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Inicia jornada de ayuda por huracán Milton en Fort Pierce

Región Sur  |  22 Noviembre, 2024
Paul Lin (segundo a la derecha), director del Centro de Servicios de Tzu Chi USA en Miami, escucha las historias de los sobrevivientes durante la distribución de ayuda. Foto/Michael Hsu

Escrito por: Jiali Liu and Judy Su
Adaptado al español por: Juan Bonilla
Editado por: M. Carolina Saheli

El huracán Milton tocó tierra el 9 de octubre de 2024, cerca de Siesta Key, Florida. La fuerza de la tormenta generó alrededor de 40 reportes de tornado y arrasó con Florida atravesando hasta el océano Atlántico. Los fuertes vientos y lluvia torrencial destruyeron muchas comunidades y dejaron a más de dos millones de residentes sin energía eléctrica. Esto se sumó al desastre que dejó el huracán Helene dos semanas antes.

El 21 de octubre, voluntarios del Centro de Servicio de Tzu Chi de Miami viajaron durante 2 horas y media a Fort Pierce para evaluar los daños causados por el huracán. Gracias a esto, los voluntarios comprendieron mejor las necesidades de los sobrevivientes. El 16 de noviembre de 2024 se hizo la primera distribución de ayuda en la Iglesia Lakewood Park donde se beneficiaron 73 familias y 205 sobrevivientes.

Voluntarios de Tzu Chi interpretan la canción “One Family” en lenguaje de señas. Foto/Michael Hsu

El espíritu de ayuda

Los voluntarios conocieron a Jeanna McKamey el 21 de octubre, durante su inspección en la aldea Spanish Lakes Country Club. La comunidad se había visto gravemente afectada. Cuando los voluntarios llegaron, apenas había gente. La carretera estaba en silencio. Al buscar sobrevivientes, acabaron encontrándose con Jeanna, que estaba limpiando los destrozos que la tormenta había causado en su jardín. Tras comprender la misión de Tzu Chi, Jeanna compartió su historia y su esperanza de que, al hacerlo, más gente se uniera para ayudar a los afectados por el desastre.

Cuando Jeanna se enteró que los voluntarios estaban creando una lista de necesidades y sobrevivientes, se ofreció a ayudarles mientras iban puerta por puerta para recopilar los datos que le permitieran a Tzu Chi prestar ayuda. Desde el 21 de octubre, Jeanna ha ayudado a recopilar esta información y, gracias a sus propios esfuerzos, consiguió información de 24 hogares gravemente afectados.

“El 21 de octubre, cinco voluntarios de Tzu Chi vinieron a mi casa a preguntarme por mi situación”, cuenta Jeanna. “Fueron muy respetuosos, sinceros y atentos. Esto me dio esperanza, porque es lo que más necesitamos en este momento. Por eso me ofrecí a ayudar a Tzu Chi, a encargarme de obtener información sobre los sobrevivientes, lo que no es nada fácil porque muchos de ellos ya han sido evacuados de urgencia. Tuve que ir puerta por puerta. Se lo agradezco sinceramente a Tzu Chi, ya que gracias a su fe en ayudar a los demás aportan compasión, amor y esperanza a quienes menos tienen. Puedo sentir el profundo vínculo que nos une. Como dijo Tzu Chi, ‘somos una familia’”.

La voluntaria Fangying Li (al centro), jefa del equipo de auditoría, ayuda a garantizar que la distribución se lleve a cabo de forma ordenada y organizada. Foto/Jixian Wang
Los voluntarios llegan al lugar con antelación para preparar el lugar y organizar los suministros. Foto/Michael Hsu

Apoyo a las generaciones

El 16 de noviembre, treinta y cinco voluntarios del Centro de Servicio de Miami de Tzu Chi USA llegaron al lugar de la distribución antes de las 9 de la mañana para preparar el lugar y organizar los suministros. Veinticinco de estos voluntarios llegaron al lugar de distribución en un autobús proporcionado por Mark y Denise Brooks, un padre y su hija. Además de proporcionar el transporte y conducirlo gratuitamente, ellos también ayudaron como traductores.

“Hace unos años, conocí a Fangying Wang, voluntaria de Tzu Chi Miami, en un trabajo de logística y me preguntó si me gustaría ser voluntario para ayudar como traductor”, explicó el Sr. Brooks. “Fue una gran experiencia, así que rápidamente me involucré de nuevo. Con el paso del tiempo nos perdimos la pista, pero hace poco Fangying Wang volvió a ponerse en contacto conmigo y me invitó a participar en la distribución tras el huracán, a lo que dije inmediatamente que sí”, continuó el Sr. Brooks. “Cuando fui a llenar el formulario de inscripción de voluntarios, me di cuenta de que ya se habían apuntado más de veinte voluntarios y de que cada uno de ellos iría en su propio coche al acto. Pensé que podría ser difícil coordinar siete u ocho vehículos para salir a tiempo, así que me ofrecí a proporcionar dos autobuses grandes con capacidad para quince pasajeros. Entonces le pregunté a mi hija mayor, Denise, si le gustaría participar ayudando de traductora y conduciendo el segundo autobús, y aceptó sin dudarlo”, explicó él.

“Lo que mi hija y yo más apreciamos de Tzu Chi como organización es que, aunque no compartimos el mismo origen familiar ni la misma fe, todos los miembros de Tzu Chi, desde el momento en que servimos juntos, nos tratan como si fuéramos familia. Ese espíritu original de servir a los demás y ofrecer compasión traspasa todas las fronteras, y esos mismos principios de igualdad, respeto y amor se demuestran con la misma sinceridad a todos”, concluyó el Sr. Brooks.

