Tzu Chi envía ayuda a refugiados birmanos

Oficina Nacional  |  7 Agosto, 2022
Los voluntarios chequearon cuidadosamente cada uno de los edredones para asegurarse de que estuvieran en buenas condiciones antes de ser empacados. Foto/Henry Nhan

Escrito por: Lina Lee, Tom Chen, Henry Nhan
Adaptado al español por: María Pacheco
Editado por: M. Carolina Saheli

El pasado 31 de julio, los voluntarios de la Oficina Central de Tzu Chi en San Dimas se reunieron alrededor de diez largas mesas  llenas de edredones para organizarlos por tamaño y grosor. A pesar del calor sofocante y del intenso sol, los voluntarios chequearon cuidadosamente cada uno para asegurarse de que estuvieran limpios y que no presentaran ningún daño antes de ser empacados y entregados a Al Linn, representante del Templo Birmano, quien estaba allí para recibir las donaciones. Los edredones fueron enviados a mediados de septiembre a la frontera de Tailandia con Myanmar y entregados a los refugiados birmanos para el invierno.

Haciendo nuestro aporte por los refugiados de Myanmar

Aiqun Mi, una de las voluntarias de Tzu Chi, sostiene una caja que tiene impresa la frase “Vamos Tzu Chi”. Ella donó 15 bolsas con ropa usada para los refugiados. Foto/ Lina Lee
Gracias a que todos ayudaron a organizar los edredones fue bastante fácil. Foto/ Lina Lee

Desde sus inicios, la “Cabaña del Tesoro”, conocida como “The Treasure Hut” ubicada en la Oficina Nacional de Tzu Chi, ha sido reconocida en la comunidad por sus donaciones. Recientemente desde el Centro de Atención Plena y Desapego, un Templo Birmano ubicado en Baldwin Park, informaron que los refugiados birmanos que están en la frontera de Tailandia y Birmania necesitan con urgencia cobijas y edredones que los ayuden a sobrellevar las duras temperaturas del invierno. Los voluntarios de Tzu Chi respondieron inmediatamente a esta necesidad recolectando y empacando ropa de invierno y edredones para ser enviada a los refugiados. 

Albert Hsu, voluntario de Tzu Chi, comentó que “desde la Cabaña del Tesoro se ha estado recolectando ropa usada y otros artículos, incluidos muchos edredones. Hoy, aprovechando esta oportunidad, nos reunimos todos para organizar los edredones y empacarlos para que los voluntarios del templo puedan recogerlos”.

Fue uno de nuestros días más felices y todos estábamos muy agradecidos. Los edredones que los voluntarios habían trabajado tan duro para recolectar ocuparon exactamente una habitación y hoy finalmente tuvimos la oportunidad de dárselos a las personas necesitadas.

Por su parte Aiqun Mi, otra de las voluntarias de Tzu Chi, acostumbra a recolectar ropa para los más necesitados. Algunas veces le toma una semana o hasta un mes poder llenar las bolsas y luego entregarlas en la Cabaña del Tesoro. Sin embargo ante esta emergencia que viven los refugiados birmanos, Aiqun recolectó 15 bolsas de ropa usada que llevó hasta la Oficina Nacional de Tzu Chi. Allí estaban los demás voluntarios seleccionando ropa y organizando los edredones, y ella inmediatamente se unió para ayudar. 

“Tzu Chi tiene muy buena reputación en los Estados Unidos. Cuando salí a recoger ropa usada, usé una caja donde escribí Vamos Tzu Chi, y las personas lo reconocían. Fue realmente conmovedor; estoy segura de que Tzu Chi y nosotros los voluntarios uniremos fuerzas cuando haya una necesidad. Todos tratan de hacer lo mejor que pueden. Estoy agradecida por los muchos voluntarios que han contribuido silenciosamente al campus, especialmente por la oportunidad de hacer nuestra parte por los refugiados birmanos”, dijo Aiqun Mi.

