Estudio Sobre Las Secuelas Del Huracán Laura Para Canalizar Ayuda

Región Sur  |  17 Septiembre, 2020
La cocina y el baño del templo Da Bao en Lake Charles, LA, se encuentran en ruinas después del huracán Laura. Foto: Penny Liu.

Escrito por Penny Liu
Traducido por Gerardo Bonilla​
Editado por Maribel Suárez

El 5 de septiembre de 2020, habían pasado 10 días desde que el huracán Laura había tocado tierra en el oeste de Luisiana y el este de Texas. La tormenta categoría cuatro bloqueó había interrumpido las vías de acceso a diferentes ciudades de la región. No obstante, cuando las condiciones estaban lo suficientemente seguras, las carreteras finalmente fueron reabiertas, cinco voluntarios de la Oficina Regional Sur de Tzu Chi en Houston, Texas, se aventuraron a visitar cuatro ciudades para realizar una evaluación de los daños. Entre los voluntarios estaban Roger Lin, Peter Luong, Scott Dyson, Jong Wu y yo. Nuestro propósito: determinar cuáles eran las necesidades en las áreas afectadas y cómo Tzu Chi podría ayudar.

Un par de días antes del viaje, mis colegas Scott Dyson, asistente administrativo de la región sur de Tzu Chi, y Julienne Chi, voluntaria de Tzu Chi, comenzaron a establecer nuevos enlaces comunicándose con contactos locales conocidos. Su objetivo era conectarse con los municipios, los socorristas y los grupos de voluntarios locales para comprender, qué áreas requerirían mayor asistencia. Ante la realidad de que nuestro viaje preliminar sería corto en tiempo, Dyson y Chi trabajaron juntos para elaborar un plan de acción más eficiente.

Luego llegó el día en el que pudimos manejar desde Dickinson hasta Orange, Texas. Al llegar, nos reunimos con el Pastor Nick Colbert y dos miembros del consejo de la ciudad, entre estos Caroline Henningan y Paul Burch. Este último es el presidente del Ejército de Salvación local. Ambos nos llevaron por la ciudad, para inspeccionar las áreas que sufrieron el mayor daño. En una breve parada para tomar fotos, nos encontramos con una docena de voluntarios de un grupo de la iglesia de Galveston (Equipo de Respuesta a Desastres de la Asociación Bautista de Galveston) que estaban allí, para ayudar a los residentes a limpiar sus patios y/o jardines.

El Equipo de Respuesta a Desastres de la Asociación Bautista de Galveston participa en los esfuerzos de limpieza después del huracán Laura. Foto: Roger Lin.
Una casa dañada en Orange, TX. Foto: Scott Dyson.

Los residentes de Orange indicaron que los daños a las residencias se debieron principalmente a árboles caídos o tejas de los techos sueltos que consecuentemente dejaron escombros por todas partes. Caroline y Paul también informaron a los voluntarios, que muchos residentes de bajos ingresos, aún no han regresado a sus hogares después de haber sido evacuados. Esto incluso, después de haber tenido la oportunidad de ser trasladados en autobús hacia ciudades más grandes como San Antonio o Dallas. En adición, muchas de las calles estaban sin electricidad y los que habían evacuado no podían, o no querían, regresar porque el servicio eléctrico no estaba restaurado.

Conscientes de que todo esto estaba sucediendo en medio de una pandemia, habíamos traído equipo de protección personal o (EPP). Fue así que pudimos donar 2,000 mascarillas quirúrgicas a Paul Burch, para que las distribuyeran en el Ejército de Salvación del Condado de Orange, Texas.

