Escrito por Huan Xi Lin y Pheel Wang
Traducido (Inglés) por Diana Chang
Editado (Inglés) por Adriana DiBenedetto
Traducido (Español) por Gerardo Bonilla
Editado (Español) por Maribel Suárez
Para muchos niños, obtener una educación y las oportunidades asociadas son una fuente profunda de esperanza. Esto es así especialmente para los niños en edad escolar y niños sin hogar de poblaciones desatendidas. Sin embargo, para aquellos alumnos, que lucharon antes de que ocurriera la pandemia de COVID-19, el futuro, parece cada vez más sombrío. Estudiar y participar en clase de forma remota es difícil para estos estudiantes, y la falta de comida suficiente solo complica las cosas.
Nunca Es Muy Tarde
Del 7 al 15 de diciembre de 2020, voluntarios de Hawai entregaron 23,000 paquetes de arroz instantáneo Jing Si y fideos a familias que luchan contra la falta de vivienda en Oahu. El Departamento de Educación, Wing Hui, especialista en renovación de las escuelas del complejo Nānākuli-Wai‘anae, y su equipo supervisan las nueve escuelas del complejo Nānākuli-Wai‘anae, y ayudan a más de 600 estudiantes a continuar su educación.
“Nuestro trabajo es garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de estos niños, que puedan seguir aprendiendo, con la esperanza de realizar su potencial, y luego cambiar su destino y cambiar su futuro”, expresó Wing Hui quien se sintió angustiado. Los niños que habían estado pasando por un momento difícil, ahora sentían que su situación había empeorado de forma más aguda. “Antes del brote, estos niños necesitaban ayuda y carecían de comida y ropa. Seguimos adelante y encontramos donaciones o usamos nuestros propios fondos [para comprar algunos suministros esenciales]”.
Uno de cada cuatro niños en los Estados Unidos pasa hambre y nuestra comunidad también se ve muy afectada. Había muchos desempleados y personas sin hogar. Después de la pandemia, la situación empeoró.
Wing Hui, especialista de la renovación de la escuela Nānākuli-Wai‘anae Complex Schools
Cajas de arroz instantáneo Jing Si de Tzu Chi y fideos se envían al almacenamiento del distrito escolar para ser organizadas y luego entregadas a los hogares necesitados por el personal de la escuela. Sin embargo, estos hogares pueden ser tiendas de campaña temporales, un vehículo estacionado en un lote junto a la playa o la familia puede estar alojada con otras familias en una casa. Esto hizo que el trabajo para encontrar a estas familias fuera más difícil.
Jeanna Hurt es una miembro del equipo de Wing Hui con 21 años de experiencia en atención comunitaria y quien, se desempeña como enlace de las inquietudes de personas sin hogar para el complejo Nānākuli-Wai’anae. Hurt explicó que la política de prohibir las reuniones al aire libre ha hecho que muchas familias sin hogar se muevan de manera más errática. “Debido a la orden de quedarse en casa, las familias de nuestros estudiantes están dispersas por todas partes, y más familias luchan con la falta de vivienda; van y vienen a nuestro distrito escolar. Este tipo de ir y venir hace que sea más difícil rastrearlos”.
También existe preocupación por la incapacidad de monitorear adecuadamente a los estudiantes mientras aprenden de forma remota. Aunque la escuela puede proporcionar equipos de enseñanza remota, los estudiantes que viven en una situación inestable no pueden cargar su equipo o conectarse a Internet.
“Entreguen computadoras y acceso inalámbrico a Internet para que sigan aprendiendo”, reclamó Jeanna con señales de angustia en sus ojos. Cada vez que visitan a las familias, Jeanna ve inmediatamente a estos niños luchando y tratando de aprender en línea, pero también hay una serie de obstáculos que continúan enfrentando. “Muchos edificios o tiendas no están abiertos o no se les permite cargar el equipo. Entonces, si su computadora se queda sin energía en el medio de la clase, se quedan desconectados”.
Durante la pandemia, la asistencia de los estudiantes cayó drásticamente. Muchos padres no pueden acompañar a sus hijos y ganarse la vida al mismo tiempo. Entonces, sin nadie que supervise a sus hijos, algunos de ellos simplemente no inician sesión en clase. Algunos estudiantes tampoco saben cómo utilizar las herramientas de enseñanza remota sin un padre a su lado.
“Si faltan a la escuela durante cinco clases consecutivas, (tendremos que) encontrar a estos estudiantes para que comprendan por qué no pueden iniciar sesión en las clases en línea. Si una familia tiene demasiados niños que asisten a clases al mismo tiempo, es simplemente difícil pagar el equipo y responsabilizar a los padres” argumentó Jeanna quien hizo una pausa pensativa, para luego añadir. “Pero muchos adolescentes sin hogar no tienen padres”.
Luego de mediados de agosto, se mejoraron muchos aspectos técnicos para el comienzo del nuevo año escolar, por lo que todos los estudiantes que lo necesiten pueden obtener una computadora portátil para las clases en línea. Pero surgen nuevos problemas en su precaria situación cuando las computadoras portátiles, se pierden o se las roban.
Tenemos tantos estudiantes que no van a aprobar este año, porque no solo se necesita completar el trabajo escolar sino también el tiempo de instrucción.
