados.

Sin duda, la Navidad de 2020 sería diferente y llena de soledad para muchos. Especialmente, para los residentes de tercera edad que viven en asilos, centros para mayores y otras instalaciones de atención prolongada, y quienes pasan mucho tiempo estando lejos de sus familiares. Para ellos, el aislamiento puede parecer extremo y aún más difícil de soportar.

Para consolar a pacientes del Centro de Discapacidad – una unidad ubicada dentro del Hospital Tacachale Dahlia en la ciudad de Gainesville, Florida – los voluntarios del Centro de Servicio Tzu Chi USA en Orlando viajaron allí el 19 de diciembre, trayendo regalos. De hecho, los voluntarios han estado visitando el centro de atención durante 23 años, conduciendo con gusto más de 160 kilómetros para llegar y brindar comodidad a los residentes.

El cuidado de Tzu Chi persiste mediante tiempos difíciles

Para muchos, la pandemia ha afectado el estilo de vida; desde la manera como trabajamos hasta cómo llevamos a cabo las actividades de ocio, las reuniones sociales, los viajes y más. Para protegerse uno mismo y a los demás, además de ayudar a reducir la probabilidad de transmisión comunitaria, muchos cumplen con las órdenes de quedarse en casa y salen solo cuando es necesario. Tampoco saldrán de casa sin llevar puesto cubiertas faciales o mascarillas para usar cuando estén en público.

La economía estadounidense también se ha visto gravemente afectada por la pandemia. Muchas empresas, pequeñas y grandes, enfrentan dificultades económicas y se han visto obligados a despedir empleados o reducir sus pagos para mantenerse a flote. De los que perdieron sus trabajos, muchos se encuentran luchando para cubrir los gastos esenciales. También corren el riesgo de contraer el virus, cuya propagación continúa a nivel mundial. Lamentablemente, quienes están infectados pueden encontrarse luchando por sus vidas en los hospitales, mientras muchas familias enfrentan el dolor de la muerte repentina de un ser querido.

Un voluntario de Tzu Chi USA entrega las bolsas de regalos para los residentes del centro. Foto: Fuchi Prucha

El Centro de Discapacidad aloja principalmente a pacientes con discapacidades en desarrollo. Para los pacientes confinados en centros de atención como este, las visitas familiares durante las vacaciones se encuentran entre los momentos más esperados del año. Lamentablemente, los pacientes echaban de menos a sus seres queridos por el tiempo que había transcurrido. Incluso durante las vacaciones de años anteriores, muy pocos familiares y amigos vinieron.

Durante 23 años, los voluntarios del Centro de Servicio Tzu Chi USA en Orlando han mantenido una relación con esta instalación, y la pandemia no iba a interponerse en su camino de brindarles regalos de Navidad, como forma de expresar su amor y caridad por cada residente que actualmente vive allí. Aquella tradición perdurará a pesar de que algunos voluntarios en el equipo habían pasado la jubilación, ya que avanzada edad los hace particularmente vulnerables ante el COVID-19.

Los miembros del personal del centro aceptan con gusto los obsequios para los residentes. Foto: Fuchi Prucha
Los voluntarios transportan las bolsas de regalos en un carrito de golf, lo que ayuda a los trabajadores sociales del hospital a distribuirlos en una sala tras otra. Foto: Fuchi Prucha

El 19 de diciembre, el día de la entrega de obsequios, los voluntarios conducirán tres horas desde Orlando hacia Gainesville, para luego regresar. Seis voluntarios formaron parte del equipo que llevaron a cabo la entrega, transportando numerosas bolsas en sus autos, obsequios que luego llegaron a pacientes en nueve salas.

Personalmente, los voluntarios no pudieron entregar los obsequios a cada residente, como normalmente lo hacían en años anteriores. Solo pudieron entregar a los trabajadores sociales, para que ellos pudieran completar la tarea. Aún así, cada obsequio representaba simbólicamente su amor y caridad duradero por cada paciente. Incluso se podría decir que la luz de su amor por ellos brillaba aún más, sabiendo lo mucho que significaba para ellos que no pudieran recibir visitas en absoluto.

Cuando la comunidad vuelva a abrir, los voluntarios podrán ver cada rostro familiar una vez más. La gratificación instantánea que sienten los pacientes durante las visitas y la visión de sus sonrisas felices son la mayor recompensa para cada voluntario en su camino de servicio. A través de su apoyo a las misiones y actividades de Tzu Chi USA, también puede compartir su amor. Así que no lo dude, le damos la bienvenida a nuestro equipo.

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