Escrito por Keira Ko
Traducido por María Pacheco
Editado por M. Carolina Saheli
Veinticuatro estudiantes pertenecientes a la Escuela Elementaria Shelyn, acompañados de padres y dos maestros, visitaron el Jardín de Ciencias de la Vida en el Campus Tzu Chi Walnut quedando maravillados por el lugar y embarcando en un viaje no sólo ecológico, sino también espiritual.
Tzu Chi trabaja de la mano con la Escuela Elementaria Shelyn
La relación entre el Campus de Tzu Chi en Walnut y la Escuela Elementaria Shelyn (SES, por sus siglas en inglés), comenzó con el trabajo conjunto entre Kevin Chou, un voluntario de Tzu Chi, y Kathy Blair, una profesora en la escuela elementaria. Ambos crearon un club de reciclaje que se reúne dos veces al mes y atrae a muchos estudiantes enseñándoles sobre cómo proteger el medio ambiente.
El enero pasado, tres profesores de la Escuela Primaria Shelyn visitaron el Jardín de Ciencias de la Vida por primera vez y se sorprendieron de la diversidad de verduras y frutas que crecen en el jardín. Así que decidieron organizar una visita junto con los estudiantes para explorar el jardín.
Una experiencia enriquecedora
Durante la visita los voluntarios se encargaron de mostrarle y explicarle a los niños la diversidad ecológica con la que cuenta la granja de Tzu Chi. Los niños recogieron con entusiasmo naranjas directamente de los árboles y las probaron, deleitándose con su dulzura. También hicieron jugo de maracuyá que se cultivan en este mágico lugar.
Los voluntarios de Tzu Chi leyeron a los niños un libro de cuentos basado en el Aforismo Jing Si, en el que se describe el proceso por el que pasa un vegetal antes de llegar a la mesa. Una de las frases del libro dice, “cuando comes, debes pensar en el granjero que cultiva el arroz, el trabajador que trilla el grano, el comerciante que transporta el grano, y el chef que cocina el arroz con un corazón agradecido”. Esto ayudó a los niños a entender el concepto de la granja a la mesa y a agradecer por los alimentos recibidos todos los días. Los estudiantes elaboraron macetas con papel de periodico reciclado y plantaron suculentas en ellas, ayudándoles así a hablar sobre la importancia del reciclaje y el cuidado del medio ambiente.
Por su parte, Temmy Honda, maestra de SES, quedó impresionada por la belleza del parque y las enriquecedoras actividades organizadas por Tzu Chi. “Me sorprendió saber que existe un jardín así y me impresionó que una granja esté abierta y disponible en el vecindario”, comentó Honda.
Estoy agradecida de que los niños hayan podido hacer jugos con limones y maracuyás porque nunca los habían probado.
Tammy Honda
Maestra
Escuela Elementaria Shelyn
Aprendiendo a valorar la naturaleza
Al finalizar la jornada, los jóvenes se despidieron con sonrisas en el rostro, llevándose consigo experiencias imborrables de descubrimientos ecológicos y valiosos conocimientos sobre el medio ambiente, difíciles de adquirir en las aulas tradicionales.
La sorpresa y el asombro estuvieron presentes en cada comentario. Jeremy Louis, uno de los estudiantes compartió su incredulidad al descubrir la resistencia que tienen de las plantas en entornos difíciles.“¡Nunca imaginé que las plantas pudieran sobrevivir en un ambiente tan hostil!” Este entusiasmo se vio reflejado en el deseo de los niños de compartir su experiencia con más personas.
El impacto positivo del programa no se limitó a los estudiantes, sino que también se extendió a los padres. Jennifer Merrick, madre de uno de los participantes, resaltó el valor de esta experiencia complementaria diciendo: “Este evento enriquece lo aprendido en casa y en la escuela. Fue una jornada llena de descubrimientos para los niños; esperamos con ansias futuras oportunidades como esta”, mencionó.
Durante el evento, Grace Voong, maestra de la Escuela Primaria Shelyn, y Debbie Lee, directora ejecutiva de la Fundación Educativa Tzu Chi, compartieron una conversación alentadora. Ambas partes mostraron entusiasmo por futuras colaboraciones y expresaron su confianza en que, trabajando en conjunto, podrían contribuir aún más al bienestar de la comunidad. “Estamos con mente abierta para compartir y aprender juntos, incluso explorando posibles colaboraciones en programas educativos. No duden en contactarnos”, afirmó Lee.
Más allá de ser una simple excursión, este evento despertó en los estudiantes una conciencia ambiental y el deseo de contribuir a la protección del medio ambiente. Se espera que estas experiencias se conviertan en recuerdos fundamentales en su crecimiento, alimentando así su compromiso con la conservación del entorno en el futuro. Mirando hacia el futuro, Tzu Chi espera extender su trabajo a más escuelas haciendo del Jardín de Ciencias de la Vida un lugar valioso para las generaciones venideras comprometidas con el cuidado de nuestro planeta.