Sobrevivientes del huracán Ian comparten sus historias con Tzu Chi

Región Sur  |  18 Diciembre, 2022
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Voluntarios de Tzu Chi hacen entrega de las tarjetas de ayuda, y abrazan a los sobrevivientes. Foto/ Zongkun Chen

Escrito por Xiuling Zhang, Fangwen Huang
Adaptado al español por María Pacheco
Editado por M. Carolina Saheli

El huracán Ian de categoría 4, golpeó parte de Florida el 28 de septiembre de 2022. Ron DeSantis, gobernador de este estado, declaró que “la cantidad de agua que sube y continúa aumentando a medida que pasa la tormenta lo convierte básicamente en un evento de 500 años”. Los eventos de 500 años o “500-year flood” son considerados eventos meteorológicos que pueden causar grandes inundaciones cada 500 años, por esta razón el huracán Ian ha sido uno de los más fuertes en la historia causando un desastre sin precedentes en la región.

Movilizados por la solidaridad, un gran grupo de voluntarios de Tzu Chi de la Región Sur y otras partes de los Estados Unidos, organizó una distribución de ayuda de seis días el 15 de octubre con una última distribución el 5 de noviembre. Ambos eventos de ayuda tuvieron lugar en Fort Myers, ubicado en el Condado de Lee, Florida. El equipo de Tzu Chi entregó tarjetas prepagadas, mantas ecológicas y otras necesidades. Las entregas ayudaron a los sobrevivientes física y emocionalmente, ya que sintieron el respeto y el amor de Tzu Chi y de personas de todo el mundo.

Un total de 24 voluntarios se movilizaron desde el norte y sur de EE. UU., viajando desde lugares como Long Island, Washington DC, Oakland, Miami, Orlando, Atlanta, Austin y Houston, y luego reuniéndose con 80 voluntarios locales para cumplir con la misión asignada. Gracias al esfuerzo de todos, 820 hogares recibieron ayuda durante esos días y 2,740 personas fueron beneficiadas. 

Durante los últimos meses de 2022, Tzu Chi organizó siete distribuciones de emergencia, movilizando a más de 400 voluntarios por todo Estados Unidos, entregando más de $2.2 millones de dólares, beneficiando a 8,235 personas y haciendo entrega de más de 2,500 mantas ecológicas, todos estos actos han mostrado el espíritu de ayuda y solidaridad de la fundación. 

Amar a la tierra y llenarse de amor

Southern Region Executive Director Sean Luo speaks about the origin and spirit of Tzu Chi’s bamboo bank
Sean Luo, director ejecutivo de la Región Sur de Tzu Chi explica el funcionamiento de las alcancías de bambú. Foto/ Zongkun Chen

Durante las entregas, Sean Luo, director ejecutivo de la Región Sur, compartió con los sobrevivientes información sobre la importancia de la comida vegetariana para proteger el planeta y así reducir el impacto de desastres naturales que ha aumentado debido al calentamiento global. El devastador impacto del huracán Ian es un recordatorio de la importancia de tomar acción y cuidar el planeta Tierra.

De la misma manera Sean Luo, comentó sobre el trabajo de Tzu Chi asegurando que la fundación ofrece ayuda sin esperar nada a cambio; sólo esperando seguir llevando el amor y la solidaridad característicos de Tzu Chi. Luo, también aprovechó de explicar el funcionamiento de las alcancías de bambú, cuyo principal objetivo es demostrar “gratitud, respeto y amor” entre las personas.

El poder de la ayuda en momentos de desastre

sharing her experiences with volunteers
Lindsay muestra su agradecimiento con los voluntarios y se llena de coraje para enfrentar el futuro. Foto/ Zongkun Chen

Lindsay Hunt, es una de las sobrevivientes del huracán Ian. Su casa quedó completamente destruída y el gobierno local la declaró como inhabitable ordenando la demolición inmediata del inmueble, mientras que la compañía de seguros se negó a indemnizar por la pérdida de su hogar. 

