Escrito por Renee Liu, Kitty Lu
Adaptado al español por María Pacheco Valles
Editado por M. Carolina Saheli
Durante la noche del 9 de enero de 2023, una tormenta invernal azotó el condado de Merced, ubicado en la parte norte-central del estado de California. Estas fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de dos quebradas locales, provocando la inundación de Planada, un área residencial ubicada cerca de estos canales de agua. La Oficina de Servicios de Emergencia en Merced, contactó a los voluntarios de Tzu Chi de la Región Noroeste y les informó sobre lo ocurrido. La fundación empezó a planificar la ayuda para proporcionar a los sobrevivientes, y el 4 de febrero, los voluntarios fueron enviados al Centro de Recuperación por Desastre para apoyar y distribuir tarjetas de débito a los afectados por las inundaciones.
En Planada, los voluntarios de Tzu Chi se reunieron en la casa de Fabi Cervantes, coordinadora de Planada En Acción, una organización local que se esfuerza por “Impactar positivamente a su comunidad”. Cervantes explicó a los voluntarios cómo la lluvia dañó su propiedad. El moho empezó a cubrir paredes y techo. “La inundación fue de cuatro pies de altura. Llegaba desde aquí hasta el callejón, y no había electricidad. La casa olía a humedad, y el agua del grifo y del alcantarillado se mezclaron. Así que sí, todo fue difícil”, comentó Fabi.
Durante la distribución, el supervisor del condado de Merced, Rodrigo Espinosa, compartió información sobre este condado con los voluntarios de Tzu Chi. “El condado de Merced es un área predominantemente agrícola. Producimos productos lácteos y almendras; las familias de bajos ingresos y los trabajadores agrícolas indocumentados son la fuerza laboral principal aquí. Desafortunadamente, el desastre ha hecho la vida muy difícil para estos residentes”.
Momentos antes de arrancar con la distribución, los voluntarios de Tzu Chi cantaron canciones en lenguaje de señas para los sobrevivientes. Este pequeño gesto conmovió a los asistentes. María Figueroa, vocera de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), dijo “empecé a llorar mientras los voluntarios cantaban. Realmente sentí la compasión de Tzu Chi”.
En Tzu Chi tratamos de tener compasión en nuestros corazones y tomar medidas para ayudar a los demás.
María Guadalupe Rentería, una sobreviviente del desastre, agradeció a Tzu Chi por ayudar a las personas afectadas en este momento. “Estoy agradecida. No tenemos nada. Somos siete personas en nuestra familia, y esta tarjeta de débito será de gran ayuda”, comentó María.
Cynthia Hope Andrade, otra de las sobrevivientes, aún siente miedo debido a la terrible experiencia vivida durante la tormenta. “Lloro cada vez que recuerdo el desastre. Pero los voluntarios de Tzu Chi escucharon con el corazón y me hicieron sentir mucho mejor”.
El espíritu bondadoso y desinteresado de los voluntarios de Tzu Chi animó a todos los presentes en la distribución. Phoebe, otra sobreviviente, dijo “Espero que nuestra comunidad pueda permanecer unida y continuar ayudándose entre sí. Somos una comunidad pequeña, pero podemos hacerlo. Por supuesto, los voluntarios de Tzu Chi no están obligados a ayudarnos. Pero vinieron de todos modos porque les importa, así que aplaudamos su trabajo”.
Después del desastre, los sobrevivientes y voluntarios fueron testigos del poder de la ayuda desinteresada y el amor. A pesar de los importantes desafíos que enfrentan estos residentes, los voluntarios se sintieron esperanzados al reunirse por una causa común.
