Escrito por Qihua Luo
Adaptado al español por JuanMa Bonilla
Editado por M. Carolina Saheli
El 5 de octubre de 2022, el estado de Florida y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) establecieron un Centro de Recuperación de Desastres (DRC, por sus siglas en inglés) en el condado Lee para proveer información sobre las agencias en Florida, FEMA y la Administración de Pequeñas Empresas de EE. UU. a los sobrevivientes para que puedan aplicar a asistencia en distintas áreas. El equipo de Tzu Chi llegó al DRC temprano en la mañana, mostrando a los sobrevivientes la ayuda que Tzu Chi provee, obteniendo información sobre las necesidades de los sobrevivientes, e implementando las actividades desarrolladas luego de varias inspecciones.
El equipo de evaluación contactó al Director de Servicios Humanos y de Veteranos y líder del DRC del condado Lee, Roger Mercado, gracias a la ayuda del personal del DRC. El Sr. Mercado agradeció a Tzu Chi desde el fondo de su corazón por haber llegado e inmediatamente organizar que el equipo tuviera una estación de trabajo en el centro. La Región Sur de Tzu Chi actuó rápidamente para coordinar los preparativos, vinculó los canales en línea y fuera de línea, y planeó establecerse oficialmente en el DRC a primera hora de la mañana siguiente, 10 de octubre.
El ajetreado DRC en el condado Lee, Florida, está lleno de suministros de ayuda para los sobrevivientes del huracán Ian. Foto/Qihua Luo
Los voluntarios visitan Cape Coral, Florida
Los voluntarios hablaron con los sobrevivientes que llegaban a la DRC por información y se percataron que Cape Coral, un vecindario cercano fue bastante afectado. La mayoría de las casas en la ubicación fueron construidas en los años 70 y las inundaciones causadas por el huracán arrasaron con el vecindario. Cuando los voluntarios llegaron, las calles estaban llenas de todo lo que el agua había arrastrado a su paso. Parecía que la limpieza inicial había terminado ya que se encontraban varios camiones con gente reparando techos.
Mark Mueller, un sobreviviente, invitó a los voluntarios de Tzu Chi a entrar a su casa. Afuera, había una capa de lodo, residuo de la inundación; dentro de la casa se encontraban varias pertenencias de Mark elevadas como un esfuerzo por preservarlas. Mark dijo a los voluntarios que el vecindario había sido alertado antes de la inundación por lo que varios vecinos comenzaron a subir sus pertenencias en lo alto. También comenzaron a buscar refugio para protegerse. Ahora, lo que tenían que hacer era limpiar lo antes posible para evitar que creciera moho dentro de las casas. Muchos se encontraban decepcionados por la frecuencia de los desastres naturales recientes ya que causan que las primas de seguro de casas eleven los costos y/o se nieguen a tomar acción. Varios residentes de la zona no cuentan con un seguro para sus viviendas y están preocupados por el costo de las reparaciones.
Mientras nos mantengamos juntos en la comunidad de casas móviles de Caloosa
Casas en la comunidad de casas móviles de Caloosa, ubicada al norte de Fort Myers, FL, sufrieron graves daños. Algunas organizaciones han iniciado esfuerzos de ayuda. Foto/Qihua Luo
La comunidad de casas móviles de Caloosa, ubicada al norte de Fort Myers, Florida, es una comunidad donde muchos de los residentes trabajan en las playas cercanas. Debido a que el huracán destrozó las playas, la fuente principal de ingresos de muchos sobrevivientes se ha visto afectada. El vecindario es hogar de alrededor de 500 personas y muchos son menores de edad.
Entre las organizaciones que se preparaban para brindar apoyo en la comunidad estaban Samaritan’s Purse, Midwest Food Bank y la iglesia Casa de su Presencia del condado Midland, Texas.
Los miembros de Samaritan’s Purse le comentaron a los voluntarios de Tzu Chi que su misión era ayudar a los sobrevivientes a reparar sus techos, y han ayudado a 17 familias en los últimos dos días. Ellos también les presentaron a Angelica Ramon, quien conoce muy bien la comunidad y a sus residentes.
Mientras Angelica Ramon guiaba a los voluntarios por la comunidad, los residentes locales los saludaban cordialmente. Sus casas estaban gravemente dañadas al igual que sus muebles y pertenencias. Muchas personas no tienen donde ir así que viven en sus casas averiadas, y aún así, se pintaban sonrisas en sus rostros. Varias familias invitaron a los voluntarios a inspeccionar sus casas, describiendo los daños causados por el huracán. Los residentes también han estado ayudándose entre ellos en la comunidad.
Los voluntarios conocieron a Yadira Ortiz, cuya casa tenía vestidos coloridos colgando al frente. Yadira vive con su madre, su abuela y sus hermanos pequeños. Ella le dijo a los voluntarios que el día de la inundación no hubo alerta en su vecindario; el agua rápidamente entró por la puerta principal y llegó hasta las rodillas. Lograron salir por la ventana mientras Yadira llevaba a su perrito en un brazo y se aferraba a su abuela con el otro. Su madre salió con sus hermanos menores en los brazos y todos salieron luchando contra el agua que ya llegaba hasta sus hombros. Cuando encontraron refugio en un edificio de dos pisos, se dieron cuenta que el agua se iba aproximando cada vez más al segundo piso también. Al día siguiente, regresaron y encontraron su casa completamente vacía.
Cuando los voluntarios le preguntaron qué es lo que más necesitaba, Yadira apuntó atrás de ella hacia dos carros arruinados por el agua. Ella y su madre tenían que ir al trabajo y viajar sin vehículo se había vuelto muy difícil. Cuando los voluntarios le preguntaron si alguna vez quisiera mudarse de la comunidad, ella dijo que al ser un hogar de madre soltera la presión financiera siempre era grande a pesar de que ella tenía un buen trabajo en el hospital. Su familia tenía temor de que al mudarse perdieran su trabajo y no pudieran seguir pagando la hipoteca, por esto no tenían planes de mudarse por el momento.
Mi mamá dice que mientras toda nuestra familia siga junta, todo mejorará cada vez más
Yadira Ortiz, Sobreviviente
Angélica Ramón les dijo a los voluntarios que fueron afortunados de recibir mucha comida el segundo día después del desastre, pero lo que más necesitan ahora son elementos básicos como hornos, refrigeradores e inodoros. Además, hay muchos niños pequeños en el vecindario y tienen una necesidad urgente de herramientas de aprendizaje materiales escolares.
El equipo de evaluación de Tzu Chi decidió invitar a Angélica Ramón a continuar ayudándoles a recopilar información de las familias durante la próxima semana, para que los voluntarios puedan brindar la ayuda necesaria de la mejor manera. Tzu Chi espera regresar con los suministros que necesitan para entonces.