Escrito por Shuqing Wang, Shuli Lo
Adaptado al español por JuanMa Bonilla
Editado por Maribel Suarez
La pandemia de COVID-19 tomó al mundo entero por sorpresa y causó una crisis que no se ha visto en décadas. En medio de una pandemia global, el mundo en general estaba en un estado de terror e incertidumbre que no habíamos visto en décadas. Comparable a barridos de catástrofes como la gripe española, la gripe asiática y la gripe porcina que tomaron al mundo por sorpresa, COVID-19 nos unificó a todos con nuestro sentido compartido de terror.
No solo los 7.8 millones de personas en la Tierra enfrentaron olas de pánico y angustia en la pandemia, si no que hubo desastres naturales en todo el mundo que se cobraron miles de vidas inesperadamente. Desde terremotos hasta tornados y tormentas torrenciales, el planeta enfrentó consecuencias catastróficas en medio de la lucha contra un virus que tenía poca previsibilidad. Solo los Estados Unidos se encontró con un evento ruinoso tras otro.
Según los Centros Nacionales de Información ambiental 20 desastres climáticos resultaron en pérdidas de al menos $1 billón en los Estados Unidos y 1 de cada 10 hogares se vieron afectados por el impacto. Los números hablan por sí solos y a medida que las estadísticas continúan llegando, Tzu Chi USA se ha preparado para ayudar de cualquier manera posible.
La unidad, el apoyo y un sentido de comunidad son más necesarios que nunca. En la víspera del Día de Acción de Gracias, Monrovia, California acogió el 55º Desayuno Multi-Religioso que reunió a líderes de varios grupos religiosos para orar por el mundo. Representantes del budismo, catolicismo, cristianismo y el judaísmo se turnaron para dirigir las oraciones. En el 19 de noviembre de 2021, mandaron un mensaje de compasión o esperanza a través de las voces amorosas de todas las religiones.
El gobernador de Monrovia, Tom Adams, quería que representantes budistas se unieran al evento, así que invitó a una delegación de la Fundación Tzu Chi a participar. Nuestro equipo estaba a bordo sin dudas, ya que Tzu Chi no es ajeno a Monrovia.
Tzu Chi ha sido un socio importante en Monrovia durante décadas. Gracias a todos los miembros de Tzu Chi por su trabajo, continúen haciendo del mundo un lugar mejor.
Debra Boudreaux, CEO de Tzu Chi USA, dio un discurso de cierre, donde expuso los esfuerzos que hace la organización para contribuir con la paz mundial. Durante el 2021, luego de cada desastre natural, se pudo ver a voluntarios de Tzu Chi llegando al área afectada y brindando su ayuda inmediatamente. Con su uniforme azul y blanco, llevaron esperanza a las personas que más lo necesitaban.
“La convivencia sincera de la distribución de alimentos, las becas, las visitas y la atención a las personas sin hogar dan un resultado positivo’’. dijo Debra “Estamos muy agradecidos de tener la oportunidad de estar en Monrovia para hablar del gran amor de Tzu Chi, cultivando profundamente la bondad de la comunidad y sosteniendola a largo plazo”.
Después de la reunión, muchas personas se interesaron por las actividades de la fundación y platicaron con los voluntarios para conocer más detalles. A pesar de que el evento estaba lleno de diferentes perspectivas y religiones, el objetivo principal de cada una es llegar a tener paz y armonía en el mundo a través del amor.
El espíritu de Tzu Chi es mostrar a los invitados que, más que estudiar las escrituras budistas, Tzu Chi está tomando medidas para ayudar a aliviar los desastres en todo el mundo.
Entre los invitados se encontraban varios líderes de otras organizaciones que conocen o han trabajado junto con Tzu Chi. Tasha Taylor, CEO del Foothill Unity Center, contó cómo la fundación y la entidad a la que representa han colaborado por más de 20 años.
La señorita Taylor dice que las misiones del Centro de Unidad y Tzu Chi se alinean, y que juntos buscan resolver el problema de vivienda y alimentación en la comunidad.
Estamos trabajando juntos para resolver el problema de la vivienda y lidiar con la crisis. Agradezco mucho a Tzu Chi por su cooperación constante.
Tzu Chi cuenta con muchos voluntarios alrededor del mundo, quienes vienen de diferentes entornos y con distintas historias que contar. Sin embargo, todos comparten la misma misión:
Llevar paz y alivio a esas personas que más lo necesitan.
Ver el uniforme azul y blanco de los voluntarios es como ver una luz de esperanza entre el desastre.
