Tzu Chi uniéndose a través de las fronteras para compartir amor y compasión

Oficina Nacional  |  26 Abril, 2023
Tzu Chi volunteers visiting u family in Tijuana
Voluntarios de Tzu Chi Tijuana acompañan a los voluntarios de Tzu Chi USA para atender a las familias de escasos recursos de la zona. Foto/Ying Dan Lai

Escrito por Jingyi Li, Ah Mui Manguy
Traducido y adaptado al español por Gabriela Barzallo
Editado por M. Carolina Saheli

El 6 de marzo de 2023, la delegación de la Oficina Nacional de Tzu Chi USA acompañó a voluntarios de Tzu Chi Tijuana a visitar a las familias locales que luchan contra la pobreza y las dificultades. El equipo de la delegación de EE. UU. se emocionó al conocer a las familias, siendo testigos de su fuerza a pesar de los desafíos, y reconociendo sus bendiciones.

Una familia en apuros

Familia de seis miembros viviendo en una casa en ruinas. Foto/Ying Dan Lai
Tzu Chi volunteer interacting with children in Tijuana
Voluntarios cuidan de los niños de esta familia y esperan que puedan estudiar bien cuando vuelvan a la escuela. Foto/Ying Dan Lai

Es difícil imaginar que hay dos realidades extremas en Tijuana, por un lado, un paraíso turístico, y por el otro, un purgatorio para los residentes pobres que luchan cada día para que el dinero les alcance.  

Los voluntarios estadounidenses se encontraron con una familia que vive “en condiciones de extrema pobreza viviendo en una humilde choza con piso de tierra. La familia consiste del padre, Camero, que es ciego, la madre que no trabaja y los hermanos que tienen 16 años o menos. A una de las hijas pequeñas le tuvieron que amputar los dedos por cuestiones de higiene. A otro de los hijos, que pudo ir a la escuela solo llevaba un cuaderno y un bolígrafo en su mochila. En una familia tan pobre, el hijo mayor de 16 años tuvo que abandonar sus estudios para trabajar y mantener a la familia, asumiendo la carga de su sustento.

El Dr. Joe Wang y Ah Mui Manguy, voluntarios veteranos, junto con voluntarios locales, se comunicaron con la familia para ayudar a encontrar trabajos adecuados para el hermano mayor  y para solicitar certificados de nacimiento para los otros niños. De esta manera, se les podría permitir volver a la escuela y tener una oportunidad de escapar de la pobreza en el futuro.

Un hogar precario

Poor condition of Tijuana housing

Hace dos años, la familia compró una casa en ruinas por 3,000 dólares y, sin saberlo, se convirtió en un hogar precario a los ojos de las empresas de servicios públicos que les cortaron el suministro de agua durante dos años. La familia solo sobrevivió gracias a la misericordia de los vecinos. Después de conocer su difícil situación, los voluntarios de Tzu Chi comenzaron a llenar el depósito de agua para satisfacer sus necesidades diarias, ayudándoles a salir adelante.

Solo había dos camas y ningún otro mueble en el interior de la modesta vivienda. La familia recibió calurosamente a los voluntarios y, a través de un intérprete, les describieron su vida. Siguiendo las enseñanzas de la Maestra Cheng Yen de ser compasivos y empáticos, los voluntarios de Tzu Chi consolaron a la familia y demostraron una gran empatía hacia su situación. Al partir, los voluntarios estaban profundamente conmovidos. Todos compartían la esperanza sincera de poder ayudar no sólo a esa familia, sino también a otras en situaciones similares.

Visita al hospicio para enfermos de SIDA

Tzu Chi volunteer visit Albergue Las Memorias A.C.
Voluntarios de Tzu Chi en el pabellón del Hospicio para Enfermos de SIDA. Foto/Ying Dan Lai

El Dr. Joe Wang, un veterano voluntario, Cindy, miembro del personal del campus, y médicos y enfermeras de la clínica del centro acompañaron a los voluntarios estadounidenses en su visita al Hospicio para Enfermos de SIDA, un lugar que acoge a enfermos de SIDA y tuberculosis que han sido abandonados por sus familias y la sociedad, y donde pueden recibir cuidados atentos y desinteresados sin discriminación.