Luego, Brandon Price, residente de Deweyville, y su esposa se reunieron con nuestro equipo en Orange TX,  para luego acompañarnos hacia Deweyville en el condado de Newton. Deweyville es una ciudad muy pequeña  localizada a unos 15 minutos al norte de Orange. Se estima que en esta ciudad hay alrededor de 1,000 residentes y 325 familias individuales y donde un 50-60% aproximado de la población no cuenta con seguro de hogar. Según Mark McCall,  jefe del Departamento de Bomberos Voluntarios de Deweyville, el condado de Newton se encuentra entre el 15% de los condados más pobres de todo Texas.  McCall explicó que la mayoría de los residentes tienen ingresos fijos y que muchos de ellos son ancianos. Además, aproximadamente la mitad de estos residentes no cuenta con transportación.

El Jefe McCall estaba muy feliz de ver a nuestro grupo de voluntarios y recordó los desastres serios que Deweyville había sufrido durante los últimos años. En el 2016 el río Sabine se inundó; luego fueron afectados  por el huracán Harvey en 2017; después con la tormenta tropical Imelda en 2019 y luego este año con el huracán Laura. Brandon nos contó que uno de sus parientes acababa de terminar de reparar su casa por los daños sufridos por Harvey, pero Laura derribó un árbol que cayó justo encima del dormitorio de su hija.

Históricamente el foco de los recursos de ayuda son dirigidos a ciudades más grandes, dejando a Deweyville a su suerte debido a que esta ciudad es pequeña. Para muchos residentes, la necesidad más urgente en este momento es tener una lona para poder cubrir sus techos. Lamentablemente la ciudad no se incluyó como zona de desastre federal. Esto a pesar de haber sufrido daños por vientos de casi 100 MPH durante el huracán Laura. Por lo tanto, Deweyville no es elegible para recibir más ayuda de FEMA.

En adición, muchos hogares siguen sin luz ni agua potable. Si bien FEMA había proporcionado algo de agua embotellada y alimentos para que los residentes los recogieran en la estación de bomberos, estos recursos se agotarán en los próximos días. Al ver la amenaza de la inseguridad alimentaria en Deweyville, mis compañeros de equipo y yo sacamos inmediatamente 14 cajas de arroz instantáneo Jing Si para agregar a la despensa improvisada de la estación de bomberos. El jefe McCall estaba tan conmovido que se apresuró a tomar una camiseta del departamento de bomberos para regalarnos.

Presentando un paquete de arroz instantáneo Jing Si al Jefe Mark McCall (centro) y Brandon Price (derecha). Foto: Roger Lin.
Los voluntarios de Tzu Chi donan comida para los residentes de Deweyville en el Departamento de Bomberos Voluntarios de Deweyville. Foto: Jong Wu.

Una vez nos marchamos de Deweyville, continuamos nuestro viaje hacia el este de Louisiana. Viajamos más cerca del epicentro de la tormenta y vimos más árboles y postes de electricidad caídos. Incluso vimos hasta una hilera de vagones de tren volcados de lado. El ambiente de destrucción era evidente.

Luego llegamos al Templo Da Bao localizado en Lake Charles, LA. El miembro del templo budista llamado Minh Vo, se había puesto en contacto con la Cruz Roja Americana para solicitar asistencia. Fue así que entonces lo remitieron a la Región Sur de Tzu Chi. Varios miembros del templo que vivían cerca ya esperaban nuestra llegada junto con el Maestro residente. Después de una breve introducción, Minh y otros nos llevaron por el Templo para mostrarnos los daños del inmueble. La cocina y el baño estaban totalmente destruidos. Las ventanas de la sala de oración estaban rotas y el techo tenía goteras.

El techo muestra daños significativos. Foto: Jong Wu.
Los restos de una estatua de Buda en el suelo. Foto: Roger Lin.

Nos informaron que, aunque la mayoría de los miembros del Templo tienen un seguro de vivienda, la institución en sí era bastante nueva por lo que todavía no habían podido pagar la póliza de seguro. Tampoco tenían electricidad, ni agua y por lo pronto solo funcionaba un generador eléctrico. La compañía de electricidad local estimó que les llevaría aproximadamente tres semanas a un mes para restablecer el servicio eléctrico.

