Escrito por: Ping Liao
Traducido y editado al español por: Gabriela Barzallo
Editado por: Gabriela Guandique
Los voluntarios de Tzu Chi en Silicon Valley llevaron a cabo una distribución de invierno el 9 de diciembre de 2023, en East Palo Alto, en la Escuela Primaria Costano. Con la participación de 53 voluntarios, ocho de esos voluntarios apoyaron con la traducción al español. Se entregaron suministros y regalos navideños a 44 familias necesitadas de la comunidad.El lugar de distribución se convirtió en un espacio de gratitud antes de las cálidas festividades.
Círculo de gratitud y buenos deseos
Los voluntarios iniciaron la distribución creando un círculo de gratitud, donde Tiffany Liu y Ricardo Tejada, dos de los voluntarios, guiaron a los padres de las familias a tomar asiento en un ambiente que se sentía muy acogedor.. Dentro del círculo , invitaron a cada participante a compartir un momento que les inspirara gratitud, mientras los demás voluntarios escuchaban atentamente las historias de cada uno. Al mismo tiempo, se organizaron voluntarios intérpretes de español para asistir a los invitados que no hablaban inglés, garantizando que todos pudieran compartir y comprender la gratitud expresada por los demás.
Escenas conmovedoras de la interacción entre voluntarios y residentes. Foto/Steven Chiu
Los voluntarios animaron a cada participante a adoptar una actitud positiva hacia la vida, a percibir la belleza de su entorno y sus vivencias, a reflexionar sobre sus vidas, a descubrir bendiciones y gratitud en ellas, y a resaltar que la gratitud debe formar parte de cada aspecto de la vida cotidiana para encararla de manera positiva y enfocarse en la felicidad que poseen.
En el “círculo de gratitud”, los voluntarios y las personas se animan mutuamente a encarar la vida de manera positiva. Foto/ Tina Tuan
En el círculo de gratitud, las diferentes historias de agradecimiento de cada persona y las risas durante las interacciones llenaron el espacio, fortaleciendo y profundizando los lazos entre los residentes de la comunidad. Al finalizar, se sentía mucha gratitud y felicidad en el ambiente. Cada participante sostenía una vela que representa bendiciones y sabiduría, mientras juntos entonaban oraciones en canciones. Estas lámparas, como pequeñas estrellas, irradiaban calidez y luz. A través de las canciones, todos expresaron gratitud por la vida, el amor y buenos deseos para los demás, así como bendiciones para el futuro.
Las personas sostenían las velas y entonaban las plegarias que llevaban en su corazón. Foto/Tina Tuan
Durante la actividad, los voluntarios orientaron a los participantes para que recordaran momentos en sus vidas que les habían hecho sentir agradecimiento, y para que escribieran con el corazón experiencias especiales y palabras de gratitud en tarjetas. Después, cada tarjeta llena de bendiciones y deseos fue cuidadosamente pegada en el tablero de dibujo del árbol de Navidad, llenándolo con una variedad de colores y simbolizando que toda la comunidad está llena de amor y esperanza.
Los asistentes escriben tarjetas de agradecimiento y deseos y las pegan en el tablero de dibujo del árbol de Navidad. Foto/Steven Chiu
Compartiendo conmovedoras bendiciones de amor
Hace once años, Ronda White, residente de la comunidad, conoció a los voluntarios de Tzu Chi en la Escuela Primaria Brentwood, donde su hijo estaba matriculado en el jardín de infantes. En ese momento, se formó el equipo de voluntarios del Happy Campus para ayudar con las actividades en las escuelas del distrito escolar de East Palo Alto. Más tarde, su hijo se trasladó a la Escuela Primaria Belle Haven, donde el equipo del Happy Campus también colaboraba en las actividades escolares que promovían los valores humanistas de Tzu Chi, ampliando así sus esfuerzos en la comunidad al extender su atención a las familias desfavorecidas en diversas actividades de cuidado y caridad, lo que hizo que Ronda se familiarizara más con Tzu Chi.
Durante los últimos once años, Ronda ha participado en varias actividades organizadas por Tzu Chi, incluyendo el Día de la Salud Mental, clínicas comunitarias gratuitas y la distribución de regreso a clases, entre otras. Ronda y su familia han recibido suministros necesarios para la vida diaria de su familia y la escuela de sus hijos a través de estas actividades y asistencias de Tzu Chi, mientras experimentaban el calor de los voluntarios de Tzu Chi.
