Escrito por Dilber Shatursun
Traducido por Hernán Goicochea
Editado por Maribel Suárez
Durante la primera semana de abril, muchos estados a través del país. Comenzaron oficialmente aconsejar una práctica que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades han recomendado desde el comienzo del nuevo coronavirus COVID-19: usar mascarillas. El 1 de abril California comenzó hacerlo seguido por Nueva York e incluso la ciudad de Laredo, en Texas. Esto llevó a los voluntarios Tzu Chi en California a poner en marcha un programa.
Con sus máquinas de coser a mano, un grupo de ocho voluntarios de la oficina regional Tzu Chi Noroeste cortaron patrones de telas en casa, convirtiéndolas en mascarillas para distribuirlas como protección rudimentaria a los trabajadores de la salud, y otros trabajadores esenciales. Juntos, hicieron mil mascarillas y las donaron a 15 instituciones. Incluso el Hospital Samaritan en Bakersfield, California, y el Centro Residencial de Asistencial para Adultos Mayores en Fremont Hills, en Fremont.
Mientras tanto, los voluntarios Tzu Chi con base en el Condado de Los Ángeles (donde queda ubicado las Oficinas Centrales Tzu Chi USA) también empezaron a coser mascarillas de tela en sus hogares. El Dr. Han Huang, vicepresidente ejecutivo de Tzu Chi USA, junto a Ivy Ho, una de las voluntarias, se encuentran actualmente trabajando en importar más telas a medida que llegan solicitudes, incluso desde ciudades densamente pobladas como San Francisco. Pero, ¿acaso esto ayudará a satisfacer la necesidad de nuestros héroes trabajado en primera fila de la pandemia? La respuesta es: No exactamente, o mas o menos.
Sin embargo, pueden ayudar en mantener a los trabajadores esenciales, incluso a los quienes trabajan en el área médica, protegidos de forma rudimentariamente, ya que se enfrentan ante una escasez de revestimientos faciales de todo tipo. Estas mascarillas cosidas no están diseñadas a reemplazar los modelos N95 actualmente en alta demanda, ni a las mascarillas quirúrgicas. Para cualquier otra persona, ofrecen protección básica durante los viajes esenciales como al supermercado, la lavandería o a un consultorio médico.
Las mascarillas tienen un diseño especial. La tela en su exterior es a prueba de salpicaduras, pero forrada con algodón. En el interior, hay un bolsillo para insertar un filtro, ya sea un pañuelo de papel, un filtro de aspiradora o incluso un filtro de carbón PM2.5. Además tiene un hilo metálico para que la mascarilla se ajuste sobre la área del puente nasal, lo que ayuda a garantizar un ajuste exacta. Sobre todo, puede tirarlo a la lavadora y estará listo para usarlo otra vez. Afortunadamente, son aprobados para los trabajadores esenciales.
Muchas gracias por enviar las mascarillas a nuestro personal. Son muy amables. Los entregué al personal de atención que trabaja en estrecha colaboración con los residentes y con todos los directores. Sus voluntarios hicieron un hermoso trabajo con ellos
“Quiero decir ¡MUCHAS GRACIAS! Nosotros realmente lo apreciamos/
A medida que los voluntarios Tzu Chi, y otros buenos samaritanos en los EE.UU., buscan formas creativas y constructivas para pasarla bien en casa, el tiempo solo dirá cuán severa y disruptiva será la pandemia del COVID-19. Sin embargo, una cosa es segura: necesitaremos más mascarillas para todos, y lo más pronto posible.
