Los voluntarios de Tzu Chi sirven de puente para ayudar a los más necesitados

Región del Washington DC  |  1 Septiembre, 2022
El voluntario Calvin Kao (derecha) y Yixin Tan, quien donó un sillón reclinable. Foto/Juliana Huang

Escrito por: Juliana Huang
Adaptado al español por José Beltrán Contreras
Editado por M. Carolina Saheli

Tras sufrir un ataque al corazón, Diane se aferró a la esperanza de tener un trasplante de corazón para prolongar su vida. Con fortuna fue beneficiaria de un trasplante, pero el alto costo de la operación consumió los ahorros de su vida. Además, Diane  tenía que someterse a diálisis tres veces a la semana, cuyo costo se agregó a los gastos a cubrir.

Tras sufrir un ataque al corazón, Diane se aferró a la esperanza de tener un trasplante de corazón para prolongar su vida. Con fortuna fue beneficiaria de un trasplante, pero el alto costo de la operación consumió los ahorros de su vida. Además, Diane  tenía que someterse a diálisis tres veces a la semana, cuyo costo se agregó a los gastos a cubrir.

Un apuro tras otro

Durante seis años, los voluntarios de Tzu Chi han estado cuidando a Diane y la ayudaron cuando se enteraron de que estaba a punto de quedarse sin un hogar. En marzo de este año, el arrendador de Diane se negó a renovar su contrato de alquiler, por lo que Diane planeó compartir otro apartamento de dos habitaciones con una amiga; sin embargo, poco después de mudarse al nuevo apartamento, Diane tuvo que someterse a una operación de riñón debido al cáncer y para empeorar las cosas, su compañera de cuarto se mudó del apartamento sin avisarle mientras Diane estaba en el hospital. Esto puso a Diane en el dilema de tener que pagar el alquiler completo o ser desalojada.

La situación generó mucho estrés a Diane, quien pensó que después de la operación, todo mejoraría en su vida. “Cada vez que quiero salir de un apuro, no encuentro una salida sino una entrada a otro apuro”, lamentó Diane.

La unión hace la fuerza

La voluntaria de Tzu Chi, Chiu Yueh Hong, se enteró de la emergencia de Diane e inmediatamente organizó una visita a su domicilio. Al llegar, vio a Diane descansando en un sillón, visiblemente débil debido al tratamiento médico.

Cuando llegué a casa del hospital, solo había una mesa de comedor y sillas de mis amigos. No había más muebles. La casa estaba tan vacía que podía escuchar mi propio eco.

Con la solidaridad en su gran corazón, Chiu Yueh Hong alquiló un sofá y un diván para llenar parcialmente la casa vacía de Diane, con la esperanza de que se sintiera mejor en su hogar. Sin embargo, el alquiler solo duraba una semana. Después de eso, la sala de Diane volvería a estar vacía.

El Centro de Servicio Raleigh de Tzu Chi USA se puso a trabajar para establecer un grupo de atención a largo plazo para Diane. Con el tiempo agotado, Chiu Yueh Hong solicitó inmediatamente asistencia de emergencia para cumplir con el período límite del alquiler, mientras los voluntarios del grupo se movilizaron para conseguir un sillón reclinable que le permitiese descansar.  

Los voluntarios mueven un sillón reclinable de un segundo piso a una planta baja para cargarlo en una camioneta. Foto/Juliana Huang
Diane Carter abraza efusivamente a los voluntarios que la visitaron. Foto/Juliana Huang

Con la ayuda de Tzu Chi, dos personas se sintieron conmovidas por la solidaridad de los voluntarios de la Fundación. Yixin Tan, una de esas dos personas, se puso en contacto con la voluntaria Linda Wang y le comentó que tenía un sillón reclinable en muy buenas condiciones. Los voluntarios Chiu Yueh Hong, Linda Wang, Calvin Kao y Juliana Huang fueron inmediatamente  a recogerlo y entregárselo a Diane.

El voluntario Stephan Chen y su madre Linda Wang trabajaron juntos para poner el sillón en el vehículo. Foto/Juliana Huang

Diane abrió la puerta y vio el sillón reclinable de cuero marrón en buenas condiciones y reaccionó con mucho entusiasmo al ver el esfuerzo que hicieron los voluntarios para conseguirle el sillón. Su rostro era de felicidad y agradeció a los voluntarios con un abrazo lleno de amor.

El donante del segundo sillón reclinable Peter Huang (derecha) y la voluntaria Chiu Yueh Hong. Foto/Juliana Huang
Cuando Diane Carter abrió la puerta de su casa, se sorprendió al ver el sillón reclinable. Foto/Juliana Huang

Donar con gratitud

Además del gesto compasivo de Yixin Tan, Peter Huang y su esposa, una pareja de Chapel Hill, también donaron un sillón reclinable para Diane.

Estamos felices de tener a alguien que necesite muebles. Ya que nos estamos mudando, estamos muy contentos de que alguien como Diane pueda usar algo que ha estado con nosotros durante mucho tiempo, y que pueda usar.

Los voluntarios tomaron nota del mensaje de Peter Huang y se lo transmitieron a Diane, quien sonrió con mucha gratitud en su corazón. 

Los voluntarios de Tzu Chi fueron un puente de bondad entre donantes generosos y beneficiarios como Diane Carter, quien siguió luchando y avanzando cuando la esperanza parecía desvanecerse. ¡Únase a nuestros voluntarios de Tzu Chi para liberar energía positiva y continuar el ciclo del amor!

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