Ronda participó en la actividad realizada ese día durante la distribución. Su corazón quedó muy conmovido después de escuchar las historias de dos personas, una de las cuales enfrentó muchas dificultades para adaptarse a su nueva vida después de mudarse de Hawái a Silicon Valley, y a quien Tzu Chi ofreció una mano amiga.. La otra, una voluntaria de Tzu Chi, compartió el dolor de perder a su padre y cómo los voluntarios la acompañaron en los momentos difíciles de su vida. Con las historias compartidas, Ronda se tomó un momento para reflexionar sobre todo lo que tenía en ese momento:: “Aunque perdí a mi padre cuando tenía diez años, mi madre, que ahora tiene ochenta años, aún vive conmigo. Eso es una bendición del Señor. Y con el apoyo mútuo de la familia, amigos y vecinos en la comunidad, todo es tan importante para estar presente en la vida.”, dijo Ronda
En el círculo de gratitud, Ronda menciona que está agradecida por lo que tiene en su vida Foto/Tina Tuan
Los voluntarios de Tzu Chi pusieron en marcha el programa Juventud Brillante en la comunidad, el cual tiene como objetivo ayudar a los estudiantes de la comunidad con la solicitud universitaria y completar su educación superior. José González Ramírez, un estudiante de último año de secundaria, participó en el programa y presentó su solicitud para estudiar ingeniería eléctrica hace unas semanas, con la esperanza de obtener una formación profesional que lo prepare para su futuro en la sociedad. Como actividad extracurricular, José es voluntario en las distribuciones de alimentos del banco comunitario, proporcionando carritos para las personas que vienen a recibir comida pero no pueden llevarla.
Durante círculo de gratitud, José se conmovió al escuchar las muchas historias que se contaron, desde la tristeza del arrepentimiento hasta la alegría del cumplimiento. José expresó: “Estos momentos de gratitud me hicieron dar cuenta de que todos en la vida enfrentamos desafíos. Sentí que es importante estar agradecido por lo que tienes, y también ser amable con los demás en la vida”.
El estudiante de secundaria José, que participa en el programa Juventud Brillante, se ofrece como voluntario en la distribución de invierno, ayudando a las personas de la comunidad. Foto/Steven Chiu
Armando Quintanilla llegó a los Estados Unidos desde El Salvador después de enfrentar muchas dificultades. Fracasó tres veces en su intento de ingresar, finalmente tuvo éxito en su cuarto intento. Actualmente, trabaja como jardinero. Su sueño es ser dueño de su propio camión y poder aceptar trabajos por su cuenta, para así tener una vida mejor y mejorar su situación.
Después de compartir la historia de su migración y lucha en el círculo de gratitud, Armando expresó su gratitud, así como la de su familia, por el cuidado y apoyo que los voluntarios de Tzu Chi les han brindado durante el curso. “Siempre he querido poder buscar más recursos para mi familia y así mejorar nuestra vida. Conocí a Tzu Chi porque el distrito escolar nos dijo que podíamos ir al banco de alimentos a recoger comida, y fue entonces cuando conocí a los voluntarios de Tzu Chi y recibí una ayuda invaluable, así como una alcancía de bambú.” Armando trajo una alcancía de bambú llena de cambio para expresar su gratitud, y se la entregó de nuevo a los voluntarios para ayudar a más personas necesitadas, y para transformar la gratitud en su corazón en un gran amor y pasarlo a más lugares.
Reunirse y demostrar amor con regalos
Los voluntarios invitaron a Slava, un refugiado ucraniano, y a su familia, que participaron en el evento del año pasado, a la distribución de este año nuevamente. Slava se vistió con un gran traje rojo de Navidad y volvió a interpretar a Papá Noel, destacándose en el lugar y convirtiéndose en el protagonista especial del evento de este año. Papá Noel se tomó fotos con cada familia, dejando una maravillosa foto familiar. Durante el evento, Slava no solo fue un miembro de la familia receptora de cuidados, sino también un mensajero de amor, compartiendo la alegría de la gratitud con todos los presentes.
Slava, un refugiado ucraniano, se vistió como Santa Claus y se tomó fotos con los residentes y voluntarios de la comunidad. Foto/ Steven Chiu
En la distribución, cada familia recibió un regalo seleccionado por los voluntarios. Los regalos y suministros distribuidos fueron comprados hace un mes y medio, e incluyeron 105 abrigos de invierno cuidadosamente seleccionados, adaptados a diferentes personas y considerando el color favorito de cada individuo, así como una bolsa de regalo para cada familia que contenía un pequeño calentador eléctrico y un artículo de dharma, transmitiendo la calidez de las bendiciones y la sinceridad de los voluntarios a las familias receptoras de cuidados.
El regalo fue un gesto de cariño y refleja la preocupación de los voluntarios por las familias receptoras de cuidados en la comunidad. Foto/Tina Tuan
A través de esta distribución de invierno, los beneficiarios y sus familias recibieron más apoyo y fuerza solidaria, y dejaron de sentirse solos e indefensos. Los vecinos y amigos en la comunidad han establecido lazos profundos entre ellos, llevando más energía positiva a la comunidad. El ambiente comunitario hace que la comunidad sea como una familia cálida, y todos en East Palo Alto están capacitados para buscar la felicidad y ver esperanza en el futuro.