Mientras, tanto FEMA como la Cruz Roja Americana han estado proporcionando a los residentes locales suficiente agua potable y alimentos. Aún así, casi todas las casas que vimos en Lake Charles y sus alrededores han sufrido daños. Minh expresó su preocupación por los esfuerzos de reparación de las viviendas. Explicó que aunque se tenga el dinero para seguir hacia adelante, habría escasez de materiales y equipos de construcción fiables durante los próximos seis meses más o menos.

Después de dejar Lake Charles, viajamos hacia el norte hasta la ciudad De Quincy, en la Parroquia de Calcasieu en Luisiana. Allí conocimos a Debra White, quien está casada con el Comisionado del Condado de Newton, TX. Debra nació en De Quincy y le apasiona ayudar a la gente de esta ciudad generalmente ignorada. Debra también es una buena amiga del alcalde de De Quincy. La población es de 3.500 personas, la mayoría de las cuales no tienen electricidad y el servicio de agua es limitado.population is about 3,500 people, most who are currently without power and have limited water services.

Llegamos a De Quincy, Louisiana. Foto: Scott Dyson.
Nos tomamos una foto con Debra White, quien ayudará a entregar arroz instantáneo Jing Si al alcalde de DeQuincy en Luisiana.Foto: Jong Wu.

Durante una breve llamada telefónica con el Alcalde (haciendo un paréntesis en sus reuniones), le dijo a nuestros voluntarios de Tzu Chi,  que aproximadamente el 98% de las propiedades sufrieron daños. Debra por su parte nos comunicó, que muchos residentes son inquilinos, no propietarios, por lo que no tienen una póliza de seguro. También nos compartió que muchos no tenían medio de transporte. Esto significa, que si no se restablece la energía durante el próximo mes, no tendrán más remedio que quedarse en casa y esperar, una opción que muy pocos pueden permitirse.

Esta zona ha sido declarada parte del área de desastre federal, por lo que estimamos que debería recibir alguna asistencia federal. Aun así, antes de irnos, le dimos a Debra seis cajas de arroz instantáneo Jing Si. Ella se lo entregaría al alcalde de DeQuincy, quien lo distribuiría a los residentes locales.

En general, Luisiana sufrió daños significativos. Muchas áreas todavía no tienen energía. Pudimos ver vehículos de empresas de servicios públicos de todo el estado tratando de restaurar restablecer la energía eléctrica. En Lake Charles, hicimos una breve parada en el Waffle House. El gerente nos dijo que abrieron el restaurante el día después del paso del huracán. Con un generador eléctrico alquilado, proporcionaron comidas gratuitas al personal de FEMA y comidas a mitad de precio a los residentes locales. La falta de energía en la ciudad hizo que los semáforos tampoco funcionaran, lo que provocó algunas congestiones menores al salir de la ciudad.

En nuestro camino de regreso, pasamos nuevamente por la estación de bomberos de Deweyville para donarles todo nuestro arroz instantáneo restante. También conocimos a un par de policías estatales de Texas. Uno de ellos recordó nuestra organización desde el huracán Harvey. En ese momento patrullaba en el área de Port Arthur, donde habíamos realizado una importante distribución. Nos dijo que también fue al templo de Buu Mon para asistir a una clase de meditación. A nuestra partida, agradeció a los voluntarios por ofrecer ayuda de nuevo a los necesitados.

De este modo evaluamos la información y los datos de diversas fuentes para luego decidir qué ubicaciones necesitan nuestra mayor atención. Es lo que normalmente hacemos durante las operaciones de socorro en casos de desastre. Ciertamente la pandemia ha complicando la seguridad durante los esfuerzos de ayuda tradicionales. No obstante, estaremos elaborando estrategias y discutiendo cómo podemos brindar ayuda de manera segura para reducir los riesgos de salud pública tanto para los voluntarios de Tzu Chi como para quienes reciben atención.

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