Escrito por Audrey Cheng
Editado por Hernán Goicochea & Maribel Suárez
Fotos cortesía de Dennis Lee & Mary Keh
Ken Nomura se encontraba trabajando como profesor de historia en la ciudad de Monterrey, cuando ocurrió el terremoto de 7,1 grados, que sacudió el estado de Puebla, México, en septiembre de 2017. Tras enterarse del desastre, inmediatamente se puso en contacto con la fundación Tzu Chi para unirse a sus esfuerzos de ayuda, y pronto recibió una respuesta para realizar una evaluación del desastre. Nomura solicitó tiempo libre de su trabajo y viajó a la Ciudad de México para unirse a los equipos de Tzu Chi México y USA, en diciembre.
Una vez que se unió a los voluntarios, Nomura acompañó al director de asuntos globales, Stephen Huang, a inspeccionar las calles flanqueadas por muros rotos y edificios derrumbados. Era un intérprete como un guía, donde fueran los voluntarios de Tzu Chi, Nomura los seguiría para ayudar a traducir entre español, chino mandarin e inglés.
Aquella experiencia animó a Nomura a dedicarse al desarrollo de Tzu Chi en México, y hoy espera animar a más personas a unirse a esta altruista misión llena de compasión.
Amor incondicional y apoyo de sus padres inspirados por Tzu Chi
Ken Nomura nació en Taiwán, pero sus padres lo llevaron a vivir en Malasia cuando solo era un bebé. Como hijo único era activo y curioso por el mundo que lo rodeaba. Él considera a su madre como su mejor referente.
Mientras criaba a su hijo, la Sra. Nomura tuvo numerosos logros como voluntaria para varias organizaciones: Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (donde rescató a cientos de perros y gatos callejeros y encontró hogares para muchos de ellos), Asociación Malasia de Ciegos (para la que grabó historias budistas) y un orfanato ubicado en la pequeña ciudad de Cheras (en Malasia), la cual visitó. Fue a través de su gran ejemplo, que Ken Nomura aprendió sobre las virtudes de la empatía, generosidad y compasión desde una edad temprana.
Cuando estaba en la escuela primaria, comenzó a participar en actividades de reciclaje lideradas por Tzu Chi los domingos. Y a medida que crecía, Nomura acompañaba a su mamá cuando hacía visitas domiciliarias en nombre de la fundación. Pero, lo que inspiró un despertar más profundo en él, sucedió cuando viajó al distrito de Banqiao, Taiwán, para asistir a un campamento de verano.
En el campamento, Nomura aprendió sobre la escasez de agua, el hambre en el mundo, la caridad y las misiones de socorro realizadas por Tzu Chi. Aunque solo tenía 14 años de edad, tenía la certeza de que unirse a Tzu Chi iba a ser parte de su camino de servicio durante toda la vida.
No solamente su madre, su padre también fue una gran inspiración. Un ex ingeniero, el Sr. Nomura financió todo el viaje que hizo su familia por el mundo e invirtió una gran parte en la educación de su hijo Ken. Esto, en gran parte, sirvió para prepararlo con una mentalidad global y una comprensión profunda del mundo que lo rodea.
Cuando llegó el momento de ir a la universidad, Nomura viajó al extranjero para asistir a la Universidad de Minnesota. Ahí, se especializó en educación internacional. Decidido a enseñar historia, recibió su certificado de maestro en estudios sociales. Durante su tiempo en la universidad, Nomura continuó recorriendo por el camino de Tzu Chi como el único Tzu Ching en el campus, y en el estado. Aún así, la educación que recibió en el extranjero lo preparó para dominar cuatro idiomas distintos: chino mandarín, japonés, inglés y, más tarde, español.
Un destino fructífero en México
Al completar su entrenamiento de comisionado de Tzu Chi, Nomura le prometió a la Maestra Cheng Yen que actuaría como la semilla de fundación en un nuevo país antes de cumplir los 30 años de edad. Al darle a Nomura sus bendiciones, la Maestra le preguntó: “¿Sientes que tus hombros se vuelven pesados? … un líder, debes ser una persona sincera”.
Tomando lo que la maestra le preguntó a pecho, Nomura se inscribió para su primer trabajo como profesor en Durango. Durante ese tiempo, aprendió mucho sobre el pueblo y la cultura mexicana. Mientras se encontraba en México, se enamoró de Marnie Anderson, una joven canadiense, que no solo vino a apoyarlo en su trabajo para Tzu Chi, sino que también ayudó a coordinar la logística para las misiones de brigadas médicas.
Aunque los dos buscaban expandir sus horizontes más allá de México, ambos aceptaron trabajos en Monterrey. Luego, el 19 de septiembre de 2017, el terremoto de Puebla arrasó el centro de México. Nomura inmediatamente se puso en contacto con Tzu Chi y les preguntó sobre una posible misión internacional de socorro en casos de desastre.
Se desplegó un equipo de evaluación, y ambos, Nomura y Marnie, se unieron a la primera misión de socorro programada para diciembre. Fue una experiencia para recordar.
Durante un periodo de seis días, los voluntarios de Tzu Chi distribuyeron tarjetas de regalo en efectivo y mantas ecológicas a más de 10.000 hogares afectados. En el último día, se cantó el himno nacional mexicano, Nomura lloró. Había escuchado a sus alumnos cantarlo mil veces durante los últimos tres años en la escuela, pero esta vez fue diferente.
Precisamente en ese momento, mientras cantaban el himno nacional mexicano, Nomura pensó en sus contribuciones y se dio cuenta del impacto que podría tener a gran escala. Así que decidió quedarse en México y trabajar con Tzu Chi México a largo plazo.
Un compañero voluntario le dijo una vez a Nomura que. “Cuando se hace un voto, lo hace en un momento sincero; por eso, los votos se escuchan y se hacen realidad ”. Estaba muy sorprendido de ver muchos incidentes y encuentros en su vida, que lo habían llevado a hacer una promesa tan decidida y resuelta a sí mismo.
El voto que se hizo a sí mismo y a la Maestra Cheng Yen hace cinco años se había hecho realidad: hasta 2019, con el apoyo de Marnie, y los voluntarios locales e internacionales, Nomura ha llevado a cabo más de siete misiones médicas internacionales en la Ciudad de México y en el estado de Morelos. En todas las ocasiones, alumnos de colegios bilingües, incluidos sus propios alumnos, colaboraron como traductores.
Habiendo completado el voto que hizo a los 14 años, antes de cumplir los 30, Nomura reflexiona sobre su vida y su nueva perspectiva. Al comentar sobre Tzu Chi desde la perspectiva de un historiador, Nomura dijo, “un día todos los seres conscientes caminarán por el camino de Tzu Chi. Es solo una cuestión de quién llega primero”.