Escrito por Daphne Liu
Traducido por Melody Cao
Editado por Diana Chang, Ida Eva Zielinska
Traducido (Español) por Gerardo Bonilla
Editado (Español) por Maribel Suárez
Cada dos horas, se escuchaba una celebración proveniente de la camioneta de la Clínica de Visión Móvil de Tzu Chi USA estacionada en Elmhurst, un vecindario en el distrito de Queens en la ciudad de Nueva York. En el interior, un voluntario sostenía un par de anteojos recetados, que el equipo de atención ocular acababa de hacer y serían presentados para los ojos de su nuevo propietario y todos las personas a su alrededor. Al mismo tiempo, se escuchó expresiones de alegría colectiva hacia los voluntarios y la inmensa gratitud de los beneficiados.
El Sol Resplandeció En Este Día Especial
A finales del otoño y principios del invierno en la ciudad de Nueva York, comienza a hacer frío, es raro que las temperaturas lleguen a (20° C ) Sin embargo, el 7 de noviembre de 2020, hizo un día brillante y soleado. Quizás el clima reflejaba la calidez entusiasta de los hispanos que recibirán, los cuidados de Tzu Chi USA ese día. Sin duda, el equipo médico, y lo voluntarios, se sintió así, esa mañana, alrededor de las 8:00 a.m., cuando las camionetas de la Clínica de Visión Móvil Tzu Chi, se estacionó fuera del Centro Cívico Colombiano en Elmhurst, donde brindarán un día de atención oftalmológica libre de costo.
La jueza de la Corte Suprema de Nueva York, Carmen R. Velásquez, miembro de la junta de Brigada de Esperanza NY, la organización sin fines de lucro, que ayudó en la brigada de la clínica de visión móvil, le recordó a los 20 voluntarios hispanos, que deben protegerse: “ ¡Todos deben usar batas y mascarillas EPP!”
Para garantizar aún más la seguridad de los voluntarios y del público, los solicitantes de atención debían hacerse la prueba de diagnóstico del COVID-19 antes de presentarse a su cita visual. También se estableció un sistema de citas, mediante el cual la clínica solo atendería dos casos cada 30 minutos, en promedio, respetando el aforo establecido para este tipo de actividades.
La jueza Velásquez compartió que la Brigada de Esperanza NY público información sobre el evento en su página oficial de Facebook, y en solo tres días, más de 2,900 personas lo habían visualizado. Luego, los voluntarios de la organización recibieron más de 300 llamadas preguntando sobre el servicio gratuito de cuidado de la vista, con la esperanza de registrarse, lo cual podrían, si cumplían con los criterios adecuados:
Siempre y cuando cumpla con los estándares para familias de bajos ingresos, nuestros voluntarios invitan a todos a postularse. No es necesario esperar mucho; ¡Puedes conseguir lentes nuevos el mismo día!
Jueza Carmen R. Velasquez De la Corte Suprema de Nueva York
La Dra. Carmen Velásquez, quien es la primera ecuatoriana en servir como juez de la Corte Civil y la Corte Suprema del Estado de Nueva York, se enteró por primera vez de Tzu Chi en 2016, cuando la fundación brindó socorro tras el trágico terremoto, que azotó a su país natal ese año. Con el fin de ayudar a la comunidad hispana, en el transcurso de la pandemia se creó Brigada Esperanza NY, bajo el liderazgo de la Jueza, Velasquez. En su objetivo de proporcionar alimentos a las familias hispanas en Nueva York, aunaron esfuerzos con Tzu Chi, en la distribución de víveres.
Dra. Velásquez, conectó a voluntarios de la comunidad de habla hispana con un programa de capacitación, con sede en Nueva York, que inició Tzu Chi, para prepararlos a ayudar durante los servicios para el cuidado de la vista llevado a cabo el del 7 de noviembre. En esta ocasión, estaba encantada de ver a los graduados de los tres cursos de capacitación de Tzu Chi, quienes ayudaron, por primera vez a que los beneficiarios, se les hiciera exámenes de la vista y anteojos recetados gratis.
Dra. Carmen Velásquez, aprovechó esta oportunidad, para agradecer públicamente a Freeman Su, director ejecutivo de la región noreste de Tzu Chi USA, por todos los recursos que había brindado al hacer posible este evento, incluyendo el programa de capacitación para voluntarios dirigido por el optometrista James Chuang. Muchos beneficiarios agradecieron a Tzu Chi por el cuidado visual gratuito, del cual muchos expresaron que necesitaban con urgencia.
