Un Llamado Sincero a Ayudar Tras las Inundaciones en Maryland

Región del Washington DC  |  30 Septiembre, 2021
Una sobreviviente del tornado en Annapolis, Maryland, abraza con emoción a una voluntaria de Tzu Chi durante la distribución de ayuda del 11 de septiembre de 2021. Foto de Wendy Tsai

Escrito por Frank Chen, Chijalli Tsai
Traducido del inglés por H.B. Qin
Editado en inglés por Ida Eva Zielinska
Traducido al español por Francisco Ayala Silva
Editado en español por Maribel Suarez

A las 2 p.m. del 1 de septiembre de 2021 el huracán Ida alcanzó a Annapolis, la capital del estado de Maryland, en su ruta al noreste luego de desencadenar un tornado que azotó la Zona Metropolitana de Washington DC, incluyendo Annapolis. El tornado alcanzó una velocidad máxima de 125 millas por hora (aproximadamente 201 kilómetros por hora) y recorrió más de 11 millas (17.7 kilómetros), dañando más de 60 estructuras. 47 residentes tuvieron que ser alojados en refugios temporales mientras sus casas eran reparadas.

La Evaluación del Desastre es la Primera Prioridad de Tzu Chi

Inmediatamente después de recibir la noticia de la destrucción causada por el tornado, seis voluntarios de Tzu Chi USA de la zona metropolitana de Washington DC corrieron al área del desastre para iniciar una evaluación de la catástrofe como preparación para las distribuciones de ayuda que se realizarán sin demora.

Un voluntario de Tzu Chi planifica con una funcionaria de la ciudad de Annapolis proceso de ayuda a los afectados por el desastre. Foto de Wendy Tsai

El sábado 4 de septiembre los voluntarios, sin la posibilidad de comunicarse con otras organizaciones caritativas, escucharon en un reporte noticioso, que una iglesia llevaría a cabo distribución de emergencia, para los damnificados. Cuando llegaron al lugar descubrieron que la iglesia estaba cerrada, pero en la parte posterior estaba un mapa que indicaba cómo llegar a un centro comunitario. Siguiendo las direcciones del mapa los voluntarios encontraron el Centro de Recursos por el Tornado y pudieron conocer al equipo de emergencia creado por la alcaldía de Annapolis.

Luego de que los voluntarios explicaran lo que es la organización caritativa budista Tzu Chi, el personal municipal les mostró un mapa de los daños y estadísticas del mismo. También compartieron los contactos del personal responsable de los servicios de emergencia por el desastre para que los voluntarios pudieran crear una lista de los daños ya evaluados y reunirse con miembros de la Cruz Roja Estadounidense y de la Administración de Seguros de Maryland de quienes obtuvieron información valiosa así como motivación y expectativas para el esfuerzo de alivio.

Inmediatamente, después de salir del Centro de Recursos por el Tornado los voluntarios fueron a tres zonas de desastre vecinas y tomaron fotos de los daños ocurridos a 22 hogares. Entrevistaron brevemente a nueve propietarios y tomaron su información de contacto. Los voluntarios también dejaron sus números telefónicos en otras cuatro casas para que sus habitantes pudieran hablar y preguntar sobre posibilidades de obtener ayuda. El resto de los residentes del lugar se habían mudado a albergues temporales.

Propiedades en la zona de desastre que fueron severamente dañadas por el paso del huracán Ida en su rumbo al noreste luego de arribar a Luisiana. Foto de Wendy Tsai

Las 22 casas evaluadas por los voluntarios muestran diferentes tipos de daños. Entre ellas hay tres viviendas recién edificadas cuyos propietarios deben estar especialmente afligidos porque las construcciones fueron concluidas en 2021. Ellos habían disfrutado sus casas por un periodo de seis meses hasta que el tornado hizo su paso por la región. Los voluntarios observaron que una de las casas estaba sumamente inclinada y fuera de sus cimientos por lo que podría necesitar extensas reparaciones.

El tornado no tocó el suelo en su paso por la región sino que se mantuvo en el aire. Aun así, las fuertes rafagas de viento arrancó de raíz grandes árboles. El paso del tornado dañó grandemente el techo de algunas edificaciones, pero dejó otras con daños mínimos o menos graves.

Además de los daños a los techos, las casas estaban inundadas de agua y no había electricidad en toda la zona. Afortunadamente, la compañía de seguros facilitó generadores para poner a funcionar secadoras de viento para secar los interiores de la casa lo más pronto posible.

Los residentes narraron a los voluntarios como escucharon el fuerte ruido de ventanas y puertas golpeando sus marcos cuando el huracán atacó al vecindario. Ellos corrieron a los sótanos para buscar refugio del viento y la lluvia implacables. Sin embargo, los costados de las casas no quedaron intactos, sino que con daños de diversa magnitud.

Una casa muestra su costado severamente dañado por el paso del huracán Ida a través de la región. Foto de Wendy Tsai

Después de la Evaluación y Preparación, el Alivio

Basándose en el estudio de los daños realizado el 5 de septiembre y en estadísticas compartidas por la ciudad de Annapolis, los voluntarios de Tzu Chi USA de la Región Metropolitana de Washington DC estimaron que había que ofrecer ayuda de emergencia a aproximadamente 78 familias. Ellos establecieron el 11 de septiembre como la fecha para la primera distribución que se realizaría en el Centro de Vida Comunitaria Mt. Olive.