Lindsay fue maestra de preescolar, pero se retiró de su trabajo hace un año debido a graves problemas de salud. Durante ese tiempo le removieron el estómago, tuvo una operación de corazón y además presentó problemas con su espina dorsal que le impide sentarse o estar parada durante mucho tiempo. Debido a su condición, Lindsay ha perdido más de 90 kilos en pocos meses, llegando a un peso de 36 kilos. Todas sus condiciones aunado ahora a la pérdida de su hogar han hecho que Lindsay sufra de depresión, por lo que ha intentado suicidarse en siete ocasiones. 

El esposo de Lindsay se encuentra desempleado, mientras que el mayor de sus hijos tiene sólo 8 años. Lindsay comentó que los niños le preguntan todos los días “Cuándo vamos a la escuela?”, pero sin una casa en la que vivir Lindsay se enfrenta a una situación física y emocional extremadamente difícil.

Volunteers inquire about Hurricane Ian recipient Holly’s health
Los voluntarios escuchan la historia de Holly. Foto/Zongkun Chen

Otra sobreviviente que se acercó a la distribución fue Holly Seckinger, quien junto a su prometido, quedó sin hogar después del huracán. El interior de su casa empezó a llenarse de moho, mientras que su carro fue destruido por completo. Además de enfrentar este desastre, una semana antes, Holly fue diagnosticada con cáncer de colón en etapa 3, por lo que debe ser sometida a una serie de tratamientos.

Holly es maestra de educación especial en una escuela secundaria, y se había mudado a Florida sólo siete meses antes del impacto del huracán y de conocer su condición de salud. Debido a todo lo que ha sucedido en su vida, tuvo que dejar su trabajo por lo que ahora está desempleada y sin hogar. 

Los voluntarios de Tzu Chi escucharon atentamente las historias de los sobrevivientes, sorprendidos y afectados por tanto dolor, pero también convencidos de hacer su trabajo y ayudar desde el corazón a todas estas personas que los necesitan, dándoles compañía, ayuda económica y sobre todo ayuda espiritual.

Los voluntarios de Tzu Chi son como familia

Tommy Berryhill, de 70 años, permaneció durante dos días sin recibir ninguna ayuda después de que el huracán azotara la ciudad. El agua inundó la casa de Tommy llegando al segundo piso.

Tommy comentó que, a lo largo de su vida, ha sobrevivido a cuatro huracanes, pero que Ian ha sido el peor de todos. En las primeras tres horas, después de haber tocado tierra, el nivel del agua superó los 4 metros. Tommy llegó a pensar que no sobreviviría. Por eso ha sido un gran alivio para él conocer a Tzu Chi y recibir la ayuda brindada por la fundación.

Tzu Chi volunteers learnikng about Yaineris and Yunior’s situation.
Gracias a la ayuda de traductores de español, los voluntarios puden hablar con Yaineris y Yunior Foto/ Zongkun Chen

Otros sobrevivientes que compartieron su historia con los voluntarios de Tzu Chi, fueron Yaineris Valle y Yunior Llanes, una joven pareja de cubanos que tiene tres hijos y que sufrió las consecuencias de este desastre natural. Durante tres semanas la familia no tuvo electricidad, agua, gasolina ni comida, sobrevivieron con la ayuda de las iglesias, buscando comida en estaciones de servicio y muchas veces esperaron durante horas por un poco de alimentos. 

Yunior mostró su agradecimiento con Tzu Chi porque su ayuda no fue sólo económica sino espiritual, haciéndolos sentir queridos y sobre todo demostrando que hay otras personas que se preocupan por ellos. Después de escuchar cómo funcionan las alcancías de bambú, aseguró que enseñará a sus hijos el espíritu de entrega y espera poder ser voluntario en un futuro.

Eres un sobreviviente, no una víctima

Volunteer Jiaying Zhao comforting John
Jiaying Zhao, voluntario de Tzu Chi reconforta a John con palabras llenas de esperanza. Foto/ Zongkun Chen
Volunteer talking to reci
Xiuling Zhang, voluntario de Tzu Chi escucha atentamente la historia de John. Foto/ Fangwen Huang

John Olund, de 85 años, veterano de la guerra de Vietnam, acudió a la distribución de Tzu Chi. John compartió su historia con los voluntarios, diciendo que pocos meses antes del huracán, se sometió a una cirugía debido a su cáncer de piel, y todavía está de luto por la muerte de su esposa en enero. Aunado a todo esto, John perdió su casa y su carro durante el paso del huracán, todo lo que ha vivido en los últimos meses ha impactado seriamente su estado emocional. 

