Cuidado Compasivo En Nueva York Durante El Año Nuevo Lunar Y Más Allá: Capítulo uno

Región Noreste  |  5 Mayo, 2021
Antes del final del período de celebración del Año Nuevo Lunar, los voluntarios de Chinatown en Manhattan, Nueva York, entregan bolsas de regalo del Año Nuevo Chino a los adultos mayores de la comunidad. Foto / Daphne Liu

Escrito por Daphne Liu
Traducido por Mark Wan, Diana Chang
Editado por Ida Eva Zielinska
Traducido (Español) por Gerardo Bonilla
Editado (Español) por Maribel Suárez

Tzu Chi New York, tiene la tradición, al final de cada año lunar, de repartir bolsas de regalo, y los sinceros deseos de bendición a los adultos mayores y receptores de ayuda a largo plazo. Las personas de la tercera edad, esperan la visita de los voluntarios, para disfrutar de un momento ameno, esta práctica, se ha hecho en los últimos cinco años, ayudando a superar los momentos más difíciles de sus vidas. Algunos, se volvieron voluntarios, para ayudar a fomentar esta reconfortante costumbre, que continúa hasta el día de hoy. Tristemente, algunos de los beneficiarios, y voluntarios de Tzu Chi, que conocieron han fallecido durante este tiempo.

“Cuidado Compasivo en Nueva York Durante El Año Nuevo Lunar Y Más Allá: Capítulo Tres” es el tercero de una serie de cuatro blogs, que comparten historias sobre neoyorquinos bajo el cuidado a largo plazo de Tzu Chi USA. Los obsequios que ofrecen los voluntarios de Tzu Chi New York durante el período de celebración del Año Nuevo Lunar, son solo una parte de su apoyo continuo.

Tío Wu

Las personas de 65 años o más representan más del 17% de la población total de EE.UU. Cada año, los voluntarios de la región noreste de Tzu Chi USA, preparan bolsas de regalo con motivo del Año Nuevo Lunar chino, que entregan a los adultos mayores de Nueva York, de ascendencia china, que viven solas. Como inmigrantes de primera generación, los adultos mayores han llegado a percibir el nivel de atención de los voluntarios, como un apoyo espiritual en sus vidas.

Tomemos como ejemplo al tío Wu de 91 años, quien bajó las escaleras y esperó afuera desde muy temprano, la llegada del equipo de voluntarios de Tzu Chi. La visita de los voluntarios fue aún más valiosa desde que comenzó la pandemia en 2020, ya que este es el segundo año en el cual viven bajo esta peligrosa crisis de salud global que ha llevado a todos a permanecer encerrados y a un mayor aislamiento.

La gente, dice que el invierno en la ciudad de Nueva York, es demasiado frío o demasiado húmedo. Sin embargo, la llegada de los voluntarios de Tzu Chi, quienes traen regalos del Año Nuevo chino, puede hacer sentir el calor del sol irrumpiendo en la vida de la gente mayor, la mayoría de las cuales residen solas en Chinatown, en el bajo Manhattan.

Además, las bolsas de regalo que traen, los cuales, contienen alimentos básicos favoritos y fáciles de preparar como los fideos y el arroz instantáneo Jing Si, son solo la mitad de la historia: los envejecientes aprecian igualmente el tiempo, que pasan junto con el equipo voluntario de Tzu Chi.

Para el tío Wu, quien depende de un andador para moverse, la visita significó la oportunidad de salir de forma segura y hacer algunos calentamientos físicos, como aplaudir, mover los pies o balancearse de un lado a otro junto a los voluntarios. También aprovecharon, para recordarle que hiciera ejercicio a diario para mejorar su circulación sanguínea.

Con paciencia y cuidado, los voluntarios acompañan al tío Wu, durante un paseo. Foto / Daphne Liu
Los voluntarios John Hung (izquierda) y Hsiuchun Wong (centro) demuestran un ejercicio simple que el tío Wu (derecha) puede hacer a diario. Foto / Júpiter Chiou

Tía Min

El mismo día, los voluntarios también visitaron a Jie Min, una anciana a la que llaman cariñosamente tía Min y quien les mostró su jardín. “Este es la olla, de los gatos, y yo cocino para ellos”, dijo. “¿Dónde están los gatitos, en ninguna parte?” preguntaron los voluntarios. Resulta que estos gatitos, son tímidos con los extraños, por lo que se mantuvieron fuera de la vista.

La madre de la tía Min, amaba a los animales pequeños, y este amor ahora vive en su hija, quien hasta ahora ha dedicado dieciséis años de su vida al cuidado de gatos sin hogar. Además, la amabilidad de la tía Min, se acrecentó aún más después de conocer a los voluntarios de Tzu Chi, sucedió hace mucho tiempo a través de un evento de distribución de comida caliente. En esa ocasión, descubrió las enseñanzas de la Venerable Maestra Cheng Yen, palabras inolvidables y de sabiduría, que dejaron una impresión duradera hasta el presente y que aún la inspiran a diario.

No se trata de obtener nada a cambio, aún puedes hacer buenas obras. La Maestra Cheng Yen dijo, dar sin pedir nada a cambio es un gesto muy conmovedor.

La receptora de cuidados Jie Min (centro) y los voluntarios Hsiuchun Wong (izquierda) y John Hung (derecha) son ahora como una familia. Foto / Daphne Liu

El voluntario de Tzu Chi, Hsiuchun Wong, está increíblemente conmovido, por la profunda amabilidad de la tía Min. Esta mujer a pesar de tener muy poco, está dispuesta a dar y servir a la comunidad, es adulto mayor y tiene poca estabilidad al andar, apoyándose muletas al caminar.

Ella es realmente compasiva, incluso sirve a la población sin hogar; a menudo les da almuerzo. Comparto las enseñanzas de la Maestra, Cheng Yen con ella; también está de acuerdo con las enseñanzas de la Maestra e implementa el Dharma en su vida diaria sin pedir nada a cambio.

La proporción de adultos mayores que, viven solas en los Estados Unidos es alta. Aunque el bienestar social es bueno, su apoyo espiritual es limitado o inexistente. En el Centro de Servicio de Manhattan de Tzu Chi Nueva York, más de la mitad de los hogares que reciben cuidados a largo plazo, por voluntarios son adultos mayores solitarios de la comunidad China de Nueva York.

Además de entregar bolsas de regalo, durante el período de celebración del Año Nuevo Chino, los voluntarios en el centro de servicio, realizan distribuciones de comidas calientes o seminarios de salud, para las personas de la tercera edad, que residen en esta comunidad. Atención continua que se agradece mucho.

Los voluntarios de Tzu Chi, son realmente útiles y se preocupan mucho por nosotros. No tengo familia ni amigos. No tengo parientes. Los voluntarios son como mi familia.

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