Día de campo ambiental: Tzu Chi enseña a los estudiantes a cuidar del planeta

Oficina Nacional  |  10 Octubre, 2022
Demostraciones de cómo utilizar llantas para crear macetas de plantas y decorar el jardín. Foto/Voluntario de Tzu Chi

Escrito por Wendy Wang
Adaptado al español por JuanMa Bonilla
Editado por M. Carolina Saheli

Tzu Chi, en todos sus eventos, intenta inculcar sus valores, a veces de manera orgánica, y otras veces de manera intencional. Dos de las misiones principales de Tzu Chi caen sobre la educación y la protección ambiental, por lo que no es de extrañar que un evento del Día de la Tierra fusionara ambas misiones.

El 21 de abril de 2022, Tzu Chi convocó a maestros y estudiantes de la Escuela Primaria Ekstrand a un campamento de un día para explorar la protección ambiental. La experiencia incluyó tres estaciones: reducir, reutilizar y reciclar. Cada estación sostuvo una clase de 45 minutos donde los estudiantes aprendieron a apreciar los recursos naturales del planeta, generar consentimiento y desarrollar su gratitud por la naturaleza.

Los estudiantes, maestros y padres reciben regalos. Foto/Voluntario de Tzu Chi

Diversión con filantropía: el aprendizaje práctico fomenta el crecimiento

Profesores, estudiantes y padres de familia de la escuela primaria tomaron dos buses para llegar a la Oficina Nacional de la Fundación Educativa de Tzu Chi. Todos fueron recibidos con una cálida bienvenida por parte de los voluntarios y personal de Tzu Chi quienes estaban emocionados por dar inicio a la jornada.

El Campamento del Día de la Tierra inició en el 2012 y ha sido una de las formas preferidas de todos de conectar con la comunidad y enseñarle a los niños sobre la importancia de la protección ambiental. Tzu Chi ha realizado este evento en la Escuela Primaria Ekstrand desde su concepción, pero se tuvo que posponer por dos años debido a la pandemia.

El director de la Oficina de Desarrollo de la Educación del Carácter, Yuanjun Luo, y el director de la escuela, Chet Crane, inauguraron el evento dándole la bienvenida al campus a los estudiantes, padres y maestros, y entregando unos sombreros de Tzu Chi para que todos se sintieran unidos. Después de la ceremonia, los estudiantes exploraron las tres estaciones y se sumergieron en las actividades.

Gracias por la invitación a participar en el campamento de protección ambiental. Los estudiantes aprendieron que solo tenemos un planeta y a cómo cuidar de él. Cuando regresen a la escuela, los estudiantes recordarán su experiencia de aprendizaje y tendrán más conciencia sobre la protección del medio ambiente.

La estación de reducción le enseñaba a los niños a ahorrar agua como respuesta a la sequía en California. Utilizando dinámicas, los profesores mostraron la cantidad de agua que se utiliza al lavarse los dientes, lavar los trastes y las manos, y le pidieron a los estudiantes que introdujeran esa agua en baldes. Esto le ayudó a los estudiantes a visualizar el uso diario del agua y así entender cómo utilizar el agua de mejor forma. Este tipo de educación permite que los chicos conceptualicen mejor cómo pueden aportar a un problema que parece ser solo para adultos y sentir que aún con sus pequeñas manos, ellos pueden hacer la diferencia. Los estudiantes aprendieron que pueden hacer un cambio positivo al bañarse menos tiempo y apagar el agua mientras se lavan los dientes.

La estación de reutilización se instaló en la granja de Ciencias de la Vida. Los escenarios situacionales ayudaron a los maestros a ilustrar la cantidad de basura que cada persona produce por día y el daño que los desechos causan a nuestro medio ambiente. Los maestros mostraron a los estudiantes cómo hacer el mejor uso de los recursos y convertir los desechos en algo nuevo a través de la reutilización. Invitaron a los alumnos a ser creativos, mientras les recordaban a los padres que podían fomentar el vínculo entre padres e hijos a través de estas actividades significativas.

Los estudiantes aprendieron todo sobre la clasificación de basura y vieron la magia del reciclaje ante sus ojos al ver cómo Tzu Chi convierte botellas recicladas en suaves mantas y ropa. El maestro dividió a los estudiantes en dos equipos y les enseñó cómo clasificar papel, plástico, aluminio, hierro y artículos varios a través de una carrera de relevos.