El voluntario Paul Lin dirige a voluntarios y sobrevivientes en una interpretación de la canción “One Family”. Foto/Jixian Wang
La voluntaria Xuanting Huang (de pie) inaugura el acto de ayuda, presentando el espíritu de Tzu Chi y el proceso de distribución. Foto/Jixian Wang

Todos somos una familia

A las 10 de la mañana comenzó oficialmente el evento de ayuda por el huracán. La voluntaria Xuanting Huang actuó como anfitriona y presentó el espíritu de Tzu Chi y el proceso de distribución para dar apertura al evento. Después, el jefe del Centro de Servicio de Tzu Chi USA en Miami, Paul Lin, habló sobre las diversas misiones de ayuda de Tzu Chi y dijo, “Sé que no podemos darles mucho en términos de suministros, pero esperamos que esta pequeña ayuda pueda cubrir sus necesidades urgentes tras el desastre”. Luego, el Sr. Lin invitó a todos a formar un círculo e interpretar una inspiradora canción titulada “One Family” en lenguaje de señas.

Los voluntarios guiaron a los sobrevivientes del huracán hasta la mesa de distribución, donde recibieron mantas ecológicas, tarjetas de efectivo y revistas de Tzu Chi llenos de historias inspiradoras. Los voluntarios, con su compasión e interés genuino por los sobrevivientes, se tomaron el tiempo de escuchar sus experiencias y comprender sus necesidades.

 Fangying Li, jefa del equipo de auditoría de este evento, afirmó: “Para muchos voluntarios de esta distribución, esta fue su primera vez como voluntarios de Tzu Chi. Creo que lo hicieron estupendamente. Cuando escuché a los sobrevivientes contar sus historias, vi como los voluntarios les transmitían su fuerza. Doy las gracias a Tzu Chi por planificar todo con antelación y encontrar una iglesia tan bonita para utilizarla como lugar de distribución. Los voluntarios colaboraron muy bien durante la distribución. A veces, incluso sin necesidad de pedírselo, se ayudaban unos a otros”.

“Es la primera vez que participo en las actividades de voluntariado de Tzu Chi y estoy muy agradecida por esta oportunidad”, dijo Stephanie Chang. “No estaba familiarizada con este tipo de voluntariado y, al principio, cometí muchos errores, lo que me provocó mucho estrés. Pero durante la ceremonia de apertura, cuando cantamos con los sobrevivientes, vi las sonrisas en sus caras y eso me hizo sentir que lo importante es que estamos todos juntos, que estamos aquí para los demás, que estamos aquí para apoyarnos, que estamos aquí para curarnos unos a otros. No podemos evitar que ocurran desastres o cosas desafortunadas, pero podemos apoyarnos mutuamente, aportar esperanza de cara al futuro y hacer saber a las personas afectadas que no están solas en su sufrimiento”.

La voluntaria Lisa Álvarez (derecha) escucha a los sobrevivientes de la catástrofe mientras comparten sus historias y les ofrece consuelo. Foto/Jixian Wang
Los voluntarios se reúnen para una foto de grupo mientras la actividad de distribución llega a su fin. Foto/Jixian Wang

Amor en en acción

Los sobrevivientes expresaron su dolor por todo lo perdido, pero también su esperanza de que las cosas mejoraran. Cuando una voluntaria llamada Lisa Álvarez habló de las historias de los sobrevivientes, lo hizo con profunda emoción y dijo: “Me sentí conmovida y emocionada por esta distribución. Imaginen lo desgarrador que es para ellos pasarse toda la vida intentando alcanzar objetivos vitales, como tener una casa, solo para perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos”.

También conocieron la historia de una mujer que vivía con su esposo discapacitado. La pareja lo perdió todo a causa de la tormenta y presenciaron cómo su vecina era aplastada por su casa. La mujer estaba profundamente dolida cuando les contó lo ocurrido a los voluntarios. Para los voluntarios de Tzu Chi, el impulso de ayudar en situaciones como esta es indescriptible, aunque esperan que la ayuda y la compañía que ofrecen puedan proporcionar un rayo de esperanza.

A pesar de haber perdido sus hogares, la gratitud de los sobrevivientes era conmovedora... Esto me hizo darme cuenta de que el trabajo de Tzu Chi no se limita a proporcionar ayuda material, sino que, lo que es más importante, también da dignidad y esperanza. Como voluntaria, estoy agradecida con Tzu Chi por darme la oportunidad de contribuir y formar parte de esta misión, de transmitir el espíritu de compasión y amor.

Maud Morin, voluntaria y enfermera jubilada que ha dedicado su vida a ayudar a los necesitados en Haití, también se sintió conmovida por la distribución y compartió lo siguiente: “Me emocioné profundamente al escuchar las historias de los sobrevivientes que a pesar de la destrucción de sus hogares, mantenían la esperanza entre lágrimas. También expresaron su gratitud con Tzu Chi por la ayuda”.

“Cuando recibí la tarjeta de ayuda, se me puso la piel de gallina”, dijo Sandra Kitchin, a quien Maud Morin entregó suministros. “No puedo expresar lo agradecida que estoy con Tzu Chi, ver cuánto se preocupan por la gente necesitada como yo, me hace llorar de alegría. Que Dios bendiga a todos y a Tzu Chi como organización”.

Al concluir la distribución de Tzu Chi USA en Fort Pierce, se impregnó el ambiente de una sensación de amor y calidez. De la mano de las comunidades, los voluntarios continuarán por el camino de la compasión a medida que continúe la ayuda. 

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