Junto con los voluntarios regionales participaron en la distribución miembros de la Asociación Universitaria de Tzu Chi guiados a su vez por las personas mayores de la Asociación. Ellos tomaron la iniciativa de recabar información para la distribución y ayudaron a los voluntarios de Tzu Chi en la preparación cargando con efectivo las tarjetas prepagadas, que serían donadas.

El día de la distribución, cuando iban en la ruta, el equipo de voluntarios se dividió en tres grupos. El equipo de bienvenida se encargaba de introducir con amabilidad a los recipientes de ayuda y, como medida de protección para todos, de tomarles la temperatura para asegurarse de que no estaban contagiados de COVID-19.

Entonces, el grupo de distribución presentaba la historia de Tzu Chi y el impacto de sus esfuerzos de caridad y les entregaba las tarjetas prepagadas y los regalos preparados para este evento. Los residentes de Annapolis que no conocían a la Fundación Budista Tzu Chi quedaron encantados de conocer sus misiones y actividades caritativas en todo el mundo y agradecidos con los voluntarios que llegaron a ayudarlos.

“Las tarjetas prepagadas nos ayudarán a reconstruir nuestras casas y me siento agradecido, luego del desastre y el desconsuelo”, compartió Terrell Freeman, uno de los recipientes de ayuda, mientras daba las gracias por la ayuda financiera de Tzu Chi.

Denise Vauls, administradora de las instalaciones del Centro de Vida Comunitaria Mt. Olive, comparte un instante conmovedor con una voluntaria de Tzu Chi. Foto de Wendi Tsai

Finalmente, antes de que todos partieran, los voluntarios del tercer grupo ofrecieron platillos vegetarianos donados para esa ocasión por Panda Express. Como estaba planeado, los voluntarios completaron todo el proceso de distribución en tres horas. Luego de ayudar a 29 familias afectadas por el tornado, los voluntarios limpiaron el local antes de marcharse.

Ellos recibieron sentidas muestras de gratitud de Denise Vauls, administradora de las instalaciones del Centro de Vida Comunitaria Mt. Olive. Ella dijo que Tzu Chi había llevado una inmensa alegría y consuelo a los residentes de Annapolis afectados por este desastre. Rhonda Pindell Charles, integrante del Concejo Municipal de Annapolis, quien también estuvo presente en la distribución, también sintió el cariño de los voluntarios quienes llevaron esperanza y fortaleza a cada persona presente, y eso tiene más valor que todas las tarjetas prepagadas.

Alivio y Condolencias Después de la Inundación

Los voluntarios consuelan a una sobreviviente del desastre que perdió a parientes en la inundación. Foto de Wendy Tsai.

Dos días después, el 13 de septiembre. Los voluntarios de Tzu Chi fueron a la población de Rockville, en el condado Montgomery, Maryland, a realizar una segunda distribución después del tornado que dos semanas antes había causado inundaciones severas en dos complejos de apartamentos locales. El nivel del agua llegó hasta el techo de los primeros pisos de los edificios. También inundó los cuartos de máquinas de los sótanos dejando los tres pisos superiores sin agua ni electricidad y, por lo tanto, inhabitables.

Los voluntarios fueron a refugios temporales preparados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos del Condado para los residentes de estos edificios dañados por las inundaciones y les entregaron tarjetas prepagadas. Los recipientes se sintieron muy conmovidos con la ayuda de Tzu Chi.

Tyree Jones, una de las personas desplazadas por el desastre, le expresó a los voluntarios de Tzu Chi, que por alguna razón, se sintió inquieta cuando salía a trabajar temprano en la mañana el día de la inundación. A mitad del camino decidió regresar a su hogar sólo para encontrar que el primer piso del edificio de apartamentos estaba inundado. Afortunadamente su hijo pudo escapar.

Gracias a todas las personas que pudieron ayudarnos hoy; no esperaba la generosidad de tanta gente ¡Esto significa mucho para alguien que ha perdido todas sus pertenencias! Gracias…

Al momento de entregar las tarjetas prepagadas los voluntarios de Tzu Chi nunca olvidan dar un abrazo sincero para consolar a los sobrevivientes que están atravesando tribulaciones. Foto de Wendy Tsai

Tyree continuaba expresando su gratitud y su voz se quebró de emoción. Ella seguía diciendo “gracias” una y otra vez mientras sus ojos se enrojecian de llanto, sin dejar de sonreír mientras sostenía la tarjeta prepagada de $800 que acababa de recibir.

Los voluntarios toman la temperatura corporal de los recipientes de ayuda cuando estos llegan a la distribución para asegurarse que no están infectados de COVID-19 y así proteger la salud de todas las personas presentes. Foto de Wendy Tsai
La distribución incluye no solamente tarjetas prepagadas sino también colchas gruesas que le den calor a las familias en las noches frías. Foto de Wendy Tsai

Lamentablemente, no todas las familias están sanas y salvas. Un joven de 19 años murió en la inundación. Al ver a la familia del difunto en la distribución, el voluntario Po Chu Tseng abrazó a la madre y le ofreció las más sentidas condolencias a la familia.

En los diferentes desastres cada distribución de ayuda saca a la luz historias de angustia y tragedias. Para los voluntarios de Tzu Chi, dar “compasión” y “alivio”, palabras que están grabadas en el nombre mismo de la Fundación Budista Tzu Chi, es más que ofrecer ayuda material.

Para ellos significa hacer algo con el corazón y llevar consuelo emocional y espiritual escuchando atentamente y estando totalmente presente, creando así momentos de conexión genuina que transforme a los desconocidos en familia.

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