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Voluntarios de Flushing, Nueva York recaudan fondos para los sobrevivientes en Hualien, Taiwán

Región Noreste  |  1 Julio, 2024
On the streets of Flushing, New York, a young boy donates money to earthquake victims.
En Flushing, Nueva York, un joven hace un donativo a la campaña de recaudación de fondos en la calle de Tzu Chi USA para proporcionar ayuda a los afectados por el terremoto del 3 de abril de 2024 en Taiwán. Foto/Ting Fan

Escrito por Shu Li Lo
Adaptado al Español por  JuanMa Bonilla
Editado por Maribel Suárez

A las 7:58 de la mañana del 3 de abril, hora de Taiwán, el condado de Hualien fue sacudido por un fuerte terremoto de magnitud 7,2, el más fuerte que Taiwán ha experimentado en 25 años. En respuesta a este desastre natural, la Fundación Tzu Chi USA activó de inmediato su campaña de recaudación de fondos “Envía Amor y Cuidado a Taiwán”  en apoyo a la Fundación Tzu Chi de Hualien, Taiwán.

Al enterarse, los voluntarios de Tzu Chi de Nueva York salieron inmediatamente a la calle el primer fin de semana después de la catástrofe (6 y 7 de abril) para recaudar fondos para las víctimas del terremoto de Taiwán. A pesar de la gran distancia, esperaban que las víctimas sintieran que no están solas, que personas de tierras lejanas se preocupan por ellas. La catástrofe puede ser despiadada, pero la humanidad está llena de amor, y los esfuerzos unidos pueden superar las dificultades.

Afrontando el frío para recaudar fondos

A principios de la primavera en Nueva York, a pesar de que el cielo esté despejado y brille el sol, las temperaturas típicas que rondan los 10° centígrados (aproximadamente 50° Fahrenheit) aún pueden sentirse bastante frías, especialmente si se permanece al aire libre durante horas. Sin embargo, más de 70 voluntarios de Tzu Chi, con corazones llenos de amor, llegaron temprano a la Oficina de la Región Noreste de Tzu Chi USA en Flushing durante el fin de semana del 6 y 7 de abril, dispuestos a salir a las calles y recaudar fondos para la misión de ayuda tras el terremoto de Taiwán.

Debido al gran número de voluntarios, se dividieron en grupos, cada uno asignado a uno de los seis puntos de recaudación de fondos. Tras realizar cuidadosamente todos los preparativos necesarios, se formaron en fila y cantaron plegarias. Luego, los grupos partieron de manera ordenada, llevando cada voluntario una caja de donaciones y pidiendo apoyo en voz alta.

The volunteers held donation boxes and shouted slogans.
Voluntarios de la Región Noreste de Tzu Chi USA en Nueva York buscan conmover los corazones de las personas mientras recaudan fondos para la misión de ayuda tras el terremoto de Taiwán. Foto/Pin Hau Chiou
Tzu Chi volunteers raised funds at their respective fundraising sites.
Voluntarios caminan con las cajas de donativos y carteles informativos sobre el terremoto en Hualien. Foto/Bao Zhong Li

Las calles de Flushing rebosaban de gente. Entre todo el bullicio, se podía escuchar con claridad el cálido llamado de los voluntarios: “¡Un dólar, envía amor a Taiwán!”. Pedían donativos incansablemente, sin cesar en su empeño de recaudar apoyo para las víctimas de Taiwán.

Hoy recaudo fondos para las víctimas del terremoto de Taiwán. Hoy son ellos los afectados por el desastre, mañana podríamos ser nosotros. Debemos ayudarnos unos a otros. Somos una gran familia y deberíamos estar llenos de un gran amor.

Hemei Wu, voluntaria de 84 años, no se dejó vencer por el frío y se unió a otros voluntarios de Tzu Chi para recaudar fondos. Cuando le preguntaron por qué había salido a la calle a recaudar fondos con los demás respondió sin dudarlo: “Porque creo que cuando hay un desastre en Taiwán, debemos salir a recaudar fondos. Esto permite que la gente se de cuenta que Taiwán necesita ayuda”.

