
Escrito por Xiuling Zhang, Daphne Liu
Adaptado al español por María Pacheco
Editado por M. Carolina Saheli
Una de las misiones más importantes de Tzu Chi USA es organizar operativos de ayuda a sobrevivientes de desastres naturales. Estos, en su mayoría, consisten en la donación de tarjetas de débito prepagadas, alimentos y otros recursos que necesiten. El trabajo es realizado con amor y entrega por parte de los voluntarios de la fundación budista. Uno de los operativos de este tipo se efectuó entre los meses de septiembre y octubre de este año en Naples, ciudad del condado de Collier, al sudoeste del estado de Florida. Los habitantes de este lugar sufrieron las terribles consecuencias dejadas por el paso del huracán Ian, fenómeno natural que destrozó ciudades enteras, dejando 114 personas fallecidas y otras miles damnificadas.


No es la primera vez que los voluntarios de Tzu Chi visitan Collier, en 2017 la fundación llevó a cabo un operativo dirigido a los sobrevivientes del huracán Irma y desde entonces los lazos entre la fundación budista, las autoridades y la comunidad de Collier se han afianzado. En vista de todo el trabajo hecho por Tzu Chi en esta ciudad, en 2017 la comisión del condado de Collier declaró el 10 de octubre como el “Día de Tzu Chi”, fecha que coincide con el Día Nacional de Taiwán.
En total fueron cuatro operativos de donación hechos por Tzu Chi entre septiembre y octubre de este año, el último se realizó el 23 de octubre en el Jardín Botánico de Naples, donde 3,467 sobrevivientes recibieron ayuda con la donación de $966,100 en tarjetas de efectivo, entrega de mantas ecológicas, y otros artículos de uso doméstico. Pero lo más importante y conmovedor fue ver a 30 residentes de Naples llegando al lugar de la distribución y ofreciéndose como voluntarios para ese día, así como integrantes de Pickleball For All y Freedom Waters Foundation dos organizaciones sin fines de lucro que trabajaron conjuntamente con la fundación en la organización del evento. Estas colaboraciones son una muestra de cómo el trabajo de Tzu Chi inspira a las personas.
Penny Taylor, comisionada del condado de Collier, se ha convertido en aliada de la fundación desde que en 2017 realizaron el primer operativo de ayuda en la zona. Y esta última no fue la excepción, antes de empezar con la distribución se hizo una ceremonia en la que Penny presentó a los voluntarios de Tzu Chi y dirigió palabras de agradecimientos para con ellos. “Gracias por venir, gracias por ofrecernos su amistad y apoyo y por enseñarnos el significado de amor y la importancia de hacer todo con amor”, comentó la comisionada del condado de Collier.
Desde Tzu Chi también existe una relación de respeto y reconocimiento con Jenny Taylor quien el pasado 18 de octubre colaboró con el equipo de Tzu Chi que efectuó una evaluación preliminar en las zonas más afectadas por el huracán.


Durante la ceremonia realizada antes del operativo tanto los voluntarios como los sobrevivientes vieron un video que muestra los esfuerzos globales de Tzu Chi, las poderosas imágenes conmovieron a muchos de los presentes.
Devolviendo el amor recibido


Fueron muchas las historias que se escucharon durante esta jornada, una de ellas fue la de Barry Schmalbach quien escuchó sobre la distribución de Tzu Chi y sin dudarlo se acercó para donar y convertirse en voluntario.
Lo que hace Tzu Chi es impresionante porque no sólo proveen ayuda económica sino que brindan esperanza a los sobrevivientes.
Barry Schmalbach
Voluntario de Tzu Chi
Por otro lado, Alice Garra, integrante del grupo de jóvenes de Tzu Chi, viajó desde Miami para colaborar con este operativo en Naples. Alice ha crecido siguiendo la filosofía de Tzu Chi y siempre se ha sentido atraída por el altruismo de la organización. “Estuve muy conmovida durante todo el operativo. Tuve que aguantar mis lágrimas especialmente cuando los voluntarios y los sobrevivientes cantaron “One Family” en lenguaje de señas”, dijo Alice con mucha emoción.


