Escrito por Pin Hau Chiou, Tun Lin
Adaptado por María Pacheco Valles
Editado por Maribel Suárez
A veces se nos olvida lo difícil que puede ser la niñez, especialmente durante los últimos años, cuando las normas sociales, la manera de relacionarse y de aprender cambiaron en poco tiempo. Millones de niños se vieron obligados a quedarse en sus casas, evitar los parques y –sobre todo–, pasar largas horas frente a una pantalla. Pantallas que sustituyeron la interacción escolar real y aumentaron –en gran medida– los problemas de visión.
Estudios científicos demuestran que los meses de cuarentena han generado una “epidemia de miopía” entre los más pequeños. La falta de exposición a la luz solar, podría ser uno de los factores que han afectado la visión de este grupo vulnerable. Un equipo de científicos canadienses analizó el tiempo frente a pantalla y la exposición a redes sociales de niños en edad escolar durante el 2020, y reveló que aquellos que tenían 8 años pasaban un promedio de 5 horas frente a las pantallas.
Por otro lado, investigadores de la Universidad de Emory de Atlanta, la Universidad de Michigan en Ann Arbor y el Hospital Oftalmológico de la Universidad Médica de Tianjin, China, encontraron un descenso sustancial en la agudeza visual de 123,535 niños sometidos a exámenes. Esto ocurrió como consecuencia del cierre de las escuelas durante gran parte del 2020. Esta investigación también reveló que la miopía y otros problemas de visión se presentan –en mayor número– en niños en edades comprendidas entre los 6 y 8 años.
Con la intención de brindar ayuda gratuita a los más pequeños, la Fundación Médica Budista de Tzu Chi organizó una jornada de salud visual el pasado 20 de octubre. El lugar escogido fue la Escuela Elementaria Walter Francis Bishop, ubicada en Brooklyn, Nueva York. Hasta allí llegaron los optometristas voluntarios con los equipos de la Clínica Móvil de Visión, dispuestos a brindar sus servicios con equipos de alta calidad.
Al llegar, los voluntarios vieron un cartel en el ingreso del plantel con la frase impresa “El futuro empieza aquí’’. Eso los motivó a dar lo mejor de sí en esa jornada y contribuir para que el futuro sea brillante. Con ese entusiasmo instalaron todos los equipos en un salón de clases y recibieron a los estudiantes que presentaban quejas en relación a su visión.
Viendo la diferencia
Las restricciones tomadas para controlar los contagios por Covid-19 han cambiado, pero las consecuencias de estas siguen presentes. La generación de niños que experimentó esta pandemia ha desarrollado una condición visual conocida como “tensión ocular digital”, que se manifiesta con dolor de cabeza, irritación de los ojos, visión borrosa y lagrimeo excesivo. Síntomas que pueden afectar a todo aquel que pase más de cuatro horas frente a una pantalla.
Los niños han regresado –progresivamente– a las clases presenciales en escuelas y han tenido que adaptarse a la nueva manera de relacionarse: Usar mascarillas, respetar las distancias, y otras reglas que han implementado las instituciones educativas alrededor del mundo. Para algunos alumnos el regreso ha sido retador y si a esto se le suma algún problema visual, el rendimiento escolar puede verse seriamente afectado.
Por esta razón, integrantes de la Clínica Móvil de Visión, empezaron a organizar consultas en distintos campos escolares ubicados en Nueva York. La misión principal es ayudar a los estudiantes de escasos recursos que presenten problemas visuales, ofreciéndoles exámenes profesionales y lentes gratuitos a los niños que lo necesiten. Se realizó la primera jornada de la clínica de la visión en la Escuela primaria Walter Francis Bishop de Brooklyn.
Ariana, una estudiante de tercer grado comentó, “me gusta tener anteojos porque puedo ver mejor… también me hace feliz porque ya no tengo que caminar hasta la pizarra para saber qué ha escrito la maestra, ahora puedo ver fácilmente desde mi pupitre”.
Mientras que otros alumnos están en proceso de acostumbrarse al uso de los anteojos prescritos durante el operativo. “Puedo usar las gafas a veces en clase. Pero me sentiría incómodo usándolos todos los días; siento que me avergonzaré y los niños se reirán de mí”, dijo uno de los niños consultados.
Los maestros de este centro educativo agradecieron al equipo de optometristas de Tzu Chi por la ayuda brindada a los estudiantes.
“Tener la posibilidad de hacerse una prueba de la vista sin costo alguno para sus familias y poder obtener anteojos, todo el mismo día. Lo que vivieron los niños fue algo hermoso, por lo que estoy muy agradecido”, comentó uno de los educadores.
Este operativo también representó una oportunidad para los integrantes de la Clínica Móvil de la Visión, quienes con empatía, compasión y profesionalismo atendieron a los niños que desarrollaron problemas de visión.
Una linda vista
Durante la visita a la escuela se atendieron a 18 estudiantes de los cuales 13 fueron prescritos con uso de anteojos de corrección. Los optometristas voluntarios de Tzu Chi se mostraron agradecidos de poder ayudar a estos niños. Este es solo el inicio de las actividades que prepara este equipo, que trabaja alineado con los valores de la fundación.
En Tzu Chi continuaremos trabajando. Si una escuela nos acepta, ayudaremos a los estudiantes, brindaremos exámenes visuales y proporcionaremos anteojos. Todo de manera gratuita.
Richard Yang, médico de la Asociación Médica Tzu Chi USA
Por su parte, Tiffany Hicks, directora de la escuela, explicó que este servicio ofrecido por Tzu Chi, cambia la vida de los estudiantes.
“Esto puede ayudar a los estudiantes con problemas de visión, porque muchos de ellos presentan dificultades con la lectura. Estoy muy agradecida por este operativo que se ha convertido en algo tan maravilloso “, expresó Hicks.
Esto puede ayudar a los estudiantes con problemas de visión, porque muchos de ellos presentan dificultades con la lectura. Estoy muy agradecida por este operativo que se ha convertido en algo tan maravilloso.
Tiffany Hicks, directora de la Escuela Elementaria Walter Francis Bishop