Celebrando 10 Años De Amor Y Cuidado En La Clínica Comunitaria Tzu Chi De Wilmington

Oficina Nacional  |  22 Enero, 2021
Habitantes del área hacen fila pacientemente afuera de la Clínica Comunitaria Tzu Chi en Wilmington para un evento mensual de distribución de alimentos. Foto Esmeralda Hsu.

Escrito por Jennifer Chien y Sandia Chang
Traducido por Diana Chang
Editado por Adriana DiBenedetto
Traducido (Español) por Gerardo Bonilla
Editado (Español) por Maribel Suárez

Un viernes, antes de que la pandemia de COVID-19 azotara a la nación, Antonia Rodríguez y Gloria Bautista salieron de casa por la mañana y viajaron al Centro de Salud Tzu Chi en Wilmington. Allí, una voluntaria de Tzu Chi llamada Huiping Wang, sonrió alegremente mientras los saludaba. Una vez juntos, todos se alegraron de tener la oportunidad de verse y preparar el almuerzo.

Antonia y Gloria han dedicado su tiempo y esfuerzos a ayudar en el centro los viernes. Fue así que comenzaron a llamar a esta reunión semanal “Viernes Latino”, según informó Huiping. De este modo, todos comienzan el día preparando el almuerzo juntos para luego colocar la comida china y la comida mexicana en la mesa, una al lado de la otra.

En La Comunidad Hispana

Todo el mundo es importante, no importa cuál sea tu experiencia. Antonia y Gloria no tienen mucho, pero [como voluntarias] todavía disfrutan haciéndolo y están felices de hacerlo.

Cuando se trata de reclutar voluntarios en la comunidad, Huiping explicó que “algunos voluntarios son pacientes que vinieron a ver a un médico, algunos voluntarios son familiares que recibieron ayuda de Tzu Chi, y otros voluntarios vinieron originalmente con la intención de averiguar más sobre Tzu Chi “. En 2010, cuando Tzu Chi abrió por primera vez una clínica para pacientes ambulatorios en una comunidad de inmigrantes mayormente hispanohablantes, los líderes comunitarios locales aprovecharon la oportunidad para observar la nueva clínica para evaluar así cómo el centro de salud podría beneficiar a su comunidad.

Un callejón en la comunidad de Wilmington donde viven personas sin hogar. Foto Jennifer Chien.

La ubicación geográfica de Wilmington, es adyacente al puerto de Los Ángeles. El área cuenta con un dedicado puerto cisterna y una gran refinería de petróleo y las fábricas circundantes también crean muchas oportunidades de trabajo. Sin embargo, muchas familias ricas y de clase media no estaban dispuestas a vivir cerca. Actualmente, la comunidad se compone principalmente de familias hispanas e individuos de bajos ingresos o indocumentados.

Las familias hispanas, que viven en Wilmington son católicas en su mayoría. Cuando Tzu Chi ingresó por primera vez a la comunidad de Wilmington, los voluntarios estaban atentos a presentar el tema de su diferencias religiosas. A medida en que los habitantes del área comenzaron a sentir la nueva incorporación a la comunidad, se dieron cuenta que el enfoque de Tzu Chi, hacia cada paciente era atento y afectuoso. De esta forma los residentes gradualmente lograron confianza plena en la misión médica de Tzu Chi. Esto independientemente de su religión o etnia. Algunos residentes que se toparon con las atenciones de Tzu Chi, se sintieron tan conmovidos, que se unieron desinteresadamente como voluntarios en el centro y se mostraron felices de prestar su ayuda. Los voluntarios locales también incluyen intérpretes de español para ayudar a los residentes cuando visitan a un médico.

Una Comunidad Llena De Amor Y Cuidado

Los voluntarios locales de la comunidad de Wilmington ayudan con la distribución de alimentos para los residentes. Foto Fuchuan Chen.

Huiping cree que la Clínica Comunitaria de Wilmington, es más que una simple clínica que brinda servicios dentales y de medicina china a bajo costo. Además de ofrecer clases de yoga y talleres de atención médica, esta espaciosa y cómoda Clínica Comunitaria permite a los residentes relajarse y sentirse a gusto. Desde el 2011, Tzu Chi ha realizado eventos de divulgación médica todos los meses en la clínica. Durante los mismos se brindaron servicios dentales, de medicina china, oftalmología entre otros, de forma gratuita. En adición, ya desde hace 20 años, cada mes la oficina de Tzu Chi Torrance lleva a cabo distribución de alimentos para ayudar a las familias desatendidas a lograr una dieta nutritiva y equilibrada.