Un Regalo Del Cielo
“¡Un par de anteojos cuesta más de USD$300, que es más que mis ingresos durante una semana!” Exclamó Alicia Degro, madre soltera de cuatro hijos. El mayor acaba de comenzar la universidad y el menor solo está en el kindergarten. Al principio de la pandemia, su pequeño restaurante, se enfrentó al cierre durante meses, e incluso ahora, sus ingresos son la mitad de lo que era antes.
Los lentes multifocales, que usaba Alicia estaban muy gastados y necesitaba un nuevo par, con una prescripción más actual. Sin embargo, su seguro, no cubre los servicios de cuidado de la vista, le era imposible obtener una nueva prescripción para lentes. Eso es, hasta ahora. Alicia estaba extremadamente agradecida por los lentes nuevos que recibió este día, y explicó lo útiles, que serán no solo para ella sino también para los niños:
El gran beneficio, es que los necesito porque como la mayoría de los niños no van a clase, hay que ayudarlos con la tarea. Si no tengo lentes, no puedo leer.
Alicia Degro, Residente de Elmhurst
Mauro Quintuña, un trabajador de la construcción con ingresos inestables y sin seguro médico, también necesitaba anteojos. Su vista comenzó a deteriorarse después de la mediana edad, pero como no puede pagar por lentes recetados, trató de no prestarle mucha atención al problema. Este caballero realmente, se sintió bendecido al recibir un par de espejuelos de parte de Tzu Chi porque esto, le aumentaría su seguridad en el trabajo.
Noté que tenía problemas con la vista, pero sin seguro médico, es muy difícil obtener ayuda. Necesito tener una visión clara en el trabajo y con estos lentes puedo ver mucho mejor y la diferencia es muy notable.
Mavro Quintuna, Residente de Elmhurst
Las Clínicas de Visión Móvil de Tzu Chi habían atendido previamente a estudiantes desfavorecidos en el área metropolitana de Nueva York a través del programa See 2 Succeed. Esta asociación, sin fines de lucro trabaja junto con las escuelas para ofrecer exámenes de la vista y lentes gratuitos para los niños de comunidades desatendidas. Sin embargo, en esta clínica móvil de visión, la mayoría de las citas atendieron a residentes de Nueva York de mediana edad y ancianos que necesitaban anteojos para leer.
Por ejemplo, Alberto Alarcón, de 66 años, fue uno de los cuidadores y tuvo problemas para leer durante muchos años. Como no podía costear lentes con prescripción para restaurar la corrección de la vista, confió en los anteojos de lectura que venden en la farmacia.
Richard Yang, dentista y voluntario del capítulo de Nueva York de la Asociación Médica Internacional Tzu Chi (TIMA), le entregó el nuevo par de anteojos de Tzu Chi a Alberto, quien estaba ansioso por probarlos de inmediato. Alarcón quedó maravillado por la experiencia de ser atendido. por la clínica móvil.
Estos momentos son de felicidad porque estoy complacido y satisfecho por el trabajo que has estado haciendo. Puedo volver a ver con estas gafas. No tomó mucho tiempo..., aproximadamente una hora. Gracias otra vez.
Alberto Alarcon, Residente de Elmhurst
Alberto y todos los pacientes atendidos por las Clínicas Móviles de Tzu Chi USA también consiguieron una alcancía de bambú, para llevar a casa para así activar el ciclo de amor y poder contribuir a ayudar a los demás.
Usan anteojos que les quedan y [se familiarizan con] la [filosofía] de Tzu Chi. Todos pueden ver claramente ahora y están muy emocionados y emocionados. Ese es nuestro objetivo final y nuestra misión cumplida.
Richard Yang, Voluntario de TIMA
Un total de 22 pares de anteojos recetados nuevos plantaron 22 semillas de bondad en los corazones de 22 residentes de la ciudad de Nueva York de habla hispana. La calidez en sus corazones cuando salieron del servicio médico gratuito de Tzu Chi coincidió con el brillo del sol de otoño en este día de noviembre de 2020 inusualmente templado.
Las semillas de las bendiciones deben sembrarse cada vez que se cosechan sus frutos para asegurar que el ciclo virtuoso continúe indefinidamente.
Aforismo Jing Si de la Maestra del Dharma Cheng Yen