Otro de los voluntarios presentes en este operativo fue Tony Escobar, quien forma parte del Centro de Servicio de Tzu Chi en Miami y fue uno de los primeros en llegar a la zona de desastre. Su principal trabajo durante esos momentos fue traducir del inglés al español, ayudando así a los latinos afectados por el huracán Ian. “Cuando estaba en la universidad uno de mis profesores era voluntario de Tzu Chi y me inspiró a formar parte de la fundación. Durante estos años mi visión de la vida ha cambiado”, resaltó Escobar. Además agregó que “desde que me convertí en voluntario he tenido la oportunidad de asistir a conferencias con grandes maestros y he aprendido lecciones que me han ayudado a no cometer grandes errores en la vida”.
Ser voluntario me ha dado la oportunidad de conocer a personas que me han ayudado a superar retos en mi vida.
Tony Escobar
Voluntario de Tzu Chi
Voluntarios de Tzu Chi predican con el ejemplo

Los voluntarios de Tzu Chi compartieron directamente con los sobrevivientes para así conocer de primera mano sus historias. Uno de ellos fue Kenneth Williams, quien tiene movilidad limitada y tras leer una carta escrita por la Maestra Cheng Yen dijo haber sentido el amor y la caridad de los voluntarios de Tzu Chi, agregó que más allá del dinero lo mejor que sucedió fue haber conocido a la fundación.
El amor con el que trabajan los voluntarios de Tzu Chi pareciera contagiar de buena voluntad a las personas que entran en contacto con el trabajo de la organización, tal es el caso de Loretta Grantham, una periodista con más de 35 años de experiencia. Loretta se acercó al centro donde se desarrolló la distribución y allí se mostró asombrada por la atención que Tzu Chi le prestaba a los sobrevivientes. Durante su carrera como periodista, Loretta ha conocido distintas fundaciones, sin embargo ninguna tan dedicada como Tzu Chi. “Los residentes de esta zona a menudo reciben ayuda de diferentes organizaciones benéficas, ya sea con cheques, comidas u otras actividades de este tipo, pero nunca habían experimentado la atención y calidez como con Tzu Chi”, compartió Grantham, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.


Helen Rodríguez es una inmigrante venezolana que ahora vive en Florida junto a su familia y que quedó sin nada después del paso del huracán Ian. No es la primera vez que Helen pasa por una situación similar, puesto que en 1997 una terrible inundación en Venezuela desplomó la que entonces era su casa. Esta vez Helen y su familia evacuaron el lugar donde vivían como medida de seguridad, pero al regresar no encontraron nada porque el huracán arrasó con la vivienda entera. El dueño de la casa le dijo a Helen que tenían que irse porque necesitaba reconstruir. Ahora, Helen y su familia vive en una casa rodante mientras consiguen un lugar donde vivir. “Cuando emigramos de Venezuela a Estados Unidos no teníamos nada. El huracán dañó todo en nuestra casa, pero por suerte mi familia está a salvo y eso es lo único que importa”, compartió tímidamente, Helen.
Empezamos de cero antes, deberíamos poder hacer lo mismo ahora. Creo que si trabajamos duro, hay esperanza, además aún somos jóvenes.
Helen Rodríguez
Sobreviviente del huracán

Al finalizar la distribución Cynthia Schultz, quien vive en Naples desde hace más de 20 años y es voluntaria de la Fundación Freedom Waters, mostró su admiración por Tzu Chi y su interés por seguir aprendiendo sobre la filosofía de la fundación budista. Cynthia se comprometió a ser la primera voluntaria oficial de Tzu Chi en Naples, ahora el próximo objetivo es abrir una oficina en esta ciudad donde Tzu Chi ha trabajado incansablemente y es respetado por la comunidad.
