Fortalecidos y Alegres Ante la Ayuda Brindada a Los Afectados por el Terremoto de Puebla

Oficina Nacional  |  25 Septiembre, 2019

Autor: Mary Keh y Yuan Yen Hong
Traducción: Gerardo Bonilla
Editado: Maribel Suárez
Fotos: Dennis Lee, Mary Keh

Fotos de Dennis Lee, Mary Keh
Luego de que el terremoto de Puebla de 2017 destruyera una amplia zona en México, y estremeciera los corazones de una gran población afectada, voluntarios de Tzu Chi realizaron una evaluación inmediata de la situación. Desde ese entonces, la Fundación Médica Tzu Chi, junto con la Asociación Médica Internacional de Tzu Chi (TIMA), ha estado enviando voluntarios médicos desde distintos países como Estados Unidos, Canadá y Taiwán. Este grupo de médicos viaja a México, tres a cuatro veces al año para brindar, y dar accesos a servicios médicos de calidad a los residentes de escaso recursos. Los servicios médicos que proveen son; consultas, tratamientos dentales, terapias para el dolor, oftalmología y servicios farmacéuticos.

En este esfuerzo conjunto de brindar ayuda a los afectados por el sismo, la Fundación Médica también instaló kioscos (puestos), para ofrecer educación sobre temas de salud, la promoción del reciclaje, la caridad y sobre la dieta vegetariana (vegetarianismo). Además, se les brindó una perspectiva general (holística), sobre cómo podemos tener comunidades más saludables, y felices al tiempo que promocionamos la recolección de ayuda mediante las alcancías de bambú. De hecho, la Fundación Médica logró atender exitosamente a 4,569 pacientes, por todo Jojutla y Ciudad de México durante su 17º. servicio médico llevado a cabo del 22 al 27 de agosto de 2019.

Para los voluntarios,el sorteo de participar en actividades médicas es simple. Sin embargo, se advirtió sobre la gran probabilidad de obtener resultados inesperados en el mismo.

Esfuerzo voluntario con compromiso y entrega

Todas las mañanas, a las 7:00 a.m., los voluntarios se reúnen para escuchar las enseñanzas de la Maestra del Dharma Cheng Yen. Después, a las 8:30 a.m., la ceremonia de apertura del día, comienza con un discurso de bienvenida pronunciado por el Dr. William Keh, CEO de la Fundación Médica Tzu Chi. Durante la misma, los voluntarios presentaron canciones en lenguaje de señas. Mientras, residentes de la comunidad con otros voluntarios, intentaron con entusiasmo realizar los movimientos, que se utilizan en el lenguaje de señas, para así presentar la canción Somos una Familia. No hay duda, de que la actividad demostró que los voluntarios de Tzu Chi tratan a sus pacientes con gran esmero y dedicación.

Un buen ejemplo, de este esfuerzo fue el trabajo realizado por el Dr. Willie Chen, quien a pesar de tener muchos pacientes para atender, realizó una gran cantidad de exámenes detallados y ofreció instrucciones sobre medicamentos, para los ojos de forma muy cuidadosa. En un día realizó siete cirugías. La dedicación y atención demostrada por el Dr. Chen, refleja el gran compromiso y esmero que tienen todos en Tzu Chi, para brindar ayuda.

Experiencias que traen enseñanzas

Para muchos voluntarios, esta fue su primera experiencia de participación en un evento. Dennis Hsu, por ejemplo, viajó a México por primera vez, para participar y brindar servicios como médico. Al principio este doctor esperaba lo peor. Hsu, por ejemplo, creía que se expondría a un ambiente de caos y que tendría que luchar cuidadosamente contra condiciones insalubres. Sin embargo, y para su agradable sorpresa, el alcance médico de Tzu Chi fue mucho más organizado e higiénico. Era claro que las expectativas, de Dennis, quien es un fiel seguidor de el Dr. Chen en los Estados Unidos, no eran iguales a la realidad. Esto hizo que el proceso de orientarlo fuera interesante pero también estresante.

Uno de los grandes retos que tienen los voluntarios de Tzu Chi, es que buscan brindar sus servicios y ayudar a una gran cantidad de personas. En un día promedio, los voluntarios atienden alrededor de 40 pacientes aproximadamente. En este proceso se incluyen consultas, pruebas de visión, gotas para los ojos, y cirugías oculares de ser necesarias.

Es por esto que la ayuda ofrecida por el Dr. Dennis junto con la del Dr. Chen, requirieron de un gran esfuerzo y energía. Algunas de las cirugías, que realizaron, tomaron más de cuatro horas. Además, las condiciones de trabajo, para ambos eran totalmente distintas a las que estaban acostumbrados. Por ejemplo, el Dr. Chen suele usar una silla alta durante sus operaciones. Aquí en México tuvieron que sentarse en los bordes de las mesas, y la alternativa era simplemente mantenerse de pie.

A pesar de los sacrificios, la experiencia brindando servicios clínicos en México, le enseñó a Dennis, que es una actitud positiva, unida al buen humor, lo que resulta ser una combinación fundamentales para lidiar, los grandes retos que trae la vida. Mientras, el Dr. Chen, por su parte, también centró sus esfuerzos, para mantener el buen ánimo sin importar las dificultades. De esta forma, estableció una comunicación llena de optimismo y alegría, en su interrelación con sus pacientes, y equipo médico. Esto lo ayudó a en las otras intervenciones, con riesgo menor a complicaciones, que involucran sangre y otras intervenciones difíciles.
Aún con las grandes dificultades que trajo el proceso, la ayuda brindada se logró gracias a meses de coordinación y logística, la cual requirió una infinidad de llamadas telefónicas y mucho trabajo de equipo de parte del grupo de voluntarios de TIMA. Pero lo más importante, fue la compasión y la dedicación que manifestaron los voluntarios como Dennis, quien recibió un humilde abrazo de los pacientes en muestra de gratitud.