Jeanna Hurt, persona de enlace comunitario para atener las preocupaciones de las personas sin hogar en el Complejo Nānākuli-Wai’anae
Satisfacer Las Necesidades Básicas
El equipo de profesionales trabaja arduamente para ayudar a las familias sin hogar a superar estos desafíos porque creen que la educación es la clave que empodera a los niños para transformar su futuro. También enfatizaron que todas las donaciones son bienvenidas, ya que el apoyo monetario puede ayudar a mejorar la situación de los estudiantes y satisfacer sus necesidades básicas.
“Las donaciones de cualquier lugar pueden hacer que nuestro trabajo sea más fluido. Papelería, suministros de limpieza y saneamiento, y cuando visitamos a estas familias, su primera respuesta fue que no tenían comida”, confesó Jeanna con emoción.
El niño no puede concentrarse cuando está sentado frente a la computadora con el estómago vacío. Entonces la donación de alimentos es muy importante. Estamos muy agradecidos con la Maestra Cheng Yen, quien donó 23,000 bolsas de arroz y fideos [Jing Si], ¡eso ha sido muy importante! Las familias están muy agradecidas. Les encanta y ha sido muy bien recibido.
Jeanna Hurt, persona de enlace comunitario para atener las preocupaciones de las personas sin hogar en el Complejo Nānākuli-Wai’anae
Donna Manibog, quien se desempeña, como enlace para atender las preocupaciones de la comunidad de las personas sin hogar, en la escuela del área del complejo Nānākuli-Wai’anae, estaba en el proceso de visitar a las familias de los estudiantes, que actualmente se encuentran sin hogar siendo testigo de su alivio al recibir el arroz. Si bien el gobierno proporcionó todo tipo de alimentos, no pudo proporcionar alimentos de la canasta básica, como arroz y fideos. “Algunos de nuestros alimentos donados son alimentos enlatados; algunas son frutas y verduras frescas, y también hay carnes o sopas congeladas. Lo único que no tenemos es arroz. No hay arroz en los artículos donados, pero el alimento básico de los hawaianos es el arroz, por lo que estamos agradecidos de que la Fundación [Tzu Chi] nos haya traído el arroz “.
Recordando Las Enseñanzas
“La maestra Cheng Yen nos dio mucha comida, no solo comida sólida, sino comida para el alma”, sostuvo Wing Hui, una de las grandes defensoras de las distribuciones de arroz instantáneo Jing Si de Tzu Chi para familias desatendidas en las escuelas de Hawái, y quien conoce a Tzu Chi desde hace casi 20 años.
“Hemos venido a Estados Unidos a través de tiempos difíciles; no teníamos dinero ni vida social, estamos en un choque cultural y lejos de nuestros padres. Así que necesitamos unirnos a un grupo, como la familia que pueda conectarse con usted. Creo que eso es lo que todo nuevo inmigrante tiene en mente”.
“Vine aquí justo después de graduarme de la universidad”, recuerda Wing Hui. “En ese momento, yo estaba recién casada y mi sobrino quería aprender chino, así que fuimos a la escuela de chino en Tzu Chi. Y como también creo en el budismo, cuando estaba charlando con los voluntarios de Tzu Chi, se enteraron de que me había graduado de la universidad y hablaba chino. Me preguntaron si podía enseñar chino”.
Wing Hui, se convirtió en maestra en la Academia Tzu Chi. A través de esta experiencia, se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba enseñando a los niños y decidió continuar sus propios estudios y especializarse en educación especial. “Más tarde me convertí en maestra de educación especial. Con una vida ocupada con niños, trabajo y mi padre que está gravemente enfermo en Hong Kong, no insistí en quedarme en Tzu Chi “.
Wing Hui apreciaba su tiempo en Tzu Chi. Aunque se había cambiado de trabajo, nunca olvidó las enseñanzas de los “Veinte desafíos para la iluminación” de la Maestra del Dharma Cheng Yen.
“Lo que quiero decir es que vi un libro en la biblioteca de la Academia Tzu Chi y lo leí. Era un libro de la Maestra Cheng Yen. Recuerdo el primer desafío y el segundo desafío, nunca lo he olvidado. Hay veinte desafíos. El primer desafío es la pobreza. La pobreza no es solo una cuestión de dinero. Si sus necesidades internas están satisfechas, es rico. Entonces estarás dispuesto a dar. Recuerdo claramente esta frase en mi mente “.
Después de que la pandemia de COVID-19 azotara la nación en 2020, los voluntarios de Tzu Chi en Hawái, se pusieron en contacto con Wing Hui para un evento de distribución en el área local.
Una vida iluminada significa saber dar y crear bendiciones.
Aforismo Jing Si Aphorism de la Maestra del Dharma, Cheng Yen
Sé que todo en Tzu Chi, tiene un significado profundo. Hay muchas verduras en el arroz instantáneo Jing Si. Además de brindar nutrición a las personas sin hogar y que no gozan de buena salud, también espero que les brinde amabilidad y pensamientos sobre cómo cuidar el medio ambiente para que los niños crezcan sanos tanto física como mentalmente.
Wing Hui, Especialista en renovaciones de las escuelas del complejo Nānākuli-Wai‘anae
El arroz instantáneo Jing Si de Tzu Chi trajo una amistad duradera a las escuelas, con la esperanza de ayudar a nutrir a los niños física como emocionalmente en este momento extremadamente difícil. Y a través de estas distribuciones, los voluntarios esperan que los niños sepan que su familia Tzu Chi, está aquí para ellos.