John comentó que su hija no pudo viajar a ayudarlo en lo que será una larga reconstrucción de su hogar y su vida, por lo que le ha tocado limpiar solo y tratar de recuperar poco a poco su casa, a pesar del cansancio y la tristeza que lo embarga. Algunas veces ha recibido ayuda de sus vecinos quienes saben de su condición. Linda, una de sus vecinas, notó que John estaba deprimido debido a todo lo que le ha sucedido, por esta razón lo invitó a ir a la iglesia junto a ella. John había pasado 70 años sin ir a un templo, sin embargo comentó que esta vez sintió el llamado de una luz, y una paz que no había encontrado anteriormente, así como la fe de que hay algo o alguien allí sosteniéndolo. 

“Eres un sobreviviente, no una víctima, vive”, fueron las palabras que Jiaying Zhao, voluntario de Tzu Chi, le dijo a John para consolarlo, darle fuerzas para seguir y demostrarle que puede ver la vida desde otra perspectiva y afrontar el futuro por venir.

John comentó a los voluntarios que siempre hace donaciones a la Asociación de Veteranos Discapacitados, pero nunca pensó que esta vez recibiría una subvención proveniente de la asociación. Al obtener esta ayuda realmente sintió que “lo que das te lo devuelven”, también recibió la ayuda de Tzu Chi, una organización que no conocía, se mostró agradecido porque las buenas intenciones siempre son recompensadas. John decidió dar un tercio de la subvención que recibió de Tzu Chi a una niña que pidió su ayuda y otro tercio para su nieta. 

Mientras tenga la capacidad, definitivamente ayudaré a aquellos que más lo necesitan.

Nadie nos había ayudado

Sarah, a single mother and hurricane survivor and Tzu Chi volunteer
Sarah, madre soltera que recibe ayuda de Tzu Chi. Foto/ Zongkun Chen

Antes de que el huracán tocara tierra, Sarah Pospy, quien es madre soltera y trabajadora en una prisión, buscó a sus hijos y los llevó hasta la prisión como medida de seguridad ante el inminente impacto. Durmieron en el piso durante tres días seguidos, sus hijos creyeron que dormir en esas condiciones era una especie de castigo. Sin amigos o familiares a quienes recurrir ellos volvieron a su casa a pesar de que esta tenía un agujero en el techo y tenía moho. 

Durante dos semanas no tuvieron agua, electricidad, ni gas, además la casa olía a moho, no fueron días fáciles para Sarah y sus hijos. Esta familia vive en la zona que sufrió mayores daños por el huracán y no recibieron la ayuda necesaria a tiempo, Sarah sintió impotencia por lo que escribió a senadores, al gobernador y hasta al presidente pero nadie nunca respondió.

Debido a que tenía que trabajar, Sarah no podía pedir días libres para limpiar su hogar o hacerse cargo de sus hijos, y después de largas horas de ir a su empleo, Sarah sólo tenía energía para buscar comida para sus hijos y empezó a sufrir de insomnio, todo lo vivido le generó sufrimiento mental y emocional. 

Sarah no cuenta con seguro para su casa, por lo que debe pagar las facturas por las reparaciones y la incertidumbre empezó a quebrar el espíritu de esta madre. Sin embargo, la ayuda de Tzu Chi hizo que Sarah recuperara su fe, mostrando su agradecimiento con la fundación.

Dios debe haber escuchado mis oraciones y trajo a Tzu Chi. Su ayuda fue como la lluvia en una corriente de aire, dándome esperanza. Sé que es un largo camino para reconstruir, continuaré buscando más ayuda para todos.

Esta distribución marcó el final de la fase de ayuda de emergencia de Tzu Chi en Florida, pero al mismo tiempo marcó el inició de otra fase de ayudar a los sobrevivientes a reconstruir sus hogares. Cada una de estas personas tiene su propia historia y Tzu Chi estará allí para ellos en este largo viaje.

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