Escrito por Wei Du
Traducido por María Pacheco
Editado por M. Carolina Saheli
Durante los días 26 y 27 de abril de 2024, una serie de numerosos tornados afectaron seis estados del sur de Estados Unidos, incluyendo Kansas y Oklahoma,siendo este último estado el más afectado con un trágico saldo de cuatro muertos y más de 100 heridos, entre ellos un bebé de cuatro meses. En las horas siguientes al tornado, más de 20,000 personas quedaron sin electricidad en todo el estado.
Sulphur, un pequeño pueblo de Oklahoma con más de 5,000 habitantes, fue la localidad más golpeada. Las viviendas fueron destruidas, los vehículos y autobuses lanzados por los aires por la fuerza de los vientos, y los árboles arrancados de raíz. Los residentes lo perdieron todo en una sola noche. Ante esta tragedia, la oficina de la Región Central de Tzu Chi USA se movilizó rápidamente para brindar ayuda a los afectados.
Tzu Chi toma acción Inmediata
El 2 de mayo, un grupo de cuatro voluntarios de la Región Central de Tzu Chi, compuesto por Yuanliang Ling, Ciying Wu, Shuxia Li y Hai Huang, viajó durante más de dos horas hasta Sulphur para evaluar la situación sobre el terreno. Al llegar, se encontraron con un escenario devastador: el pueblo entero había sido prácticamente arrasado por los tornados.
Los voluntarios de Tzu Chi visitaron el Centro de Recuperación ante Desastres en Sulphur, donde se reunieron con Laurie Fried, subdirectora de la organización Voluntary Organizations Active in Disaster (VOAD, por sus siglas en inglés). Durante una conferencia telefónica el 9 de mayo, el Centro de Ayuda del Gobierno Estatal de Oklahoma anunció que reuniría a todas las organizaciones benéficas, entre ellas Tzu Chi, para asistir a los sobrevivientes en las cuatro áreas más afectadas.
Tzu Chi pone en marcha distribución de ayuda
El 10 de mayo de 2024, los voluntarios de Tzu Chi se reunieron a las 10:00 a.m. en su oficina, cargaron suministros y partieron hacia la zona de desastre en Oklahoma. Después de dos horas y media de viaje, llegaron a las 12:30 p.m. a Celebration Family Church, en Sulphur. Allí, los voluntarios comenzaron inmediatamente a organizar los suministros de ayuda, colgaron pancartas de Tzu Chi y dispusieron ordenadamente las alcancías de bambú y mantas, esperando la llegada de los sobrevivientes.
“Mi apartamento y mi coche quedaron destruidos. Fue la primera vez que mi familia se enfrentó a un tornado como este, y fue devastador”, dijo Alex Colbert con tristeza. Afortunadamente, Alex y parte de su familia estaban de vacaciones cuando el tornado golpeó y lograron escapar. Mientras Alex lloraba, los voluntarios la consolaron y le recordaron que incluso en los momentos más oscuros, nunca se debe olvidar que el sol siempre está esperando detrás de las nubes para iluminar el camino. Después de esta conversación Alex finalmente volvió a sonreír.
Estoy muy agradecida por la ayuda de Tzu Chi. Nos ha ayudado mucho a mí y a mi familia en nuestras vidas, y es lo que necesitaba desesperadamente, así que muchas, muchas gracias.
La esperanza se asoma después de los tornados
“Mi madre está en el hospital, no por el tornado, ya estaba allí antes del desastre. Si hubiera estado en casa, habría muerto”, cuenta Vicki Skidmore, de 60 años. Vicki acudió a la distribución de ayuda para recoger suministros para su madre, Elizabeth McCracken, de 80 años. Elizabeth, quien se está recuperando de una lesión.
Su hija contó que Elizabeth se casó a los 18 años y dio a luz a su primer hijo poco después. Desde entonces, ella y su esposo trabajaron arduamente para construir un hogar a partir de la nada. Elizabeth ha vivido en Sulphur por más de 50 años, en la casa que tanto ama. Personas que la conocen cuentan que siempre ha sido una persona cálida y acogedora, cuidando de sus vecinos, cocinando y compartiendo comida con ellos. Su hogar era el lugar perfecto para reuniones, lleno de risas y alegría.
Sin embargo, el tornado destruyó por completo su casa y algunas de sus pertenencias fueron arrasadas por el tornado. “Después de que la den de alta, tendremos que buscar otro lugar para que se quede. Ella está muy triste porque tenía una casa grande, con muchos muebles y cosas, y no pude recogerlas todas”, comenta Vicki con dolor. “Todos amábamos esa casa”, añade. Pero, en una sola noche, el hogar en el que Elizabeth había vivido toda su vida fue destruido.
Además de su madre, Vicki también tuvo que enfrentar la devastación en otras partes de su familia.
“Mi hermano, que es ciego, también fue afectado. Su casa fue destruida por el tornado y no puede vivir en ella hasta que sea reparada. Muchos de mis amigos también perdieron sus casas. La casa de mi hija fue destruida, y ahora toda mi familia, siete personas en total, está viviendo en mi casa.” Tras el tornado, Vicki se convirtió en el pilar de la familia, asumiendo la responsabilidad de apoyar a todos.
Al enterarse de la situación de Elizabeth, los voluntarios de Tzu Chi le pidieron a Vicki que recogiera la tarjeta de efectivo y los suministros para su madre. Además, los voluntarios visitaron a Elizabeth en el hospital. Elizabeth se sorprendió al ver a los voluntarios y, durante la conversación, se sintió reconfortada por el cariño que le mostraron. Poco a poco, su tristeza desapareció y volvió a sonreír.
Cuando los voluntarios le mostraron una manta y le dijeron que estaba hecha de botellas de plástico recicladas, Elizabeth se sorprendió tanto que sacó la manta de la bolsa y la examinó detenidamente. Le gustó tanto que se la puso inmediatamente.
Durante la distribución del 10 de mayo, las familias de uno a tres miembros recibieron $800 en efectivo, mientras que las familias de más de tres miembros recibieron $1,000. En total, 13 familias y 30 personas se beneficiaron de la distribución. Además, los voluntarios de Tzu Chi entregaron 25 mantas y 20 alcancías de bambú. La Región Central de Tzu Chi también brindó asistencia a tres familias sordomudas, asegurándose de que sus necesidades fueran atendidas con la ayuda de intérpretes. Después de la tormenta, eventualmente el sol atraviesa las nubes y brilla sobre la tierra. Los voluntarios de Tzu Chi están dispuestos a acompañar a los sobrevivientes, protegiéndolos del viento y la lluvia, y esperando la llegada de la luz.