Antes, el sida era una enfermedad aterradora, pero después de años de investigación, se han desarrollado medicamentos eficaces y la muerte ya no es el único destino para las personas que padecen esta enfermedad. Con la esperanza de que puedan seguir viviendo, la tristeza y la desesperación se disuelven con los cuidados y la atención del corazón, y son sustituidas por sonrisas y risas alegres.

Roman, uno de los responsables del hospicio, dijo a los voluntarios: “Muchas de las mujeres han sido separadas de sus hijos a causa de la enfermedad, por lo que una vez que se estabilice su estado, el Hospicio para Enfermos de SIDA las animará y ayudará a que recuperen a sus hijos lo antes posible”. Roman también espera ampliar el Hospicio para Enfermos de SIDA para convertirlo en una escuela en la que se puedan impartir cursos de medicina básica y enseñar habilidades que permitan a los pacientes ganarse la vida cuando se reincorporen a la sociedad.

De beneficiarios de ayuda a voluntarios

Tzu Chi member visiting slum inTijuana
Tsung Han Lu, jefe del equipo Europa-América-África de la Fundación Budista Tzu Chi, visita un barrio marginal de Tijuana. Foto/Ying Dan Lai
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Barro en el barrio de Tijuana después de la lluvia. Foto/Ying Dan Lai

Desde la perspectiva del “amor sin fronteras”, los voluntarios de Tzu Chi practican la asistencia internacional y la atención social. En zonas con diferentes creencias religiosas e idiomas, el objetivo de “salvar vidas” sirve de base para la integración emocional, permitiendo que los destinatarios de la ayuda puedan recibir consuelo tanto material como espiritual. El “gran amor” puede ser transmitido a la población local sin necesidad de comunicarse a través del idioma. En Tijuana, muchos se ofrecieron como voluntarios para ayudar después de haber recibido la atención de Tzu Chi. La mayoría de ellos son católicos devotos, pero han trascendido las fronteras religiosas para dedicarse a ayudar a los demás, convirtiéndose en los mejores modelos de conducta al trabajar juntos.

Sinceramente, reflexiono sobre mí misma. Desearía poder ayudar tan desinteresadamente y con tanto valor como los voluntarios del Campus Tijuana.

Los voluntarios estadounidenses quedaron profundamente impresionados con su viaje a Tijuana, al ver la unidad y dedicación de los voluntarios locales hacia el gran amor de compartir felicidad y aliviar el sufrimiento. La voluntaria Ying Dan Lai compartió: “Este viaje a Tijuana ha sido muy conmovedor para mí, siento que ha comenzado una nueva página en mi vida. Me impresionó ver cómo la gente que vive en un entorno con tan pocas cosas puede apreciar lo que tienen y esparcir las semillas del amor”. Lamentó que muchas personas que tienen una vida cómoda no valoren lo que tienen y se quejen por la más mínima incomodidad.

La delegación de la Oficina Nacional de Tzu Chi USA estaba preocupada por el mal tiempo, ya que el centro médico estaba situado en una zona periférica donde los días de fuertes lluvias habían causado inundaciones y caminos embarrados. Además, la noche anterior a su partida, se informó de manifestaciones, protestas y saqueos en la zona. El gobierno ordenó la suspensión de clases y se aconsejó a las personas que no salieran de sus hogares. Afortunadamente, los voluntarios regresaron a Estados Unidos uno por uno y, aunque el tráfico fue caótico, llegaron a casa sanos y salvos después de más de dos horas de trayecto en lugar de los 40 minutos habituales.

Tzu Chi global members group photo
Voluntarios de Tzu Chi de todas partes se toman una foto en grupo en el Centro Médico Tijuana Tzu Chi. Foto/Ying Dan Lai

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