Parte de nuestra campaña Unidos en la Distancia, #MiMascarillaMiHistoria incluye una colección de historias de personas, que de alguna manera han sido impactadas muy de cerca por la pandemia del COVID-19. Las vivencias contadas fueron parte de las experiencias de aquellos que se ofrecieron como voluntarios, los que donaron y los que recibieron ayuda de parte de Tzu Chi. Los que se ofrecieron como voluntarios, los que donaron y los que recibieron ayuda de parte de Tzu Chi.
Traducido (Inglés) por Diana Chang
Traducido (Español) por Hernán Goicochea
Editado por Maribel Suárez
“Siempre había sentido un parentesco con Tzu Chi; mi madre es voluntaria certificada. [Sin embargo], no esperaba tener la oportunidad de conectarme con la fundación en los Estados Unidos después de tantos años “.
“Cuando la pandemia comenzó a extenderse por el mundo, todos fueron tomados por sorpresa y no podían conseguir mascarillas por ningún lado. La hermana Annie Wang [voluntaria de Tzu Chi] se comprometió en fabricar 1.000 mascarillas de tela. Eramos pocos voluntarios, y parecía una misión imposible cuando comenzamos a coser las mascarillas. Pero las cosas cambiaron rápidamente después de que aparecieran 10, 20 voluntarios más y todos comenzamos a trabajar juntos; desde confección, costura, control de calidad, planchado, empaquetado y más ”.
“Quería usar mi máquina de coser en casa. Durante estos dos meses, me quedé en mi estación de trabajo durante varias horas todos los días, cortando y cosiendo constantemente. Incluso me dolían las manos y los hombros, pero siempre había algo que me animaba: el apoyo de mi familia ”.
“Mi hijo Brandon también estaba muy entusiasmado al unirse al equipo para colaborar y terminar el trabajo. Cuando le hablé de la distribución de mascarillas de tela, estuvo de acuerdo. Agradezco al hermano Tan por invitar a Brandon a participar. Pude ver su entusiasmo y fue una buena oportunidad para que él aprendiera y entendiera el espíritu de Tzu Chi”.
“Esta fue la primera distribución de Brandon. Parecía un poco nervioso al principio, pero vio que tanta gente necesitaba ayuda y expresó que se sentía más agradecido por lo que tenía. ¡Estaba tan feliz que no podía esperar para compartir su experiencia con su padre cuando llegó a casa! Me dijo: “Mamá, sigue haciendo mascarillas de tela. Yo las repartiré. Formaremos un gran equipo ”.
“Gracias a la hermana Shuchuan Weng [una voluntaria de Tzu Chi] por reconectarme con la fundación, por darme la oportunidad de seguir cultivando bendiciones … Fue una experiencia de vida preciosa para mis hijos y para mí”.
Shallin Nesbit estudió diseño de indumentaria en Taiwán y ahora vive con su familia en Virginia. Junto a los voluntarios de la Oficina Tzu Chi Washington D.C., ha ayudado a fabricar mascarillas de tela planas y tridimensionales para repartir durante la pandemia. Obtenga más información sobre este esfuerzo aquí. Para ver toda la colección #MiMascarillaMiHistoria y para ayudar a garantizar que la producción y distribución de EPP continúe, haga clic aquí.
