Adaptado al español por María Pacheco Valles
Editado por M. Carolina Saheli
En Agosto de 2021 Afganistán, un país que ha estado sumido en el dolor provocado por guerras y políticas, vivió una de las crisis sociales más difíciles de la historia. Desde esa fecha miles de afganos han escapado de sus hogares y se han exiliado en países extranjeros. Muchos de estos refugiados llegaron a los Estados Unidos y con la ayuda de las Naciones Unidas, la mayoría de personas fueron ubicadas temporalmente en estados como Wisconsin, West Virginia y Texas.
A finales de noviembre del mismo año, una voluntaria de Tzu Chi, Ling Cho, se enteró por un informe en Fresno Bee, un periódico local del norte de California, que un grupo de refugiados afganos sería reubicado en la comunidad de Fresno y necesitaban urgentemente ayuda con vivienda y suministros. Cho se puso en contacto con los otros voluntarios de Tzu Chi y juntos empezaron a recolectar ayuda para estas personas y así darles la bienvenida a la ciudad que sería su nuevo hogar.
Refugiados consiguen un lugar donde vivir
El actual propietario del local donde Tzu Chi opera su centro de servicio en Fresno, originalmente planeó recuperarlo para su propio uso después de jubilarse, pero al enterarse de que los refugiados afganos estaban buscando en donde vivir, decidió alquilarles temporalmente las instalaciones del centro de servicio a estas familias desplazadas víctimas de la guerra. Los voluntarios de Tzu Chi también ayudaron limpiando las instalaciones lo antes posible para que las familias tuvieran un lugar donde quedarse.
Basir es uno de los refugiados afganos y único miembro de una de las familias que habla inglés. Basir expresó su aprecio y gratitud con los voluntarios de Tzu Chi por la rapidez con la que pudieron ayudar a su familia. Debido a que la mayoría de los refugiados no hablan inglés, Basir fue un intérprete importante en el proceso de reasentamiento.
Basir llegó a los Estados Unidos hace cinco años, inicialmente en el área de Salinas en el norte de California, pero no podía seguir pagando los altos alquileres allí y se mudó a Fresno en septiembre de 2021. Así que, cuando el resto de su familia llegó a los Estados Unidos, decidieron quedarse allí también.
Ayuda oportuna para los refugiados
Hace cinco años Basir y su esposa llegaron a los Estados Unidos sin conocer a nadie y se enfrentaron a muchas dificultades y restricciones para alquilar una casa porque no tenían historial de crédito. Basir comentó que a la dueña de la casa donde ellos rentaban una habitación, no le gustaba compartir la cocina, por lo que no podían cocinar y tenían que comer fuera todos los días.
Al mudarse a Fresno, la iglesia local y los residentes le ofrecieron materiales a Basir para que construyera su casa. Basir se emocionó al recordar los tiempos difíciles antes de mudarse a Fresno. “Un día tuve un ataque al corazón y pensé que mi tiempo había terminado, pero nunca pensé que me salvaría”, comentó. Después de la experiencia de vida o muerte, Basir sintió que Dios tenía una misión para él y que lo mejor en la vida era poder ayudar a sus amigos refugiados a encontrar un lugar para vivir y ayudarlos a conseguir artículos de necesidad básica para comenzar una nueva vida en un país extranjero con mayor tranquilidad.
Cuando estos refugiados huyeron de sus hogares, no trajeron consigo nada más que la ropa que llevaban puesta; transitaron un largo camino para llegar a un país completamente nuevo a miles de kilómetros de su hogar, enfrentando un nuevo entorno, un nuevo idioma y una nueva vida llena de desafíos
Lizhen Zhu, voluntaria
Los voluntarios de Tzu Chi en Fresno tomaron la iniciativa de ayudar a los refugiados. Gracias a la traducción de Basir, la voluntaria de Tzu Chi, Lizhen Zhu, conoció las necesidades de los refugiados afganos e inmediatamente les hizo entrega de los suministros disponibles a las familias.
Lizhen confesó estar desconsolada y molesta al conocer el sufrimiento de los refugiados afganos víctimas de la guerra y de una vida inestable en sus países de origen. También compartió que las familias afganas ponen todas sus esperanzas en sus hijos, al igual que muchas familias inmigrantes de primera generación, y están decididas a criarlos para que tengan éxito en el nuevo país.
La empatía y el amor siempre están presentes
“Me entristeció conocer lo que están pasando los refugiados y entiendo lo que sienten. Mi padre pasó por lo mismo durante la caída de Birmania”, dijo Lizhen Zhu, integrante de una familia de refugiados de segunda generación. También agregó “nos alegramos mucho de tener la oportunidad de dar. Me tocó el corazón ver a los voluntarios de Tzu Chi hacer todo lo posible para ayudar. El proceso de comenzar una nueva vida en un país extranjero es ciertamente difícil para los refugiados afganos y espero que podamos ayudarlos a establecerse pronto”.
Actualmente, el Centro de Servicio Tzu Chi Fresno ha establecido un Equipo de Atención de Afganistán. El equipo de voluntarios se encarga de organizar distintas actividades de cuidado, para discutir y comprender las necesidades exactas de los nuevos residentes para así continuar brindando una atención más profunda y hacerles sentir el amor de sus vecinos.
Los voluntarios de Tzu Chi diariamente siguen los consejos de la Maestra Cheng Yen para cuidar y ayudar a los refugiados. No sólo en términos de apoyo material, sino también ofreciendo amor y atención, ayudando así a que los refugiados tengan tranquilidad y se integren a la comunidad lo antes posible.
Los voluntarios de Tzu Chi en Fresno continúan ayudando y preocupándose por la vida diaria de los refugiados afganos ofreciéndoles una mano amiga que los ayude a seguir adelante.