Escrito por Jenny Liu
Traducido (Inglés) por Pen-Chi Liu
Traducido por Hernán Goicochea
Editado por Maribel Suárez
Mientras continúa en marcha la pandemia de COVID-19, los números de casos confirmados siguen de arriba y abajo, aquí y haya, todavía sin ver un punto final a esta crisis mundial. Preocupada, la Venerable Maestra Cheng Yen piensa en todos los seres vivos, incluso sus seguidores en los Estados Unidos. Su esperanza es que todos calmemos nuestras mentes, con la gran sabiduría del Buda: arrepentirnos reverentemente de nuestra ignorancia, de nuestros pensamientos, y comportamientos insanos, cambiando a una dieta vegetariana. Esta es la única forma de salvar al mundo.
Como apoyo espiritual, discípulos de todo el mundo están invitados a visitar la ciudad de Hualien y unirse a la Maestra en la Morada Jing Si, para escuchar sus enseñanzas en persona. Sin embargo, debido a las regulaciones de distanciamiento social, actualmente no es posible reunirse físicamente para practicar y aprender.
Debido a las consecuencias, la fundación Tzu Chi ha logrado organizar grupos de estudio en línea, aprovechando la conveniencia, que brinda la tecnología moderna y permitiendo que todos en el mundo estudien el Buda Dharma juntos y permanezcan conectados.
Al enterarse de que muchos voluntarios en EE.UU. tenían sed de conocimiento, de aprender más sobre el Dharma, L.R. Lin, del Departamento de Capacitación de Voluntarios, conectó varios grupos con Joe Huang, un voluntario, que había prometido difundir el Dharma en nombre de la Maestra Cheng Yen. El 4 de julio, seis oficinas regionales de Tzu Chi USA (Nueva York, Nueva Jersey, Washington DC, Chicago, Dallas y Texas), se reunieron en línea para una clase de Dharma que contiene aquellas enseñanzas.
La clase de Dharma llevada a cabo en línea por Joe Huang, el 4 de julio, llega a unas 220 personas. Fotos: cortesía de la Oficina Regional Tzu Chi Atlántico Medio.
Durante la clase virtual titulada “Calma nuestra mente“, Desarrolla Sabiduría y Práctica con Diligencia, Joe compartió su opinión sobre las enseñanzas del Sutra del loto. Gracias a su intercambio, a todos los que se unieron a la clase, se les recordó lo valioso que es realmente el Dharma, mientras obtenían una comprensión más profunda. Ellos tomaron la enseñanza a pecho, con la intención de practicar lo que habían aprendido ese mismo día.
Para Joe, ofrecer la clase también fue una oportunidad preciosa. Aunque creció en los EE.UU., y se considera estadounidense, al terminar su educación y obtener varios años de experiencia laboral, regresó a Taiwán para perseguir su objetivo de integrar el trabajo de caridad con sus actividades profesionales. Después de un tiempo, pasó de ser alguien que solo escucha las enseñanzas del Dharma a alguien, que pone en práctica lo que ha aprendido. Ahora, puede compartirlas con los demás.
Los voluntarios de Nueva Jersey, Stephen y Tina Lau, se unen a la enseñanza en línea junto con su hija Katherine. Fotos: cortesía de la Oficina Regional Tzu Chi Atlántico Medio.
Hubo 210 conexiones y alrededor de 220 personas se unieron a la clase en línea. En los Estados Unidos, el 4 de julio se celebra el día de su independencia, y para Joe, fue notable que la reunión en línea se llevará a cabo ese mismo día. Deseó que todos en los EE.UU. pudieran navegar los desafíos planteados por la pandemia de COVID-19 con el mismo valor y determinación, que subrayan la fundación de esta nación. Y espera, que la sabiduría inherente al Dharma, que estaba compartiendo a través de la sesión en línea, respalde aún más la resiliencia y claridad que necesita en este momento difícil.
Al terminar la clase una hora después, todos los participantes sintieron una sensación de alegría, algo que esperan compartir con los demás. Y entonces, encendieron el video, para saludar visualmente, de manera sencilla, para brindar uno a otro, apoyo moral y espiritual.
Mientras que la pandemia continúa en marcha, prestemos atención en ofrecernos apoyo moral y otras formas de ayuda según sea necesario. Lo invitamos a unirse a la familia Tzu Chi en nuestros esfuerzos por hacer precisamente eso, contribuyendo a nuestra campaña Unidos en la Distancia: En el Largo Camino de Compasión.