Incontables transeúntes extienden una mano de ayuda

En las bulliciosas calles de Flushing, Nueva York, donde la gente va y viene a toda prisa, innumerables transeúntes se detuvieron voluntariamente al ver a los voluntarios de Tzu Chi recaudando fondos para las víctimas del terremoto de Taiwán. Muchos extendieron una mano y donaron generosamente, ofreciendo su amor y apoyo a las víctimas del desastre.

Una joven madre con una niña pequeña se detuvo, y la niña depositó dinero en la caja de donativos con sus pequeñas y tiernas manos. El dueño de una tienda de comestibles vio a los voluntarios de Tzu Chi recaudando fondos y, sin dudarlo, hizo un generoso donativo. Un ciclista que corría por las calles se detuvo al ver a los voluntarios y donó generosamente. Amigos que salían de compras y disfrutaban del fin de semana competían para ver quién hacía más donativos. Junyu Zhang, Subdirector de la Oficina Económica y Cultural de Taipei, también acudió al lugar de recaudación de fondos para contribuir con su parte.

Una pareja de ancianos de la comunidad caminaban juntos sosteniéndose entre sí. Al pasar al lado de los voluntarios, se detuvieron lentamente y también depositaron su donativo en la caja de recaudación. Durante su conversación, los voluntarios se enteraron de que la mujer, la señora Chen, tenía 91 años, y su acompañante más de 100 años. Cuando les preguntaron por qué donaban, la señora Chen respondió: “Porque creo que es lo correcto. Nací en Shanghai”. Luego sonrió y cambió al dialecto shanghainés para enfatizar: “Soy de Shanghai”. Y continuó: “Viví en Taiwán más de diez años, y quiero mucho a Taiwán”.

Zhang Junyu, deputy director of the Taipei Classical Office, also came to donate.
Junyu Zhang, Subdirector de la Oficina Económica y Cultural de Taipei, también acudió a donar. Foto/Wenda Wong

Movilización de voluntarios a escala nacional

Sin limitarse a la zona de Flushing, Nueva York, los voluntarios de Tzu Chi de Long Island, Manhattan y Boston también se movilizaron para participar en esta acción compasiva. Compartían el mismo objetivo: devolver el amor y esperanza a Taiwán lo antes posible.

A pesar de ser el comienzo de la primavera, en Boston seguía haciendo un frío glacial. Los voluntarios del Centro de Servicio de Tzu Chi de Boston se pusieron chaquetas y recaudaron fondos para las víctimas del terremoto a pesar del clima. También participaron niños pequeños, que sostenían grandes cajas de donativos con sus pequeñas manos, transmitiendo calor y esperanza.

Los voluntarios de la oficina de Long Island no sólo recogieron donativos en las entradas de los supermercados, sino que también acudieron a varias escuelas para difundir el concepto de bondad, reuniendo la fuerza de la comunidad para apoyar a las víctimas del desastre.

En sólo un fin de semana, durante dos días, los voluntarios de Tzu Chi trabajaron duro, no sólo de pie en las esquinas, sino también moviéndose incansablemente. Sus esfuerzos fueron fructíferos: los voluntarios de la zona de Flushing, repartidos en seis puntos de donación, recaudaron un total de $11,902; 11 voluntarios del barrio chino de Nueva York recaudaron $2,000; los voluntarios de Boston recaudaron $5,450; y 15 voluntarios de la oficina de Long Island recaudaron $4,721.

Voluntarios de Long Island recaudando fondos. Foto/Jiaxin Zhang

El primer fin de semana tras el terremoto de Taiwán, voluntarios de Flushing, Chinatown, Boston y Long Island respondieron activamente, recaudando un total de $24,073 dólares. Esto demostró una profunda empatía por las víctimas del terremoto al otro lado del océano. En efecto, tras el terremoto renace la esperanza, y el amor verdadero puede verse en estas donaciones y esfuerzos. Los voluntarios de Tzu Chi seguirán brindando su apoyo para las víctimas del terremoto, caminando juntos en este viaje. Cada donativo y cada sonrisa son un gesto de compasión, y los donativos son como la lluvia que nutre el corazón.

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