Impresionado por la organización

Para el ex banquero Eddie Lam, el haber trabajado como voluntario en México fue una experiencia inolvidable.

De primera intención Lam dudó en participar como voluntario en México ante la invitación que le hiciera su esposa. ¿Cómo podría ayudar un ex banquero, en la brigada de salud de Tzu Chi en México? se había preguntado, este jubilado. Fue entonces cuando su esposa, la Sra.Lam, le indicó, que solo se encargara en “hacer lo que el Dr. Deng, el Dr. Keh y Tzu Chi, le pidan que haga”. Fue así, que después el Sr. Lam, comenzó a trabajar en terapia, para el dolor y luego ayudó en el cuidado dental desde el primer día.

Ya, adentrado en labores, Eddie pudo apreciar el espíritu amoroso que demostraban sus compañeros voluntarios en el proceso de brindar ayuda. Esto a pesar del gran esfuerzo físico que exigía el trabajo. Al pasar los días, Eddie quedó impresionado particularmente con el nivel de organización y la logística demostrada por TIMA y la Fundación Médica Tzu Chi. Además le sorprendió mucho la gestión de recursos empleadas durante la misión.

Contagiada para servir

La Dra. Ellen Liu, también se unió como voluntaria por primera vez para participar en una extensión de trabajo internacional. Esto luego de la persuasión que le hiciera Mary Keh, quien es a su vez voluntaria de Tzu Chi. Liu había sido a su vez una de las que puso su esfuerzo para aprender el lenguaje de señas en la que interpretaron la canción “Beautiful Sunday” durante la ceremonia de apertura. Evento que por su calidez la había conmovido mucho.

La decisión de unirse como voluntaria hizo muy feliz a la Dra. Liu, quien a su vez se mostró muy contenta ante la oportunidad de trabajar con la voluntaria Tzu Shi Chang, en actividades con residentes locales. Liu, también se mostró entusiasmada ante el trabajo que realizan algunos voluntarios quienes se encargaban en levantarles el ánimo a los pacientes que esperaban ser atendidos por TIMA.

La Dra. Liu también agradeció a los médicos occidentales por compartir sus sugerencias para resolver los inconvenientes que tuvieron en sus estaciones de servicio. De hecho, hubo muchos problemas con el equipo médico y enfrentaron escasez de asistentes médicos. No obstante, el trabajo en equipo y la comunicación los ayudaron a superarlo. Al final, una muy inspirada Dra. Liu no podía esperar más para compartir su experiencia con sus compañeros del Torrance Memorial Medical Center, a quienes también alentaría a unirse a TIMA.

Una experiencia diferente

Aunque ya había participado en muchas actividades médicas, el Dr. Chen confesó sentir algo diferente esta vez. De alguna forma esta experiencia le había hecho sentir una sensación distinta. Ante este hecho y ya abrumado por la emoción, el Dr. Chen dijo “si usara una frase cristiana para describirla (la sensación), es como si el Espíritu Santo me hubiera tocado”.

Luego de reflexionar el Dr. Chen supo por qué esta vez sintió algo diferente. Simplemente esta vez, había compartido sus experiencias con otros y de esta forma sintió el poder de compartir. De hecho, según Tzu Chi, compartir experiencia con otros permite amplificar dicha experiencia en cada individuo. Antes de asistir como voluntario para brindar ayuda, el Dr. Chen no se había dado cuenta de que tenía que compartir sus experiencias diarias con sus colegas. Compartir experiencia incluso, no se le hacía fácil. Sin embargo, ahora comprende que compartir experiencias genera un impacto de gran poder y valor en el prójimo.

Pero tal vez lo que más conmovió al Dr. Chen fue presenciar los incansables esfuerzos de cada voluntario quienes entre ellos se brindan masajes relajantes y hasta tratamientos de acupuntura. Los masajes de hecho son energizantes. Todos en Tzu Chi se comportan como en familia y hasta se ayudan con canciones y bailes para renovar el ánimo y las energías.

Amar y ser amado

El Dr. Hong Yuan Yen por su parte observó que los médicos y voluntarios se mostraron muy relajados trabajando juntos por lo que describió como algo sublime la cooperación entre ellos.

Este dentista de profesión también le dio gran crédito a la energía y las contribuciones de los voluntarios más jóvenes, quienes se tomaron un tiempo de su trabajo para ser voluntarios sin paga.

El Dr. Yuan Yen también reflexionó sobre el alcance de los servicios y recordó los desafíos que enfrentaron en la creación de las estaciones de atención dental. Inicialmente, muchos miembros del equipo no estaban familiarizados con el equipo dental que iban a utilizar por lo que tuvieron que averiguar todo sobre cómo configurar una sola estación. El doctor mencionó además de que pocos de ellos ni siquiera se conocían y que mucho menos habían trabajado juntos. Sin embargo, para el Dr. Yuan Yen la inesperada armonía que se creó entre “Oriente y Occidente” y la increíble colaboración con los departamentos de atención de oftalmología fue un espectáculo digno de presenciar.

Al final, ya conmovido este dentista agradeció la experiencia de haber servido y por haber sentido la alegría de amar y ser amado.

Si desea involucrarse como voluntario de TIMA o la Fundación Médica Tzu Chi, puede inscribirse hoy mismo. Recuerde también que puede fortalecer nuestros esfuerzos brindándonos su contribución.

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