Estos servicios han forjado maravillosas amistades dentro de la comunidad. Además, los residentes que vienen a la clínica están complacidos de que el centro de servicios no solo los ayude a ellos y a sus vecinos a mantenerse saludables, sino que también ha inspirado un ciclo de amor dentro de la comunidad. Los residentes que vinieron para recibir servicios en el centro están felices de traer a casa una alcancía de bambú para ayudar a pagar su atención. La Clínica Comunitaria de Wilmington ha estado abierta en el área durante diez años y se ha ganado un lugar en el corazón de los residentes, gracias a su reputación de servicio confiable y compasivo. Aunque la Clínica Comunitaria de Wilmington cerró temporalmente en 2020 durante la pandemia de COVID-19, el amor de la clínica por la comunidad todavía perdura.

Celebraciones del 10mo. Aniversario

El 7 de noviembre de 2020, los voluntarios locales se preparan para la celebración del décimo aniversario del centro. Foto Fuchuan Chen.
Los voluntarios rellenan los envases de desinfectante de manos durante la celebración del décimo aniversario. Foto Esmeralda Hsu.

Huiping y los voluntarios locales planearon una serie de actividades de celebración. El primer evento fue la “Caminata en el parque y celebración” el 7 de noviembre de 2020. El segundo evento, se llevó a cabo el el 10 de noviembre cuando se proporcionaron vacunas gratuitas contra la gripe. El tercer evento fue un sorteo de comestibles y el cuarto evento fue una donación de sangre en colaboración con el Centro de Sangre y Plaquetas de UCLA. Luego, los voluntarios llevaron a cabo un evento para rellenar envases de desinfectante de manos el cual duró un mes.

Teniendo en cuenta que la temporada de lluvias por lo general comienza en Noviembre, los voluntarios discutieron un “Plan B” que implicaría limpiar el Centro en caso de que una caminata en el parque comunitario no fuera posible el día siete.

El día del evento, el sol cálido de invierno había atravesado las nubes y los voluntarios se prepararon para ir al parque del vecindario de acuerdo con el plan. Sin embargo, de repente comenzó a llover antes de que todos hubieran salido de casa. Decididos a seguir adelante con el “Plan B”, los voluntarios dividieron sus tareas y trabajaron juntos, para organizar el centro y limpiar los vidrios de las ventanas y el piso. Todo el polvo, que se había acumulado, se limpió y el centro quedó nuevamente impecable. Los voluntarios tenían la esperanza de que pronto veremos el fin de la pandemia por lo que los servicios se reanudarán de forma normal.

Mirando Hacia El Futuro

Las celebraciones del décimo aniversario de la Clínica Comunitaria de Wilmington, comenzaron el 7 de noviembre. Huiping Wang (izquierda) inicia con una introducción y William Lavely (derecha), un voluntario local, actúa como anfitrión del evento. Foto Fuchuan Chen.
El centro celebra 10 años con un sabroso pastel. Foto Ringo Shu.

William Lavely, un voluntario recién certificado, fue el anfitrión del evento. Para garantizar la seguridad de los voluntarios durante la pandemia, los asientos se organizaron cuidadosamente, teniendo en cuenta el distanciamiento social. Además, la actividad contó con un número limitado de invitados.
Los voluntarios comenzaron la celebración con ofrendas de velas, flores, frutas y alcancías de bambú. Se pregrabó un video de bendición, para iniciar la celebración del evento. En el video, los voluntarios compartieron sus experiencias como voluntariado en Tzu Chi. Se preparó una revisión cronológica de la Clínica Wilmington, para mostrar cómo se construyó el centro desde cero, con el esfuerzo de los voluntarios, la planificación, construcción y gran inauguración oficial.

“Tuve el honor de participar en la ceremonia de inauguración de la clínica hace diez años”, dijo el voluntario Louis Liou, con la emoción clara en su voz. “Recuerdo que para llevar a cabo una ceremonia tranquila, el voluntario Hsinchieh Lin y yo custodiamos el sitio de construcción la noche anterior. Ver esta clínica convertirse en un centro de salud comunitario. ¡Estoy muy agradecido! y espero que más personas de la comunidad vengan aquí para aprender sobre Tzu Chi, unirse a Tzu Chi y trabajar juntos para el beneficio de la comunidad en el futuro ”.

