Voluntarios en Tijuana, México, ayudan a chicos huérfanos a volver a la escuela

Oficina Nacional  |  11 Abril, 2023
Unprivileged student and his grandmother
Silas Icam Vásquez sonríe de alegría junto a su abuela Vitalina luego de completar los trámites de reinscripción. Foto/Jing Yi Lee

Escrito por: Jing Yi Lee, Ah Mui Pse
Adaptado al español por: JuanMa Bonilla
Editado por: M. Carolina Saheli

Mientras se llevaba a cabo un evento en el campus de Tzu Chi de Tijuana, México, un voluntario se encontró con Vitalina, una mujer mayor de 85 años de edad, que se encontraba angustiada. Su hijo había muerto de un ataque al corazón y su hija política se había ido hace años dejando a sus cuatro hijos huérfanos y con pocos recursos. Debido a esto, los chicos tuvieron que dejar de ir a la escuela. Esto propició que a finales de 2022, los voluntarios de Tzu Chi Tijuana comenzaran a trabajar con las comunidades vulnerables con la iniciativa de ayudar a familias como la de Vitalina. Una voluntaria llamada Cindy fue quien decidió tomar el caso de Vitalina y luchar por los niños huérfanos con la esperanza que tengan la oportunidad de volver a sus estudios.

De beneficiario a voluntario

Los voluntarios quieren que los niños que no están estudiando tengan acceso a una educación completa. Ellos consideran que la educación puede ser una forma de proveer a los niños de familias de escasos recursos con la oportunidad de salir de su situación y transformar sus vidas. Cindy, la voluntaria de Tzu Chi encargada de la familia de Vitalina dijo: “El equipo de Tzu Chi de Tijuana y yo hemos estado trabajando duro para ayudar a esta familia para que estos niños que han dejado de ir a la escuela puedan regresar a sus estudios”.

Un día en la escuela, Cindy hablaba con el director sobre los niños que habían tenido que dejar de asistir y cómo podrían regresar. Francisca, una madre del colegio, escuchó esta conversación y al conocer lo que Cindy quería hacer, quiso ayudar y dijo: “Cuando escuché a los voluntarios y al director hablando sobre cómo ayudar a los niños decidí ayudarle, porque preparar los papeles de admisión que faltan es complicado. Mi esposo también quiere ayudar y puede tomar el rol de guardián de los chicos para que no pierdan la oportunidad de estudiar”.

Conozco esta fundación, ya me han ayudado antes. Así que le pregunté, ¿hay algo que pueda hacer por usted?

Francisca y Cindy, que se conocieron en esta ocasión, unieron su compasión por los niños y prepararon todo el papeleo necesario. Por otro lado, la escuela tiene como regla que cada niño debe tener dos guardianes para poder entrar. Debido a que los chicos solo cuentan con su abuela, Vitalina, Francisca le pidió a su esposo que sirviera como el segundo guardián, él no lo pensó dos veces y accedió.

Finalmente, luego de llenar los requisitos, los voluntarios llevaron a Vitalina y a su nieto más pequeño de 10 años, para terminar con el proceso de reinscripción. Sin embargo, el hermano mayor de 15 años, Gamaliel Vásquez tenía que hacer tres evaluaciones para que pudieran determinar a qué grado debía entrar ya que no había ido a la escuela en tres años.

Los voluntarios pagan los uniformes

Tzu Chi volunteer Yi Lee paying the uniform
La voluntaria de Tzu Chi, Jing Yi Lee, paga los uniformes de los niños. Foto/Tzu Chi EE. UU.
Tzu Chi volunteer preparing new clothes for students and parents
La voluntaria Ah Mui Manguy (abajo a la izquierda) y Francisca (arriba a la izquierda) llevan a los niños a comprar uniformes. Su abuela también se lleva un regalo y recibe zapatos nuevos. Foto/Jing Yi Lee

La escuela en México cuenta con una matrícula gratuita, pero las familias deben comprar los uniformes y materiales los cuales pueden llegar a ser costosos. El trabajo de los voluntarios no había terminado aún. Cindy y Jing Yi Lee llevaron a los niños a elegir sus uniformes. Al llegar, Gamaliel se sintió emocionado al ver la gran cantidad de estilos de uniforme. Un voluntario ayudó a Silas, el hermano menor, a elegir los uniformes de verano, invierno y de deporte. 

Silas llevó su ropa elegida al vestidor para probarsela. Cindy esperó en la puerta como una madre que cuida a su hijo y le preguntaba si sentía bien la ropa, y si le había quedado bien. Silas no había sentido el amor de una madre en mucho tiempo y esta fue una escena muy conmovedora ya que se pudo sentir su emoción y agradecimiento. Cuando todos tenían sus respectivos uniformes, Jing Yi Lee sacó su tarjeta de crédito y dijo: “Yo pagaré por esto”.

Unprivileged family in Tijuana
Familias necesitadas atendidas por voluntarios de Tzu Chi. Foto/Jing Yi Lee

En tres meses, los voluntarios de Tzu Chi de Tijuana resolvieron las dificultades y lograron inscribir a los niños a la escuela de nuevo. Luego, los voluntarios se tomaron más tiempo para ayudar a través de visitas a la escuela, a la casa de los niños y otras actividades con el fin de ayudarlos a volver a la normalidad.

A partir de ese día, Tzu Chi le dará a la familia $200 al mes para ayudar a los niños a continuar con sus estudios. Esto no solo va a ayudar a que puedan resolver sus apuros económicos sino que también van a poder estar yendo a clases con tranquilidad. Gracias a los esfuerzos de los voluntarios, el futuro de la familia de Vitalina se ve muy brillante.

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