El Centro de Servicio Tzu Chi USA en St. Louis, Missouri, ofrece clases de arreglos florales. Y durante estas clases, muchas de las veces se crean conexiones maravillosas entre los voluntarios y sus estudiantes. Conexiones que pueden florecer de maneras inesperadas. En una de las clases, los voluntarios produjeron un video sobre la vida y sabiduría de la Maestra Cheng Yen. Fue antes de la cuarentena, cuando el brote del coronavirus acababa de comenzar, y la maestra ofreció esta guía:
Al lidiar con el brote de este nuevo virus, el mejor enfoque es usar la sabiduría, el amor y la fuerza de la voluntad desinteresada. Las personas que necesitan estar aisladas deben aislarse de los demás. Esto es para mostrar amor por ellos mismos y por los demás. Esto es ser desinteresado. Todos deben unirse como uno, y cooperar juntos. Además, debemos ser sinceramente piadosos y vigilantes. Abstenerse de comer carne, decir buenas palabras, hacer buenas acciones y hacer buenos votos. Necesitamos tener un solo pensamiento, y dejar de sacrificar a los animales. Matar vidas y comer carne solo satisface nuestros antojos momentáneamente … Es mejor promover el vegetarianismo.
Después de la clase, una de las estudiantes, Jeanette McDermott, se acercó a la voluntaria Beajia Laschober quien estaba enseñando ese dia. Al hacerlo, McDermott expresó cuánto apreciaba la lógica de la Gran Maestra, compartiendo que ella también es vegana, y aquel mensaje realmente resonó con ella.
Beajia invitó a Jeanette al centro para tomar una taza de té, y a través de sus charlas se conocieron mejor. “Tuvimos una buena charla y aprendimos unos de otros. Compartí historias sobre Tzu Chi. También mencioné que distribuimos PPE [equipos de protección personal] a la Basílica de San Pedro en Italia. [Jeanette] estaba muy sorprendida y dijo que actualmente trabaja para la Iglesia Católica y que es escritora”, dijo Beajia Laschober.
Jeanette McDermott es la Coordinadora de Comunicaciones para Las Hermanas de la Provincia Buen Pastor de Norteamérica, una orden de hermanas católicas. Y su reunión con Beajia Laschober pronto beneficiaría enormemente a las hermanas del orden.
Poco tiempo después, las clases de arreglos florales se interrumpieron debido a que la gravedad del brote de COVID-19 se profundizó. Tzu Chi comenzó a distribuir equipos de protección personal (PPE, por sus siglas en inglés) a nivel nacional, incluso en St. Louis. Mientras se encargaba de contactar a distintos miembros de la comunidad y determinar su necesidad, Beajia llamó por teléfono a Jeanette y le preguntó si ella o sus colegas necesitaban mascarillas. Luego, Jeanette cuenta el resto de la historia en un artículo que escribió para Items of Interest (artículos de interés, en español), el boletín mensual para Las Hermanas de la Provincia Buen Pastor:
El Amor Trasciende Fronteras Religiosas En St. Louis, Missouri
Conocí a la Fundación Budista Tzu Chi mientras tomaba clases de arreglos florales en el Centro de Servicio St. Louis. Tzu Chi es una organización internacional sin fines de lucro fundada por la Venerable Maestra Cheng Yen, una monja budista con el deseo de ayudar a los demás. Actualmente, las clases se han suspendido debido a la pandemia del COVID-19. Cuando la organización comenzó a fabricar mascarillas, para proteger a todas las personas en el mundo, recibí una llamada telefónica de los voluntarios preguntándome si Las Hermanas del Buen Pastor podrían beneficiarse al recibir mascarillas, para protegerse del contagio. Dije ‘’¡Sí!”
En un periodo de dos semanas, los voluntarios habían empaquetado docenas de paquetes llenos de mascarillas quirúrgicas para Las Hermanas del Buen Pastor. Cada paquete contiene 20 unidades, el adquirirlas hizo posible que las hermanas del Buen Pastor (quienes viven en el Centro de Atención Mason Pointe) salieran de los confines de sus habitaciones después de permanecer en cuarentena durante tres semanas.
Llevando cubierto sus rostros con mascarillas, para protegerse a sí mismas y los demás del virus, la hermanas eran libres de rezar en la Capilla del Buen Pastor. No sólo rezar, sino también caminar por los pasillos, para hacer ejercicio y visitarse mutuamente mientras mantenían distanciamiento social. Las mascarillas donadas por Tzu Chi también brindaron tranquilidad a las hermanas en Cincinnati, sabiendo que estaban tomando las medidas adecuadas, para protegerse y proteger a los demás en Margaret Hall y Beechwood.
Las hermanas allí también habían sido confinadas a sus habitaciones, ya que no tenían mascarillas para su protección. Las hermanas en el Centro Provinciano en Normandía han tenido más libertad. Ahí, autorizaron a todos los socios a trabajar desde casa, luego del primer anuncio sobre la pandemia del coronavirus, para que las hermanas pudieran auto-ponerse en cuarentena sin la preocupación de atraer influencias externas. Las hermanas han estado usando mascarillas cuando salen del convento, incluso para recoger el correo.
Estados Unidos ahora tiene la mayoría de casos confirmados y la cifra más alta de muertes en el mundo. Taiwán, donde se fundó Tzu Chi, el impacto de contagio por el coronavirus ha sido en menor proporción. Las monjas y voluntarios en Taiwán se encuentran preocupados por las personas en los Estados Unidos, y otras partes del mundo. Por eso, quisieron ayudar proporcionando mascarillas.
Hicieron más de 12.000 mascarillas para los ciudadanos estadounidenses, y las distribuyeron a personas en St. Louis, San Francisco y Los Ángeles. La Fundación Budista Tzu Chi también hizo miles de mascarillas protectoras, para el Papa Francisco y todos los que viven y trabajan en el Vaticano en Roma. En chino, “tzu” significa compasión y “chi”, alivio. Para las Hermanas del Buen Pastor, el alivio de la Fundación Tzu Chi fue una oración contestada.
Este vínculo que recién se ha formado entre Tzu Chi y las Hermanas del Buen Pastor, sin duda, continuará floreciendo más allá de la crisis del COVID-19. Como expresó Jeanette en un correo electrónico de agradecimiento que escribió para Beajia: “Las Hermanas Católicas están muy agradecidas y sienten que Tzu Chi ahora es parte de su mundo, ciertamente parte de sus oraciones”.
En cuanto a Beajia, ella y otros voluntarios de la oficina Tzu Chi St. Louis están ansiosos por que reanuden las clases de arreglos florales, para que puedan reunirse con los miembros de la comunidad una vez más y ser testigos de nuevas conexiones y colaboraciones.
Hasta ahora, los voluntarios de la fundación Tzu Chi USA han distribuido más de 20.000 mascarillas médicas en el área de St. Louis, y continuarán proporcionando equipos PPE para los miembros de la comunidad. Usted también puede apoyar a sus esfuerzos al enviar su amor.