
Escrito por Meizhen Qian, Weiling Wang
Adaptado al Español por María Pacheco Valles
Editado por Maribel Suárez
“Estaba trabajando cuando el tornado tocó tierra. Fueron momentos terroríficos. Escuché un sonido fuerte, indescriptible y después, el edificio colapsó sobre nosotros. Quedé atrapada entre los escombros, al igual que todos mis compañeros. Todo estaba oscuro y escuchaba a uno de mis amigos gritar: ¡Linda ayúdame!. Pero no podía moverme, no pude ayudarlo”, contó Linda Panameño, quien trabajaba en Mayfield Consumer Products, una fábrica de velas ubicada en Mayfield, Kentucky. El edificio donde funcionaba este negocio fue destruido completamente durante el paso del tornado causando la muerte de nueve trabajadores.


Al enterarse de la situación vulnerable en la que quedaron muchas familias después del impacto del huracán, los integrantes de la Oficina del Medio Oeste de Tzu Chi no dudaron en organizar una distribución de ayuda para afrontar la emergencia. Fueron distintos operativos los que se ejecutaron desde la fundación, sin embargo el de mayor escala se desarrolló entre el 22 y 23 de diciembre en Mayfield, Kentucky. El lugar escogido fue el Centro Deportivo de la ciudad, y estuvo provisto de antibacterial, siguiendo las normas necesarias para evitar contagios por Covid-19.
Voluntarios llegan a Mayfield
En un corto período de tiempo, los voluntarios de Tzu Chi lograron recolectar suministros de emergencia y con ellos crearon 1400 paquetes de ayuda, además de tarjetas de débito prepagadas con 1000 dólares cada una, todo esto fue transportado hasta las zonas de desastre para ser posteriormente distribuidas. Los representantes de la fundación viajaron desde distintas ciudades de EE.UU en las fechas navideñas, hicieron a un lado los planes familiares y manejaron largas horas hasta las ciudades más afectadas para ser parte de la distribución de Tzu Chi y brindar un poco de esperanza a los sobrevivientes.


Además de los integrantes de Tzu Chi, la distribución contó con la ayuda de once residentes de Mayfield, quienes se enteraron del operativo de la Fundación Budista mediante las redes sociales y se acercaron ofreciendo humildemente su ayuda. Jetty Hunter y su familia fueron parte de este grupo. “Siempre he pensado que ayudar a otras personas es parte de mi misión en la vida, y me identifico con el trabajo hecho por Tzu Chi, porque además de cosas materiales ofrecen calor humano y consuelo a las víctimas de este desastre”, comentó Jetty.


Momentos de terror
Al igual que Linda Panameño, muchos sobrevivientes experimentaron momentos de terror, instantes que cambiarán su vida para siempre. Muchos de ellos, con lágrimas en sus ojos y temblando, compartieron sus memorias. Lo hicieron para exponer sus miedos y tratar de superar el trauma que habían vivido. Por momentos muchos pensaron que ese era el final y que nadie los ayudaría. Muchos de ellos terminaron con golpes en sus cuerpos y heridas causadas por el tornado. Durante la distribución algunos de los sobrevivientes llegaron en sillas de ruedas y vendados. Los voluntarios de Tzu Chi se mantuvieron escuchando sus historias, consolándolos con palabras llenas de amor y demostrándoles que sí hay personas dispuestas a tenderles su mano.
Perdí todas mis pertenencias durante el tornado. Lo único que tengo ahora es mi carro. Fui a otros centros de distribución y en ninguno me ayudaron hasta que llegué aquí.
Jimmy Itmley, sobreviviente de Mayfield


“La ayuda que acaban de darme es realmente valiosa para mí”, dijo –visiblemente emocionado– Jimmy Itmley, quien además de recibir USD $1,000 en la tarjeta de débito prepagada, obtuvo mantas y bufandas ecológicas, así como artículos para prevenir el contagio por Covid-19. “Realmente no esperaba que me ayudaran. Muchas gracias por entender todo lo que he pasado”, dijo Jimmy.
Muchas más personas se enteraron de la distribución y se acercaron. Por eso, el 23 de diciembre, en vísperas de Navidad, los voluntarios siguieron allí brindando una luz para todos los que vivieron momentos tan oscuros como consecuencia del tornado.
Aliados trabajan juntos para demostrar que siempre hay una luz
La Cruz Roja es una de las organizaciones aliadas de Tzu Chi. Juntas trabajan de la mano ejecutando proyectos y distribuciones en zonas de desastre y ayuda oportuna en situaciones en las que se amerita atención y solidaridad.
Steven Nelson, voluntario de la Cruz Roja, comentó: “hoy, a todas las personas que vienen aquí y que han sido afectadas por el desastre, Tzu Chi les ha asignado dinero amablemente, dándoles tarjetas con valor en efectivo con las que podrían vivir. Es realmente un regalo generoso y muy necesario”.
Los sobrevivientes tienen lágrimas en los ojos, y son lágrimas de agradecimiento con Tzu Chi.
Steven Nelson, voluntario de la Cruz Roja
Lisa Burnett es nativa de Mayfield, pero vive en otro estado. Sin embargo, al enterarse de lo sucedido viajó hasta su hogar y decidida a ayudar, se unió a la distribución organizada por Tzu Chi. “Quiero ser una voluntaria para ayudar desde el amor. No solo estamos distribuyendo con nuestras manos, sino que también compartimos el amor con los sobrevivientes, y este amor se regenerará y regresará a nosotros, para que podamos continuar compartiendo la energía del amor con más personas”, comentó Lisa, quien tiene tatuada en su muñeca la palabra love.


Aunque fue una Navidad distinta y dolorosa, el trabajo hecho por los voluntarios de Tzu Chi y demás organizaciones, brindó un poco de fe a cada uno de los sobrevivientes.