La belleza en todo, incluso en la basura

La maestra Carol Phipps agradeció a Tzu Chi por preparar las actividades y el almuerzo y dijo: “El campamento de protección ambiental fue realmente significativo. Los estudiantes aprendieron a clasificar los desechos y a saber qué se puede y qué no se puede reciclar. Comprendieron que los recursos hídricos son muy valiosos y que muchas personas viven en una grave escasez de agua. Además de la protección del medio ambiente, este evento también promueve la creatividad de los estudiantes”.

Los estudiantes aprenden sobre la belleza de la naturaleza y también tocan tambores hechos de madera de árboles que fueron derribados por el viento. Foto/Voluntario de Tzu Chi

Los estudiantes pintaron llantas viejas y plantaron flores en ellas; algo que se consideraría basura se transformó repentinamente en una decoración de jardín única. Todo lo que se necesitó fue un poco de creatividad para convertir la basura en un tesoro. La actividad fue un éxito entre los niños. La llamativa creación ahora vive como obra de arte en el jardín de la escuela.

Estoy muy agradecida de que una organización tan cálida y amistosa esté dispuesta a abrir su campus para realizar un campamento como este. También estoy muy agradecida con los voluntarios de Tzu Chi por sus esfuerzos; enseñaron a los estudiantes a implementar el concepto de protección ambiental, cuidado de la tierra y respeto por la tierra.

El estudiante Henry Washburn dijo: “Hoy aprendí muchas cosas interesantes, particularmente que las botellas recicladas se pueden transformar en mantas, algo que no sabía”.

Los voluntarios y el personal de la Fundación Educativa de Tzu Chi sirven vegetales. Foto/Voluntario de Tzu Chi

Charleen Mejia, una madre, dijo: “También escuché la clase de la maestra y aprendí mucho. Estoy agradecida por la oportunidad de venir al campus de Tzu Chi. Fue un día muy gratificante; el delicioso almuerzo vegetariano fue muy especial y todos los niños lo disfrutaron”.

Durante el almuerzo, los estudiantes, maestros y padres comieron platillos vegetarianos. A algunos estudiantes les gustó tanto que pidieron más comida levantando la mano y los padres se sorprendieron al ver a sus hijos comer un almuerzo saludable con tanto deleite.

Esparciendo buenas vibras con las alcancías de bambú

Durante la ceremonia de clausura, Judy Chuck, subdirectora ejecutiva de la Fundación Educativa de Tzu Chi, preguntó a los estudiantes qué habían aprendido en las estaciones. Los estudiantes respondieron con entusiasmo, compartiendo sus experiencias y nuevos conocimientos.

La Fundación Educativa Tzu Chi aprovechó la oportunidad para promover el espíritu de la iniciativa de las Alcancías de Bambú. El equipo animó a los niños a llevarse una a casa o ponerla en el salón de clases para guardar las monedas que les sobraban. Tzu Chi explicó cómo las pequeñas sumas de dinero de un individuo pueden convertirse en una gran fuerza que apoya a otros que lo necesitan.

La reanudación del campamento simbolizó que la sociedad estaba volviendo a la normalidad. Wendy Wang, una empleada de la Fundación Educativa de Tzu Chi, dijo: “Estoy muy feliz de reanudar el campamento. Ji WangWang Ji, se comunicó con el equipo de educación del carácter a principios de año para expresar su esperanza de que Tzu Chi vuelva a invitar a los estudiantes de segundo grado y maestros de la Escuela Primaria Ekstrand a participar en el campamento de un día”.

Fue triste no poder realizar el evento por la pandemia, por eso el voluntario Luen Li expresó su gratitud por poder salir y participar de forma presencial diciendo: “El campamento de protección ambiental de hoy tendrá un impacto a futuro, que puede mejorar nuestro entorno de vida”.
Cuando el autobús escolar salió del Parque Educativo de Walnut, el equipo reflexionó sobre un día de diversión y aprendizaje. Los estudiantes ahora estaban equipados con las herramientas para cambiar sus hábitos diarios para proteger el planeta, y los esfuerzos de los maestros y padres solo impulsarían su entusiasmo. El campamento fue un éxito y las semillas del amor por la Madre Naturaleza comenzaban a germinar en la nueva generación.

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