Escrito por Allen Tsai, Judy Su
Adaptado al español por María Pacheco
Editado por Gabriela Guandique
En septiembre de 2022, el huracán Ian causó destrozos en el estado de Florida, al sur de Estados Unidos. Según datos ofrecidos por expertos, Ian fue el huracán más fuerte y mortífero registrado en 100 años y también se convirtió en el tercer desastre climático más costoso para el estado considerando la destrucción causada así como el número de víctimas. Conscientes de estos daños y la pérdida de vidas, el Director Ejecutivo de la Región Sur de Tzu Chi, Sean Luo, el voluntario Shu Yi Bai y los voluntarios de Orlando y Miami se reunieron en varias ocasiones y decidieron ir al área del desastre el 4 de marzo, para organizar una visita a las víctimas y celebrar una fiesta del té, así como también para orar en la Biblioteca Regional Chiquita, ubicada en Pine Island.
Voluntarios evaluan la actual situación
Los voluntarios de la Región Sur de Tzu Chi regresaron a Pine Island casi seis meses después de que el huracán tocara tierra. Pine Island fue una de las áreas más afectadas, y meses después muchas casas y negocios siguen destruidos. El trabajo de recuperación ha sido lento y muchos residentes siguen sufriendo las terribles consecuencias de este desastre. Trece voluntarios, incluidos los voluntarios de Tzu Chi de Houston, Orlando y Miami, tres integrantes de Freedom Waters y tres residentes de la comunidad de casas móviles, se dividieron en dos grupos y comenzaron las visitas domiciliarias a las víctimas.
Según los voluntarios locales, aproximadamente la mitad de los residentes afectados se mudaron y los sobrevivientes restantes viven en medio del desastre mientras reparan, poco a poco, sus hogares.
Durante esta visita, los voluntarios tuvieron la oportunidad de conocer a varios residentes quienes, en su mayoría, son inmigrantes latinos y de bajos ingresos. Ellos se enfrentan a varios problemas como la comunicación en inglés y además siguen viviendo entre las ruinas sin servicios públicos y pagando un alto precio en alquiler a pesar de las condiciones en las que estas casas se encuentran después del huracán.
Los afectados siguen viviendo entre ruinas
Durante la visita los voluntarios de Tzu Chi hablaron con los sobrevivientes y comentaron que muchos de ellos no han recibido los subsidios y subvenciones del Estado de Florida, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), la Cruz Roja y otras agencias, no estaban disponibles para muchas familias. Como prueba, algunos residentes mostraron facturas de alquiler, facturas de servicios públicos y cartas de denegación enviadas por FEMA y pidieron ayuda a los voluntarios.
Los residentes compartieron sus luchas y contaron lo difícil que es reconstruir después de un desastre. Un ejemplo es el de Martina, residente de esta comunidad y madre primeriza con un bebé, quien comentó que necesita reparar los techos y ventanas de sus casas, aunque su novio trabaja los siete días de la semana, su trabajo de jardinería no paga lo suficiente para cubrir los gastos diarios y estas reparaciones. Martina mostró su preocupación ante la llegada de las lluvias en el mes de mayo, pues la humedad podría hacer que la casa se llene de moho y sea inhabitable.
Entre los residentes más afectados se encuentran los trabajadores de restaurantes quienes no sólo perdieron sus trabajos, sino que no son elegibles para recibir ayuda del gobierno. Estas personas no pueden mudarse de sus casas en ruinas, lo que los convierte en uno de los grupos más vulnerables.
Plantando semillas de esperanza
Los voluntarios de Tzu Chi junto a otras fundaciones como Freedom Waters y un grupo de residentes locales: Cindy, Audrey, Chris y Gigi Felicetta, trabajaron arduamente para ayudar a los afectados por Ian, organizando distribuciones de ayuda en las zonas devastadas, plantando así semillas de amor y esperanza entre los sobrevivientes.
A medida que florecían estas nuevas amistades y asociaciones, los voluntarios de Miami aprovecharon la energía positiva para organizar futuras reuniones mensuales, como una fiesta de té en Freedom Waters, atención de casos para familias en el refugio de la Cruz Roja y la filmación de un video de la víspera del Año Nuevo Lunar para la Maestra Cheng Yen, entre otros. A través de la interacción y el compañerismo, muchos pudieron aprender más sobre Tzu Chi, y todos esperaban que las semillas del amor brotaran y crecieran pronto, permitiendo que el espíritu de Tzu Chi echara raíces en estas áreas
¡Estoy agradecida por la oportunidad de conocer a Tzu Chi y formar parte de esta familia porque somos una familia que comparte la vida de los demás!
Los voluntarios de Tzu Chi que trabajan para atender a los residentes de las áreas afectadas en la costa oeste de Florida, reciben a su vez ayuda por parte de amables miembros de la comunidad local. Chris, una voluntaria local, comentó, “tuve una cirugía de reemplazo de cadera debido a un accidente mientras paseaba a mi perro. Caminar es como un ejercicio de rehabilitación, hacer visitas domiciliarias a pie no es un problema para a mí”, dijo mientras aún mostraba su cojera y sigue en proceso de recuperación.
Por la tarde, los residentes locales fueron invitados a la Biblioteca Regional Chiquita, para asistir a una la fiesta de té comunitaria organizada por Tzu Chi. Todos celebraron la ayuda de Tzu Chi mientras los voluntarios seguirán ayudando en el largo proceso de reparar sus casas dañadas y regresar a sus vidas normales lo antes posible.