Mientras, Louis Liou y Mary Chen, voluntarios de Tzu Chi, prepararon un pastel especial para celebrar el décimo aniversario de la Clínica Wilmington, y agregaron el logotipo del décimo aniversario al pastel. Los voluntarios también prepararon hamburguesas vegetarianas nutritivas y deliciosas. Shuwen Lai, una voluntaria senior, trajo bebidas refrescantes, lo que la convirtió en una celebración verdaderamente festiva.

Una Casa Para Todos

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La clínica organiza un evento gratuito de vacunación contra la gripe como parte de las celebraciones del aniversario. Foto Huiping Wang.

El amor no tiene fronteras y en la clínica de Tzu Chi, los voluntarios de Tzu Chi se dedican a la comunidad de Wilmington independientemente de su raza, religión o estatus socioeconómico. Convirtiendo el lugar en un sitio muy seguro y confiable, para buscar ayuda e intercambiar experiencias en la comunidad multiétnica.

Los residentes de la comunidad de Wilmington apenas conocían la Fundación Budista Tzu Chi. Sin embargo, los voluntarios de Tzu Chi han amado y cuidado a la comunidad durante mucho tiempo y finalmente se ganaron la confianza de los residentes, quienes también se unieron a Tzu Chi como voluntarios.

Una voluntaria llamada Antonia entró en contacto por primera vez con Tzu Chi hace cinco años. Visitó la Clínica Comunitaria de Tzu Chi en Wilmington, para un tratamiento de acupuntura y también participó en una serie de ejercicios de meditación. Después de familiarizarse con las misiones de Tzu Chi, se unió al equipo como voluntaria. Ahora es una de las principales voluntarias responsables de los eventos de distribución de alimentos y espera ayudar a los miembros de la comunidad que luchan por cumplir con los compromisos financieros de fin de mes.

“Cuando vine aquí por primera vez, vine para las clases de meditación”, recuerda Antonia. “Me sentí agotada física y mentalmente por los momentos difíciles que pasé. Pero participar en las actividades de Tzu Chi, me hizo muy feliz. Estoy realmente agradecida por los voluntarios de Tzu Chi quienes me trataron tan amablemente, como si fuera de la familia”.

Una voluntaria llamada Gloria está retribuyendo la atención recibida por lo que compartió que “La economía de los EE.UU. me impactó cuando la empresa para la que trabajaba me dejó ir. En ese momento, me pregunté, ‘¿qué debo hacer?’ Más tarde, cuando participé en la distribución de alimentos y conocí a los voluntarios de Tzu Chi, me di cuenta de que esto es lo que quiero hacer “.

Un Cambio De Perspectiva

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Se lleva a cabo una donación de sangre en colaboración con UCLA para celebrar el décimo aniversario de la Clínica Comunitaria de Wilmington. Foto Huiping Wang.

Wang Huiping informó, que una de las primeras voluntarias de habla hispana que se unió a la Clínica Wilmington fue Connie Calderon, quien se acababa de jubilar. Cuando Calderón descubrió que en la clínica faltaban voluntarios que hablaran español, se inscribió para ayudar. Casi todos los días, desde la mañana hasta la noche, Calderón acompañaba a Huiping a la clínica para ayudar en la traducción y más tarde, se convirtió en voluntaria certificada de Tzu Chi. Sin embargo, hace aproximadamente tres años, le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer y no pudo venir como voluntaria al centro. Desde entonces, los voluntarios de Tzu Chi la visitan en casa y la acompañan cuando necesita su amor y cuidado.

Al ver las formas en que los voluntarios de Tzu Chi ayudan a otros sin pedir nada a cambio, Gloria se conmovió tanto que dijo: “Cuando conoces o ves a [los voluntarios de Tzu Chi] ayudando a los necesitados en México u otros países, la idea de ayudar otros se despertó dentro de mí “.

