Escrito por Qihua Luo
Adaptado al español por María Pacheco Valles
Editado por M. Carolina Saheli
Los voluntarios de Tzu Chi que viajaron desde ciudades como Miami, Chicago, Nueva York y Washington, organizaron un operativo de ayuda en el condado de Lee, Fort Myers, Florida, beneficiando a 566 personas afectadas por el huracán Ian.
Los pequeños momentos hacen la diferencia
Un total de 71 representantes de Tzu Chi participaron en el operativo y trabajaron de manera organizada para asegurar el éxito de la actividad. Changzhi Car y Mingzhe Lin fueron los encargados de liderar el equipo dividiendo a los 71 voluntarios en dos grupos. Antes del evento, ofrecieron a los voluntarios palabras de agradecimiento y aliento por su participación en un operativo tan importante.
Los voluntarios hacen todo lo posible para entretener a los asistentes. Susan Chou y Shumiao Xie los invitaron a cantar y participar en juegos interactivos. También prepararon Aforismos Jing Si para todos y los regalaron al final del operativo, compartiendo así palabras de sabiduría.
Gracias a experiencias previas, los voluntarios decidieron tener una estación exclusiva para las personas con problemas de movilidad y quienes también recibieron tarjetas prepagadas, mantas y otros suministros.
El amor no conoce fronteras
Vincent Williams fue uno de los sobrevivientes que asistió al operativo con su familia. Vincent les dijo a los voluntarios que el día en que el huracán azotó su ciudad, el nivel del agua llegaba a la altura de su pecho, Vincent mide 1.90 metros de altura, y explicó el peligro en el que estuvieron de esta manera. Después del desastre él y su familia recibieron ayuda de algunas organizaciones locales y fue su hermana quien le comentó sobre el operativo de Tzu Chi. “Vine aquí y me di cuenta que el amor no conoce de fronteras”, dijo Vincent.
Betty Guardia y sus dos hijas llegaron a Estados Unidos desde Bolivia hace 20 años buscando un mejor futuro. La casa de Betty quedó destruída después de que el huracán Ian tocara tierra, y aunque sus hijas ahora no dependen de ella, Betty no puede pagar las reparaciones de su casa. Una de las hijas de Betty la acompañó al operativo y comentó que “el dinero que le dieron a mi mamá servirá mucho para resolver los problemas más urgentes”.
Venimos de diferentes países, pero compartimos la misma energía positiva. Betty Guardia, residente afectada por el huracán.
Nuevos amigos
El trabajo que hace Tzu Chi a nivel mundial depende del apoyo y entrega de sus voluntarios. Este operativo fue el primero para algunos de los nuevos integrantes de la fundación. Tal es el caso de Enchang Fan, una joven de 16 años, quien con apenas un mes como voluntaria, decidió asistir a Fort Myers y ayudar a los afectados por el huracán. El trabajo de Enchang durante el operativo fue escuchar las historias de los sobrevivientes, llenar sus datos en la computadora y solicitar subsidios. La joven estuvo todo el día ayudando y ofreciendo consuelo a los asistentes. “Seguiré siendo voluntaria”, comentó Enchang al final del día.
Otro nuevo integrante fue Antonio Escobar, quien fue de gran ayuda y sirvió como traductor ya que la mayoría de los sobrevivientes sólo hablaban español. Antonio les ofreció apoyo y palabras de aliento a las personas que perdieron todo. Antonio supo sobre el trabajo de Tzu Chi gracias a un profesor quien dos semanas antes del operativo le preguntó: ¿Quieres ayudar a otros? Antonio entonces no dudó en ser parte de Tzu Chi. “Cuando vi que la expresión de las víctimas cambiaba de la tristeza a la alegría durante el operativo, sentí que realmente estamos ayudándolos”, comentó Antonio.
Llega un momento en nuestras vidas en el que queremos ayudar. Entonces, ¿por qué no hacerlo? Eso es lo que pienso.
Antonio Esconar
voluntario de Tzu Chi
No importa si son nuevos voluntarios como Enchang y Antonio, u otros con más experiencia. Lo importante es seguir el trabajo de Tzu Chi y ayudar a los demás con amor de la mano de las personas de buen corazón quienes deciden formar parte de Tzu Chi.