Una participación inolvidable

Tres integrantes de la familia Yumin Liu, voluntarios de Tzu Chi, trabajaron juntos durante el fin de semana y dijeron haberla pasado muy bien. Foto/ Lina Lee
Jiwei Sun, voluntario de la fundación ayuda empacando bolsas junto a otros colaboradores. Foto/ Henry Nhan

Yumin Liu, quien hizo voluntariado junto a su familia, compartió su experiencia: “Hoy estoy muy agradecido de que mi familia haya tenido la oportunidad de venir al campus de Tzu Chi y participar en las actividades de protección ambiental y reciclaje. Nuestro hijo, Siyuan Liu, se graduó de la universidad este año. Es un momento maravilloso y feliz para que toda la familia se reúna para hacer nuestra parte por los refugiados en Myanmar y para plantar bendiciones. Espero que podamos tener esta oportunidad nuevamente en el futuro para construir muchos recuerdos inolvidables y maravillosos”, fueron las palabras de Yumin Liu. 

Por su parte Jiwei Sun, explicó que “desde el Templo Birmano con el que trabajamos en algunas oportunidades, contactaron a Jihuan Xia, coordinador del programa de reciclaje y ropa usada de Tzu Chi y le comentaron que los refugiados birmanos necesitaban edredones y ropa abrigada para invierno. Resultó que en la Cabaña del Tesoro, contaban con un gran lote de edredones así que vinimos a ayudar a clasificarlos. Este trabajo parece fácil, pero de hecho, requiere experiencia y habilidad. Hoy, supervisé principalmente a los voluntarios y fui responsable de los edredones más grandes y pesados. Aunque no fue fácil empacar los edredones a una temperatura tan alta, todos estaban llenos de alegría. Fue especialmente significativo para mí reconocer las bendiciones de uno frente al sufrimiento”.

Una relación a largo plazo

Al Linn (segundo a la izquierda), representante del Templo Birmano ayuda a cargar las donaciones de Tzu Chi al camión. Foto/ Lina Lee
Desde Tzu Chi no sólo se donaron edredones, sino también ropa y algunos muebles. Foto/ Lina Lee

Al Linn, representante del Templo Birmano informó que a mediados de septiembre se enviaría un contenedor a la frontera entre Tailandia y Birmania. Además agregó que “los refugiados birmanos necesitan edredones para mantenerse abrigados, así que vinimos a recoger la donación. Estamos muy agradecidos por esta donación de Tzu Chi, organización con la que tenemos una larga relación y ha estado ayudando a nuestra sede en Thanlyin, cerca de Yangon, Myanmar”.

Me gustaría dar las gracias por toda la ayuda de Tzu Chi, no solo en Myanmar sino también aquí, nos has ayudado mucho, mucho, gracias.

En 2008, cuando el ciclón Nargis golpeó Myanmar y causó graves daños, Tzu Chi se ganó la confianza del gobierno militar de ese país, gracias al trabajo sincero realizado. Por esto pudieron distribuir semillas de cultivos, así como fertilizantes para ayudar a los agricultores a cubrir sus necesidades básicas. Después de ese momento Tzu Chi empezó a trabajar en operativos de ayuda en casos de desastres en este país budista. Tzu Chi también ha hecho construcciones en Myanmar con el proyecto Esperanza. La fundación budista también ha proporcionado becas a estudiantes de bajos recursos. Todos estos programas han aportado buenos resultados a corto, mediano y largo plazo.

La distribución de semillas de cultivos de Tzu Chi, así como la iniciativa “Ahorra un puñado de arroz todos los días”, en las aldeas rurales de Birmania se ha extendido a lo largo del país. En 2021, Tzu Chi donó 1000 máquinas de oxígeno y 1000 cilindros de oxígeno de cuarenta litros a Phaungyi, el hospital más grande de Myanmar, para ayudar a los pacientes que contrajeron COVID-19 a recuperarse lo antes posible. Ahora, en 2022, los voluntarios de Tzu Chi en los EE. UU, recolectaron y empacaron edredones y ropa de invierno para los refugiados birmanos, esparciendo así el amor y la bondad de esta organización budista.

El clima durante este operativo fue soleado y caliente, los voluntarios sudaron pero esto no los detuvo en sus tareas. Foto/ Lina Lee
Al final del día todos sonrieron para tomarse una foto grupal. Foto/ Lina Lee

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