La experiencia adquirida al ser voluntaria ha cambiado su perspectiva de la vida. Antonia expresó que tenía una personalidad bastante dura y se enojaba fácilmente. Debido a esto, a menudo tenía discusiones con otras personas, pero después de trabajar, como voluntaria en Tzu Chi, se dio cuenta de que se había vuelto más paciente.

Gloria también compartió que “El voluntariado en Tzu Chi me ha cambiado mucho. Solía ser muy terca y decía muchas mentiras, pero cuando comencé a venir aquí [como voluntaria], me influenciaron y me hicieron una persona honesta”.

La Alegría Que El Dinero No Puede Comprar

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María Olimpia asiste a una repartición de comida. Foto Dan Ferrara.

Para los habitantes del área, la Clínica Comunitaria de Wilmington, no es solo un lugar para ver a un médico, sino también un lugar de amor. El día de las distribuciones de alimentos, los voluntarios llegan temprano para preparar y organizar cuidadosamente las estaciones de comida. También cultivan lindas y suculentas plantas para que los residentes se las lleven a casa al tiempo que alientan a los residentes del área a tratar de conservar el agua como una pequeña forma de ayudar a la madre tierra a través de pequeñas y respetuosas acciones con el medio ambiente.

María Olimpia es una residente que ha asistido a las distribuciones de comidas durante los últimos ocho años. Olimpia aprecia el apoyo continuo de Tzu Chi a través del suministro de frutas y verduras frescas, que le han ayudado a aliviar algunas de sus cargas financieras.

Las caras sonrientes de las personas, que recibieron los suministros esenciales, se convirtieron en una fuente de motivación, lo que alentó a los voluntarios a seguir dedicando su tiempo y esfuerzos para ayudar para que esas sonrisas regresen con más frecuencia a los voluntarios de Tzu Chi. Ver que su ayuda les quita un peso de los hombros a alguien les otorga una satisfacción que el dinero no puede comprar. La voluntaria Gloria expresó que Tzu Chi, les enseña a los voluntarios a servir siempre a los destinatarios con el mayor respeto y con una amabilidad genuina. De esta forma hacen que los necesitados se sientan como si fueran parte de una gran familia y cómodos a la hora de pedir ayuda. No le pagan por ser voluntaria, pero se siente reconfortada al poder brindar alegría a la vida de los demás.

Crecemos Juntos Cuando Cambiamos Vidas

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Los residentes de la comunidad de Wilmington a menudo traen alcancías de bambú cuando participan en las actividades de Tzu Chi. Foto Esmeralda Hsu.

“En este día tan especial, recuerdo los momentos con María Villalobos, Antonia Rodríguez, Connie Consuelo y otras voluntarias, así como algunos destinatarios, que solían acudir a la distribución de alimentos”, expresó emocionada Gloria durante las celebraciones del décimo aniversario. “El voluntario Joemei Tung y yo a menudo visitamos a los residentes necesitados y aprendemos más sobre ellos, incluso cuando están enfermos o sufren algunos problemas. Algunos residentes ya han fallecido. Pero en el pasado, cuando acudían a la distribución de alimentos todos los meses, traían de vuelta sus alcancías de bambú adoptados porque decían que: ‘Se siente como en casa aquí'”.

Muchos residentes dicen "a todos nos gusta venir aquí" porque Tzu Chi, no solo da comida sino también amor. Por eso estoy dispuesto a convertirme en voluntario certificado de Tzu Chi. Quiero agradecer a Huiping y la abnegada devoción de todos los voluntarios. Y también debemos estar agradecidos por las enseñanzas de la Maestra Cheng Yen, que han cambiado nuestras vidas.

Huiping agradece a los voluntarios su participación y dedicación y declaró, que trabajar con los voluntarios se siente como crecer juntos y ser parte de una gran familia solidaria.

La clínica comunitaria de Wilmington está trabajando en estrecha colaboración con el Centro Médico de Tzu Chi en Alhambra, la Clínica Comunitaria El Monte y la Asociación Médica Tzu Chi (TIMA), para forjar una red que brinde servicios médicos profesionales y compasivos a las comunidades de clase baja y media. Con nuestras cuatro misiones principales de caridad, medicina, educación, cultura y comunicación, asumimos conjuntamente la responsabilidad de salvar vidas, velar por la salud y defender estas misiones con amor.

Una actitud mental saludable es vital para la buena salud, que a su vez conduce a una vida feliz y plena.

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